La familia afligida. Caín se casa con Luluwa y se mudan.
1 CUANDO Luluwa escuchó las palabras de Caín, lloró y fue donde su padre y su madre, y les contó cómo Caín había matado a su hermano Abel.
2 Entonces todos gritaron y alzaron la voz, se abofetearon, se echaron polvo en la cabeza y rasgaron sus vestidos, y salieron y llegaron al lugar donde habían matado a Abel.
3 Y lo encontraron tendido en el suelo, muerto, y las bestias a su alrededor; mientras ellos lloraban y lloraban por este justo. De su cuerpo, a causa de su pureza, salía un olor a especias dulces.
4 Y Adán lo llevó mientras las lágrimas corrían por su rostro; y fue a la Cueva de los Tesoros, donde lo puso y lo arojó con especias dulces y mirra.
5 Y Adán y Eva duraron ciento cuarenta días en su sepultura con gran dolor. Abel tenía quince años y medio, y Caín diecisiete años y medio.
6 En cuanto a Caín, cuando terminó el duelo por su hermano, tomó a su hermana Luluwa y se casó con ella, sin permiso de su padre y de su madre; porque no podían apartarlo de ella a causa de su corazón apesadumbrado.
7 Luego descendió al pie de la montaña, lejos del jardín, cerca del lugar donde había matado a su hermano.
8 Y en aquel lugar había muchos árboles frutales y árboles forestales. Su hermana le dio a luz hijos, que a su vez comenzaron a multiplicarse poco a poco hasta ocupar ese lugar.
9 Pero Adán y Eva no se reunieron después del funeral de Abel durante siete años. Después de esto, sin embargo, Eva concibió; y estando ella encinta, Adán le dijo: «Ven, tomemos una ofrenda y ofrezcámosla a Dios, y pidámosle que nos dé un niño hermoso, en quien podamos encontrar consuelo y con quien podamos unir en matrimonio a la hermana de Abel».
10 Entonces prepararon una ofrenda, la llevaron al altar, la ofrecieron delante del Señor y comenzaron a rogarle que aceptara su ofrenda y les diera una buena descendencia.
11 Y Dios escuchó a Adán y aceptó su ofrenda. Luego adoraron a Adán, Eva y su hija, descendieron a la Cueva de los Tesoros y colocaron en ella una lámpara para arder de noche y de día delante del cuerpo de Abel.
12 Entonces Adán y Eva continuaron ayunando y orando hasta que llegó el momento de que Eva fuera liberada, cuando le dijo a Adán: «Quiero ir a la cueva en la roca, para dar a luz en ella».
13 Y él dijo: «Ve y lleva contigo a tu hija para que te atienda; pero yo permaneceré en esta Cueva de los Tesoros delante del cuerpo de mi hijo Abel».
14 Entonces Eva escuchó a Adán y se fue, ella y su hija. Pero Adán permaneció solo en la Cueva de los Tesoros.