A Adán y Eva les nace un tercer hijo.
1 Y Eva dio a luz un hijo perfectamente hermoso en figura y semblante. Su belleza era como la de su padre Adán, pero más hermosa.
2 Eva se consoló al verlo y permaneció ocho días en la cueva; Luego envió a su hija a Adán para decirle que viniera a ver al niño y le pusiera nombre. Pero la hija permaneció en su lugar junto al cuerpo de su hermano, hasta que Adán regresó. Ella también.
3 Pero cuando Adán llegó y vio la buena apariencia del niño, su belleza y su figura perfecta, se alegró por él y se consoló por Abel. Luego llamó al niño Set, que significa «que Dios ha oído mi oración y me ha librado de mi aflicción». Pero también significa «poder y fuerza».
4 Luego, después de darle nombre al niño, Adán regresó a la Cueva de los Tesoros; y su hija volvió con su madre.
5 Pero Eva permaneció en su cueva hasta que se cumplieron cuarenta días, cuando llegó a Adán y trajo consigo al niño y a su hija.
6 Y llegaron a un río de agua, donde Adán y su hija se lavaron, a causa de su dolor por Abel; pero Eva y el niño se lavaron para purificarse.
7 Entonces regresaron, tomaron una ofrenda, fueron al monte y la ofrecieron por el niño; y Dios aceptó su ofrenda y envió su bendición sobre ellos y sobre su hijo Set; y regresaron a la Cueva de los Tesoros.
8 En cuanto a Adán, no volvió a conocer a su esposa Eva en todos los días de su vida; Tampoco nació más descendencia de ellos; pero sólo esos cinco, Caín, Luluwa, Abel, Aklia y Seth solos.
9 Pero Set creció en estatura y en fuerza; y comenzó a ayunar y orar fervientemente.