«Entre los hijos de Caín hubo mucho robo, asesinato y pecado.»
1 EN aquellos días vivía Lamec el ciego, que era de los hijos de Caín. Tenía un hijo que se llamaba Atún, y los dos tenían mucho ganado.
2 Pero Lamec solía enviarlos a apacentar con un joven pastor que los cuidaba; y quien, al regresar a casa por la tarde, lloró ante su abuelo, y ante su padre Atun y su madre Hazina, y les dijo: «En cuanto a mí, no puedo alimentar a ese ganado solo, no sea que alguien me robe algunos de ellos, o mátame por causa de ellos». Porque entre los hijos de Caín hubo mucho robo, asesinato y pecado.
3 Entonces Lamec se compadeció de él y dijo: «En verdad, si estuviera solo, los hombres de este lugar podrían derrotarlo».
4 Entonces Lamec se levantó, tomó un arco que había usado desde su juventud, antes de quedarse ciego, tomó grandes flechas, piedras lisas y una honda que tenía, y salió al campo con el joven pastor, y se puso detrás del ganado; mientras el joven pastor cuidaba el ganado. Así hizo Lamec durante muchos días.
5 Mientras tanto, Caín, desde que Dios lo había desechado y lo había maldecido con temblor y terror, no pudo establecerse ni encontrar descanso en ningún lugar; pero vagaba de un lugar a otro.
6 Mientras andaba deambulando, se acercó a las mujeres de Lamec y les preguntó por él. Le dijeron: «Está en el campo con el ganado».
7 Entonces Caín fue a buscarlo; y al entrar en el campo, el joven pastor oyó el ruido que hacía y el ganado que pastaba delante de él.
8 Entonces dijo a Lamec: «Oh mi señor, ¿es eso una fiera o un ladrón?»
9 Y Lamec le dijo: «Hazme entender hacia dónde mira cuando sube».
10 Entonces Lamec tensó su arco, colocó una flecha sobre él y colocó una piedra en la honda. Cuando Caín salió del campo, el pastor le dijo a Lamec: «Dispara, he aquí que viene».
11 Entonces Lamec disparó su flecha a Caín y le dio en el costado. Y Lamec lo hirió con una piedra de su honda, que cayó sobre su rostro y le arrancó ambos ojos; Entonces Caín cayó al instante y murió.
12 Entonces Lamec y el joven pastor se acercaron a él y lo encontraron tendido en el suelo. Y el joven pastor le dijo: «¡Es Caín, nuestro abuelo, a quien tú mataste, oh señor mío!»
13 Entonces Lamec se arrepintió y, lleno de amargura, juntó las manos y golpeó con la palma plana la cabeza del joven, que cayó como muerto; pero Lamec pensó que era una finta; oentonces tomó una piedra, lo hirió y le destrozó la cabeza hasta que murió.