La buena rama de la familia todavía tiene miedo de los hijos de Caín.
1 ENTONCES Mahalaleel estuvo sobre su pueblo, y los alimentó con justicia e inocencia, y los vigiló para asegurarse de que no tuvieran relaciones sexuales con los hijos de Caín.
2 También continuó en la Cueva de los Tesoros orando y ministrando ante el cuerpo de nuestro padre Adán, pidiendo a Dios misericordia para sí y para su pueblo; hasta los ochocientos setenta años, cuando enfermó.
3 Entonces todos sus hijos se reunieron junto a él para verlo y pedirle su bendición para todos ellos antes de que dejara este mundo.
4 Entonces Mahalaleel se levantó y se sentó en su cama, con las lágrimas corriendo por su rostro, y llamó a su hijo mayor, Jared, quien vino a él.
5 Entonces besó su rostro y le dijo: «Oh Jared, hijo mío, te conjuro por Aquel que hizo los cielos y la tierra, para que cuides de tu pueblo y lo alimentes con justicia e inocencia; y no dejar que uno de ellos descienda de este Monte Santo a los hijos de Caín, para que no perezca con ellos.
6 «Escucha, hijo mío, que en el futuro vendrá una gran destrucción sobre esta tierra a causa de ellos; Dios se enojará contra el mundo y los destruirá con aguas.
7 «Pero también sé que tus hijos no te escucharán, que descenderán de esta montaña y se unirán a los hijos de Caín, y que perecerán con ellos.
8 «¡Oh hijo mío! enséñales y cuídalos para que ninguna culpa te afecte por causa de ellos».
9 Mahalaleel dijo además a su hijo Jared: Cuando muera, embalsama mi cuerpo y ponlo en la cueva de los tesoros, junto a los cuerpos de mis padres; entonces quédate junto a mi cuerpo y ora a Dios; y cuídalos, y cumple tu ministerio delante de ellos, hasta que tú mismo entres en el reposo».
10 Entonces Mahalaleel bendijo a todos sus hijos; y luego se acostó en su cama y entró en reposo como sus padres.
11 Pero cuando Jared vio que su padre Mahalaleel había muerto, lloró y se entristeció, y abrazó y besó sus manos y sus pies; y también todos sus hijos.
12 Y sus hijos lo embalsamaron cuidadosamente y lo pusieron junto a los cuerpos de sus padres. Entonces se levantaron y hicieron duelo por él cuarenta días.