1 Y Abraham dijo a la Muerte: «Muéstranos tu corrupción».
2 Y la Muerte manifestó su corrupción; y tenía dos cabezas,
3 uno tenía cara de serpiente y por ella algunos mueren al instante por los áspides,
4 y la otra cabeza era como una espada; por ella algunos mueren a espada como a arcos.
5 Aquel día los siervos de Abraham murieron por miedo a la muerte, y Abraham, al verlos, oró al Señor y él los resucitó.
6 Pero Dios volvió y, como en un sueño, quitó el alma de Abraham, y el arcángel Miguel la llevó al cielo.
7 E Isaac sepultó a su padre junto a su madre Sara, glorificando y alabando a Dios, porque a él es debida la gloria, la honra y la adoración del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por toda la eternidad. Amén.