1 Entonces Sara, al oír la excelente conversación del capitán, supo al instante que era un ángel del Señor el que hablaba.
2 Entonces Sara indicó a Abraham que saliera hacia la puerta y le dijo: «Señor Abraham, ¿sabes quién es este hombre?»
3 Abraham dijo: «No lo sé».
4 Sara dijo: «Tú conoces, Señor mío, a los tres hombres del cielo que fueron hospedados por nosotros en nuestra tienda junto al roble de Mamre, cuando mataste al cabrito sin defecto y pusiste una mesa delante de ellos.
5 Después de comer la carne, el cabrito se levantó otra vez y mamando a su madre con gran alegría. ¿No sabes, Señor mío Abraham, que por promesa nos dieron a Isaac como fruto del vientre? De estos tres santos varones éste es uno».
6 Abraham dijo: «Sara, en esto dices la verdad. Gloria y alabanza de nuestro Dios y Padre. Porque ya avanzada la tarde, cuando lavé sus pies en la palangana, dije en mi corazón: Estos son los pies de uno de los tres hombres que lavé entonces;
7 y sus lágrimas que caían en el recipiente se convirtieron en piedras preciosas. Y sacándolos de su regazo, se los dio a Sara, diciendo: Si no me crees, mira ahora esto.
8 Sara, al recibirlos, se inclinó, saludó y dijo: «¡Gloria a Dios, que nos muestra cosas maravillosas! ¡Y ahora sabe, mi Señor Abraham, que hay entre nosotros la revelación de algo, ya sea malo o bueno!