Él profetiza la venida del Mesías. Esto fue escrito 100 años antes de Cristo.
1 Y así como habéis oído acerca de las setenta semanas, oíd también acerca del sacerdocio. Porque en cada jubileo habrá un sacerdocio.
2 Y en el primer jubileo, el primero que sea ungido para el sacerdocio será grande y hablará a Dios como a un padre.
3 Y su sacerdocio será perfecto ante el Señor, y en el día de su alegría se levantará para la salvación del mundo.
4 En el segundo jubileo, el ungido será concebido en el dolor de sus seres queridos; y su sacerdocio será honrado y glorificado por todos.
5 Y el tercer sacerdote será presa del dolor.
6 Y el cuarto sufrirá dolor, porque la injusticia se acumulará contra él en gran manera, y todo Israel odiará cada uno a su prójimo.
7 El quinto será dominado por las tinieblas. Asimismo también el sexto y el séptimo.
8 Y en el séptimo habrá tal contaminación que no puedo expresar delante de los hombres, porque lo sabrán los que hacen estas cosas.
9 Por tanto, serán llevados cautivos y convertidos en presa, y su tierra y sus bienes serán destruidos.
10 Y en la quinta semana regresarán a su país desolado y renovarán la casa del Señor.
11 Y en la séptima semana serán sacerdotes los idólatras, los adúlteros, los amantes del dinero, los soberbios, los malvados, las lascivos, los abusadores de niños y de bestias.
12 Y después que el Señor los castigue, el sacerdocio desaparecerá.
13 Entonces el Señor levantará un nuevo sacerdote.
14 Y a él le serán reveladas todas las palabras del Señor; y ejecutará juicio justo sobre la tierra por multitud de días.
15 Y su estrella surgirá en el cielo como la de un rey.
16 Encendiendo la luz del conocimiento como el sol el día, y será magnificado en el mundo.
17 Él brillará como el sol sobre la tierra, quitará todas las tinieblas de debajo del cielo y habrá paz en toda la tierra.
18 Los cielos se alegrarán en sus días, la tierra se alegrará y las nubes se alegrarán;
19 Y el conocimiento del Señor se derramará sobre la tierra como el agua de los mares;
20 Y los ángeles de la gloria de la presencia del Señor se alegrarán en él.
21 Los cielos se abrirán, y del templo de gloria vendrá sobre él la santificación, con la voz del Padre, como de Abraham a Isaac.
22 Y la gloria del Altísimo será proclamada sobre él, y el espíritu de inteligencia y de santificación reposará sobre él en el agua.
23 Porque él dará la majestad del Señor a sus hijos en verdad para siempre;
24 Y no habrá nadie que le suceda en todas las generaciones y para siempre.
25 Y en su sacerdocio los gentiles serán multiplicados en conocimiento sobre la tierra, e iluminados por la gracia del Señor. En su sacerdocio el pecado llegará a su fin y los impíos dejarán de hacer el mal.
26 Y él abrirá las puertas del paraíso, quitará la espada que amenaza a Adán, y dará a los santos a comer del árbol de la vida, y el espíritu de santidad estará sobre ellos.
27 Y Beliar será atado por él y dará poder a sus hijos para pisotear a los espíritus malignos.
28 Y el Señor se regocijará en sus hijos y se complacerá en sus amados para siempre.
29 Entonces Abraham, Isaac y Jacob se alegrarán, y yo me alegraré, y todos los santos se vestirán de alegría.
30 Y ahora, hijos míos, habéis oído todo; Escoged, pues, para vosotros o la luz o las tinieblas, o la ley del Señor o las obras de Beliar.
31 Y sus hijos le respondieron, diciendo: Delante del Señor andaremos según su ley.
32 Y su padre les dijo: El Señor es testigo, y sus ángeles son testigos, y vosotros sois testigos, y yo soy testigo de la palabra de vuestra boca.
33 Y sus hijos le dijeron: Nosotros somos testigos.
34 Y así Leví dejó de dar órdenes a sus hijos; y extendiendo sus pies sobre la cama, se reunió con sus padres, después de haber vivido ciento treinta y siete años.
35 Lo pusieron en un ataúd y después lo sepultaron en Hebrón junto con yo Abraham, Isaac y Jacob.