Leví muestra cómo la sabiduría sobrevive a la destrucción. No le sirven las personas desdeñosas.
1 Y ahora, hijos míos, os mando: Temed al Señor vuestro Dios con todo vuestro corazón y andad con sencillez conforme a toda su ley.
2 Y enseñad también a vuestros hijos las letras, para que tengan entendimiento durante toda su vida, leyendo sin cesar la ley de Dios.
3 Porque todo aquel que conoce la ley del Señor será honrado y no será un extraño dondequiera que vaya.
4 Y tendrá más amigos que sus padres, y muchos desearán servirle y escuchar la ley de su boca.
5 Hijitos míos, haced justicia en la tierra, para que la tengáis como tesoro en el cielo.
6 Y sembrad cosas buenas en vuestras almas, para que las encontréis en vuestras vidas.
7 Pero si sembráis cosas malas, toda desgracia y aflicción cosecharéis.
8 Adquirid con diligencia sabiduría en el temor de Dios; porque aunque haya una conducción al cautiverio, y las ciudades y las tierras sean destruidas, y el oro y la plata y toda posesión perezcan, la sabiduría de los sabios nada puede quitar, excepto la ceguera de la impiedad y la insensibilidad que proviene del pecado.
9 Porque si uno se guarda de estos males, incluso entre sus enemigos la sabiduría será una gloria para él, y en un país extraño una patria, y en medio de los enemigos resultará un amigo.
10 Cualquiera que enseñe cosas nobles y las practique será entronizado con reyes, como también lo fue mi hermano José.
11 Por tanto, hijos míos, he aprendido que al final de los tiempos prevaricaréis contra el Señor, extendiendo contra Él las manos para hacer la maldad; y seréis escarnio de todas las naciones.
12 Porque nuestro padre Israel está limpio de las transgresiones de los principales sacerdotes [que impondrán sus manos sobre el Salvador del mundo].
13 Porque así como el cielo es más puro a los ojos del Señor que la tierra, así también vosotros, luces de Israel, sed más puros que todos los gentiles.
14 Pero si vosotros sois oscurecidos por las transgresiones, ¿qué harán, pues, todos los gentiles que viven en ceguera?
15 Y traeréis una maldición sobre nuestra raza, porque queréis destruir la luz de la ley que fue dada para iluminar a cada hombre, enseñando mandamientos contrarios a las ordenanzas de Dios.
16 Robaréis las ofrendas del Señor, y de su porción robaréis porciones selectas, comiéndolas con desprecio con las rameras.
17 Y por avaricia enseñaréis los mandamientos del Señor, contaminaréis a las casadas y contaminaréis a las vírgenes de Jerusalén; y con rameras y adúlteras os uniréis, y tomaréis por mujer hijas de gentiles, purificándolas con purificación ilícita; y vuestra unión será como Sodoma y Gomorra,
18 Y os envaneceréis a causa de vuestro sacerdocio, levantándoos contra los hombres, y no sólo esto, sino también contra los mandamientos de Dios.
19 Porque despreciaréis las cosas santas con burlas y risas.
20 Por tanto, el templo que el Señor escogió será destruido por vuestra inmundicia, y seréis cautivos por todas las naciones.
21 Y seréis abominación para ellos, y recibiréis oprobio y vergüenza eterna del justo juicio de Dios.
22 Y todos los que te odian se alegrarán de tu destrucción.
23 Y si no recibieran misericordia de nuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, ni uno solo de nuestra descendencia quedaría sobre la tierra.
24 Y ahora he aprendido que durante setenta semanas os extraviaréis, profanaréis el sacerdocio y profanaréis los sacrificios.
25 Y anularéis la ley y despreciaréis las palabras de los profetas con perversas perversidades.
26 Y perseguiréis a los justos y aborreceréis a los piadosos; las palabras de los fieles aborreceréis.
27 Y al hombre que renueva la ley con el poder del Altísimo, lo llamaréis engañador; y al final os abalanzaréis sobre él para matarlo, sin conocer su dignidad, llevando sangre inocente por la maldad sobre vuestras cabezas.
28 Y vuestros lugares santos serán arrasados hasta el suelo a causa de él.
29 Y no tendréis lugar limpio; pero seréis entre los gentiles maldición y dispersión hasta que Él os visite de nuevo, y con piedad os reciba por la fe y el agua.