Una pequeña oda extraña.
1 ¡Mira! El Señor es nuestro espejo: abre los ojos y míralos en Él: y aprende la forma de tu rostro:
2 Y cantad alabanzas a su espíritu, limpiad la inmundicia de vuestro rostro, amad su santidad y vestíos de ella.
3 Y sé sin mancha en todo momento delante de Él. Aleluya.