Un elogio notable.
1 Derramé alabanzas al Señor, porque suyo soy:
2 Y cantaré su santo cántico, porque mi corazón está con él.
3 Porque en mis manos está su arpa, y las odas de su reposo no callarán.
4 Clamaré a él con todo mi corazón; lo alabaré y lo exaltaré con todos mis miembros.
5 Porque desde el oriente y hasta el occidente viene su alabanza:
6 Y desde el sur y hasta el norte está la confesión de Él:
7 Y desde la cima de los montes hasta su límite está Su perfección.
8 ¿Quién puede escribir los Salmos del Señor o quién leerlos?
9 ¿O quién podrá preparar su alma para la vida, a fin de que su alma se salve?
10 ¿O quién podrá descansar en el Altísimo para hablar con su boca?
11 ¿Quién podrá interpretar las maravillas del Señor?
12 Porque el que pudiera interpretar se disolvería y se convertiría en lo que se interpreta.
13 Porque basta saber y descansar: porque en reposo están los cantores,
14 Como un río que tiene abundante fuente y corre en ayuda de los que lo buscan. Aleluya.