Qué maravilloso alivio saber que vivimos en un universo amoroso y de orden. Y descubrir por mí mismo que he estado corriendo como un idiota buscando esas cosas que, en realidad, están siempre presentes en mí.
Para nombrar sólo unos pocos:
Un maestro: no necesito buscar un maestro. Para la eternidad tengo un Maestro, alguien que me guía y ese alguien es Miguel el camino, la verdad y la luz. En Miguel tenemos un hermoso y amoroso Hijo Creador que conoce exactamente el planeta en el que vivimos y lo que se siente al vivir como un mortal y mientras tropezamos en nuestro camino hacia el Paraíso, sabemos que él nos está «arrastrando» o «empujando». Nosotros a veces, para siempre nuestro amo y líder.
Un gurú: todo lo que necesito saber es que mi gurú es mi Ajustador del Pensamiento quien, con suerte, algún día será mi Controlador del Pensamiento. No necesito hurgar en libros ni perseguir seres humanos. Todo lo que necesito es preguntar en oración y, suponiendo que sea el momento adecuado y que mi capacidad de comprensión esté libre de falsas ilusiones sobre mí mismo, el mundo y otras personas, se me dará la respuesta. Y escucharé la respuesta tal como se dice.
Relación con otras personas. Ya no necesito intentar averiguar quién eres y por qué nos conocimos. ¿Por qué no deberíamos encontrarnos? Todos somos hermanos y hermanas. ¿Con qué propósito los hermanos y hermanas deben tener contacto unos con otros?
Lo que tengo que hacer en la vida. Es realmente muy simple, todo lo que tengo que hacer es la voluntad de Dios y eso significa Su Voluntad en Su Momento.
¿Por qué no me agradan los demás? La respuesta es simple. Soy un individuo y, a la inversa, todos los demás no son como yo (cuando estoy en un viaje de importancia personal): son individuos.
Por qué no me comprendo a mí mismo: porque soy un potencial y nunca me entenderé porque nunca comprenderé mi potencial. Y en el Libro Azul se nos advierte que las únicas personas que se comprenden plenamente a sí mismas son el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Actor Conjunto.
Que no me van a entregar conocimientos sin experiencia, porque los olvidaré en el momento de imprescindible recuerdo. El conocimiento será abrazado en mi ser a través de la experiencia personal y así se convertirá en mí.
Que crecer emocionalmente no significa renunciar a la sencillez del placer de un niño, simplemente profundiza el disfrute.
Que no tengo que «salvar» a nadie ni ser responsable de la calidad de vida de nadie; eso es entre ellos y Dios, todo lo que tengo que hacer es amarlos como a nuestro Padre le gustaría que los amara.
Que no soy «más afortunado» ni más bendecido, sólo más consciente de lo bendecido que soy que algunos de mis hermanos y hermanas.
Que está bien tener preguntas y las respuestas se darán lo antes posible, que podría ser cuando sea finalista. La demora en responder se debe únicamente a mi incapacidad de comprender en este momento.
Que no soy perfecto, ni se espera de mí la perfección. En realidad soy la criatura más imperfecta del universo (o más correctamente, especie de criaturas).
En el camino hacia la perfección se espera que a veces fracase. Por momentos parecerá un fracaso, pero será pura y simplemente un retraso. En otras ocasiones será un fracaso; y como lo llamo fracaso, nuevamente vendrá la próxima oportunidad de, en este caso, tener éxito, habiendo tenido yo la maravillosa experiencia de la ignorancia, seguida por el conocimiento a través de la experiencia de dónde me desvié, para asegurar un éxito perfecto la próxima vez. Vivimos en un universo de amor, un universo de comprensión y paciencia.
Y podría seguir y seguir durante 2097 páginas, pero hoy no tengo tiempo y por eso comparto con ustedes algunas de las verdades por las que hoy agradezco a nuestro Padre, y por las cuales lo amo muchísimo.