© 2001 The Brotherhood of Man Library
No os desaniméis; la evolución humana continúa avanzando, y la revelación de Dios al mundo, en Jesús y por Jesús, no fracasará.
El gran desafío para el hombre moderno consiste en conseguir una mejor comunicación con el Monitor divino que reside en la mente humana. La aventura más grande del hombre en la carne consiste en el esfuerzo sano y bien equilibrado por elevar los límites de la conciencia de sí a través de los reinos imprecisos de la conciencia embrionaria del alma, en un esfuerzo sincero por alcanzar la zona fronteriza de la conciencia espiritual —el contacto con la presencia divina. Esta experiencia constituye la conciencia de Dios, una experiencia que confirma poderosamente la verdad preexistente de la experiencia religiosa de conocer a Dios. Esta conciencia del espíritu equivale a conocer la realidad de la filiación con Dios. De otro modo, la seguridad de la filiación es la experiencia de la fe.
La conciencia de Dios equivale a la integración del yo en el universo y en sus niveles más elevados de realidad espiritual. Únicamente el contenido espiritual de un valor cualquiera es imperecedero. Incluso aquello que es verdadero, bello y bueno no puede perecer en la experiencia humana. Si el hombre no elige sobrevivir, entonces el Ajustador sobreviviente conservará esas realidades nacidas del amor y alimentadas en el servicio. Todas estas cosas forman parte del Padre Universal. El Padre es amor viviente, y esta vida del Padre se encuentra en sus Hijos. Y el espíritu del Padre reside en los hijos de sus Hijos —los hombres mortales. Cuando todo ha sido dicho y hecho, la idea de Padre continúa siendo el concepto humano más elevado de Dios. (LU 196:3.33-35)
La razón por la que los pájaros pueden volar y nosotros no es simplemente que tienen una fe perfecta, porque tener fe es tener alas.
J. M. Barrie