© 2018 Bruce Jackson
© 2018 Asociación Internacional Urantia (IUA)
Propuesta para desarrollar un plan de estudio basado en El libro de Urantia con el fin de certificar a instructores/expertos y líderes de comunidad, regionales e internacionales.
Para ganar almas para el Maestro, no es la primera legua recorrida por coacción, deber o convencionalismo la que transformará al hombre y a su mundo, sino que es más bien la segunda legua de servicio libre y de devoción amante de la libertad la que revela que el discípulo de Jesús ha alargado la mano para coger a su hermano con amor y llevarlo, bajo la guía espiritual, hacia la meta superior y divina de la existencia mortal. Ahora mismo, el cristianismo recorre con gusto la primera legua, pero la humanidad languidece y tropieza en las tinieblas morales porque hay muy pocos discípulos auténticos que recorran la segunda legua — muy pocos seguidores declarados de Jesús que vivan y amen realmente como él enseñó a sus discípulos a vivir, amar y servir. [LU 195:10.5, negrita añadida]
Este pasaje familiar y desafiante que se encuentra en el documento 195 define en realidad el nombre del estilo de vida y de la religión presentados en la quinta revelación de época: el jesusianismo. Aquí se desafía al jesusiano individual a que siga las enseñanzas presentadas en El libro de Urantia. Es fácil detenerse en el nivel de esta cita y centrarse totalmente en la vida espiritual interior del individuo. Sin embargo, la quinta revelación de época sugiere una tercera legua a lo largo de todo el texto, que trata sobre el servicio a la comunidad y sobre la asistencia espiritual en todo el mundo.
Esta tercera legua es la que vamos a explorar en este trabajo. Comenzará con una definición metafórica musical de cada legua, seguirá examinando las necesidades educativas del movimiento Urantia y sugerirá que se cultive una institución virtual de enseñanza preparada para desarrollar planes de estudio que den apoyo a programas diseñados para certificar a instructores/expertos y líderes. Evaluará brevemente las dos instituciones virtuales principales: la Escuela de El libro de Urantia en Internet (UBIS) y el Urantia University Institute (UUI), señalará sus papeles actuales en el movimiento Urantia y ofrecerá una visión de su importante lugar en relación con los planes de estudio propuestos en este escrito, que ofrecerá modelos sobre los que podrían tomar forma esos planes de estudio. Demostrará la necesidad de adoptar un sentido real de urgencia para comenzar este trabajo y concluirá con una llamada a la participación en esta enorme empresa.
Este trabajo es una llamada a que los jesusianos se esfuercen en recorrer la tercera legua en todos los diferentes papeles que los individuos desempeñan para desarrollar un sistema educativo cuya misión sea apoyar y propagar El libro de Urantia. Este trabajo no abordará el debate de si el movimiento Urantia debería o no certificar a instructores/expertos y líderes, o si la propagación de El libro de Urantia a escala mundial es siquiera deseable.
Preparación: Es fácil soñar con ser un gran compositor. No es difícil comprar y dominar software informático que configure la partitura y cambie partes de lugar con una simple tecla. ¡En realidad escribir una partitura sinfónica completa a mano es tan antiguo! Vivimos en una edad en la que es fácil soñar. El primer paso de la primera legua es comenzar realmente el proceso de hacer realidad ese sueño.
La primera legua: Si bien tener la visión clara de un trabajo sinfónico es solo un poco más difícil que el trabajo de preparación, existen muchos modelos y plantillas sobre las que un músico preparado es capaz de crear una partitura. Los movimientos están estandarizados, se entiende el desarrollo del motivo, las progresiones armónicas están bien definidas e incluso las melodías más singulares no tienen que ser nuestras en realidad para que suenen «originales». Vivimos en el mundo del «corta y pega», en el que la composición cortada por el mismo patrón es omnipresente. La instalación automática no es tan difícil, simplemente hay que tener paciencia para hacer el trabajo real. Cuando se compone música, se escribe una novela o se pinta una obra de arte hay un largo proceso de experimentación, edición, refinamiento y creación de un producto pulido antes de su finalización. Para la mayoría de los artistas este es un esfuerzo que requiere observar el trabajo, paciencia, pensamiento secuencial, evolución creativa, comprender las consecuencias y seguir con el proyecto hasta que se complete. Aquí termina la primera legua.
La segunda legua: La segunda legua es mucho más difícil. En esta segunda legua el compositor debe «jugárselo todo» compartiendo la composición con otros músicos. Es una tarea más difícil porque requiere dejar ir muchas decisiones sinceras e incluso sagradas en las que un compositor puede estar profundamente implicado. A veces otros rechazarán el trabajo y eso realmente duele. Otros músicos pueden sugerir e incluso exigir cambios significativos y eso duele aún más. La ambivalencia, la falta de reacciones es de lejos la experiencia más difícil para un compositor. La segunda legua no se alcanza hasta que la composición se interpreta ante el público y por lo tanto se comparte con el mundo.
Si el compositor ha de recorrer la segunda legua debe creer que tiene algo que ofrecer al público. Un compositor no espera escuchar lo que el público quiere, sino que presenta una nueva idea que hace que algo se mueva en el corazón del oyente. En la primera legua no existe la seguridad de que su composición lo logre. Para recorrer la primera legua se necesita fe audaz y la buena disposición a invertir en algo para lo que no hay garantías de éxito. ¿Cuántas sinfonías se han escrito que no han visto nunca la luz del día? ¡Muchas más de las que escuchamos hoy! En la segunda legua audaz es donde nos encontramos con la aceptación, la indiferencia y el rechazo rotundo, donde se acepta la evaluación, se realizan los cambios necesarios y el destino de la composición se somete a la voluntad de Dios: «deja ir y deja a Dios».
La tercera legua: Es donde hay una reacción a la llamada jesusiana. Aquí comienza el diálogo: la edición del método, el refinamiento del mensaje y el aprendizaje a partir de los nuevos puntos de vista de los demás. La tercera legua abarca el crecimiento mutuo más allá de la mentalidad del individuo. Nace la comunidad. En la sección de El libro de Urantia sobre los artesanos universales se revela que la música, el arte, la luz y muchos otros medios se mezclan en una actividad comunal más amplia, y sus resultados tienen el poder de cautivar a miles de millones de almas.
Así que para el compositor y los músicos la tercera legua no trata sobre la pérdida de identidad, sino sobre la contribución a un todo mayor. Ese es el poder de una sinfonía querida. El público va más allá de la admiración por el compositor y los músicos y abraza un nivel musical mucho más profundo. Esta, amigos míos, es la experiencia de la adoración. Lograr este nivel de experimentación del arte elevado es un antídoto significativo contra el egoísmo espiritual, que supone todo un desafío para los que recorren la primera y la segunda legua.
En la tercera legua es donde tendrá lugar el crecimiento espiritual real en el individuo y la comunidad. Aquí es donde emerge la unión de las almas. En el puerto «la marea eleva a todos los barcos por igual». Este proceso de maduración espiritual comunal es un paso crítico, porque la primera legua solo produce el trabajo básico y la segunda legua es introductoria en su mayor parte. La tercera legua implica la causa común, el avance del propósito espiritual y el establecimiento de nuevas metas más allá de la simple finalización de la segunda legua (una sesión de lectura, si quieren). Aquí se aleja la ambivalencia y emerge la verdad.
Con la tercera legua las mejores sinfonías echan raíces en la sociedad y menos obras caen en las rocas o quedan asfixiadas por las malas hierbas. Es cierto que se necesita que muchos corredores de la primera legua produzcan algunas experiencias satisfactorias de segunda legua (es muy parecido a vender seguros), pero debe llevarse a cabo ese esfuerzo para tener alguna esperanza de continuar hacia la aún más difícil tercera legua. En la tercera legua se fomenta la verdad, se elevan las oraciones, se logra la adoración, se experimenta la belleza y el amor se convierte en la fuerza fundadora de vida para la comunidad.
En los últimos sesenta años el movimiento Urantia ha hecho progresos excelentes en el desarrollo de centros educativos virtuales centrados en la capacitación relacionada con El libro de Urantia. Aun así, es hora de comenzar a trabajar en un nuevo plan de estudios virtual que se esfuerce por establecer programas educativos de más alto nivel que estén verdaderamente centrados en El libro de Urantia. Ese plan de estudios daría apoyo al duro trabajo que ya ha hecho el movimiento Urantia y será parte de un sistema más amplio de escuelas para llegar a muchas otras religiones y expresiones de fe del mundo, en el esfuerzo de promover y elevar la espiritualización de este planeta hasta niveles universalmente ascendentes. La verdadera unión de almas se convertirá en el foco de esta causa común.
Este trabajo propone tres programas que considerar:
Si bien puede haber otros programas educativos ofrecidos por las escuelas basadas en El libro de Urantia, el objetivo es recorrer la siguiente legua en el desarrollo de un plan de estudios que tenga la misión de fomentar la capacitación de instructores y expertos y de preparar a líderes. En esta tarea necesitamos cultivar una metodología educativa que responda a las necesidades individuales de cada estudiante, más que reforzar alguna forma de dogma o programa institucional. Hay modelos para hacerlo y no tenemos por qué repetir los errores de otras instituciones, como tenemos la oportunidad de conocer en uno de los mejores libros de texto del planeta: El libro de Urantia.
Consideremos las numerosas preguntas básicas que surgen con un programa así. ¿Qué hace que esta tarea sea una empresa exclusivamente espiritual? ¿Cuál es la misión, los valores y las metas de una escuela basada en El libro de Urantia que proporcione un plan de estudio diseñado para fomentar la capacitación de instructores y expertos y preparar a líderes? ¿Cómo se representará y practicará esta llamada espiritual? ¿Cómo sería un plan de estudios básico? ¿Qué programas especializados y cursos de apoyo necesitamos desarrollar? ¿Cuál será su metodología de instrucción y su filosofía de enseñanza? ¿Cómo evitamos las trampas del dogma institucional o del pensamiento programático? ¿Cómo aprovecharía una escuela así la articulación de cursos de otras instituciones? ¿Cómo capacitamos a los estudiantes de manera que se cubran sus necesidades y expectativas, y que no se gradúen simplemente de «nuestro programa»? ¿Cuál será el marco temporal necesario para que el estudiante «promedio» consiga esos objetivos? ¿Cómo manejaremos los costes de modo que los estudiantes del tercer mundo puedan prepararse para llevar la revelación a sus comunidades y continentes? Y una y otra vez debemos regresar a la más fundamental de todas las preguntas: ¿cómo puede esta tarea ser una empresa dirigida verdaderamente por el Espíritu y que se centre en la unión de almas?
Toda institución académica que responda adecuadamente a estas preguntas no es ni puede ser jamás el trabajo de un solo individuo, es por definición una empresa cooperativa considerable que necesitará de trabajo duro, muchos voluntarios y las mejores mentes del movimiento Urantia. Tendrá que centrarse en la cooperación colegial en una verdadera colaboración espiritual basada en la unión de almas. Los grandes egos, las personas que buscan tener reputación en el movimiento de Urantia o que tengan cualquier sentido de propiedad espiritual o engrandecimiento propio no solo serán problemáticos, sino que obstaculizarán de veras esta empresa. La ejemplificación de la unión de almas podría muy bien convertirse en una de las lecciones más importantes que nuestro sistema educativo basado en El libro de Urantia podría mostrar al mundo en nuestra presente edad de renacimiento espiritual.
Hoy día hay una serie de organizaciones educativas que comparten El libro de Urantia con el resto del mundo. Como no vivo en Colorado apenas conozco la recientemente reinaugurada Boulder School. Como solo he participado en unos pocos grupos de debate de la Gospel School prefiero no hacer ninguna valoración sobre ella. He estado algo involucrado en el desarrollo de la Ascension University (AU), que prevé abrir hacia 2020 y tiene ya en marcha una serie de proyectos virtuales y de grupos de debate. Sin embargo he tomado las cuatro clases del UUI sobre cada parte de El libro de Urantia y tengo más de tres años de experiencia con la UBIS, por lo que centraré mi análisis en ellas. Pido disculpas si he omitido alguna otra empresa educativa e invito a esas organizaciones a este debate. Después de todo buscamos desarrollar un sistema de escuelas que dé apoyo a la quinta revelación de época.
UBIS: Aunque la UBIS no fue creada como una escuela tradicional que tiene un plan de estudio organizado y que da alguna forma de certificación más allá de las clases, es una gran primera escuela basada en El libro de Urantia porque se centra totalmente en el desarrollo de los lectores de la quinta revelación de época. La UBIS tiene a algunos de los mejores instructores del movimiento Urantia y presenta un foro virtual en el que los nuevos lectores y los sumamente experimentados se mezclan y aprenden como instructores y estudiantes. Aunque su formato de grupo de estudio es informal, el medio virtual exige muy buenas habilidades de lectura y escritura a los estudiantes y profesores para que las clases tengan éxito. Su web tiene limitaciones y parece anticuada, pero da servicio al formato curricular que usan sus profesores-facilitadores. La UBIS es un excelente terreno de capacitación para futuros instructores que necesitan experiencia en escribir sobre El libro de Urantia en un foro virtual. La UBIS está bien establecida, tiene mucha historia y ofrece una amplia variedad de clases.
UUI: De más reciente creación, el UUI tiende a parecerse más a otras escuelas virtuales con un plan de estudio secuencial y asignaturas optativas. Su sitio web destaca y ofrece muchas oportunidades diferentes para que los estudiantes y los instructores se impliquen en el aprendizaje a través de la adoración, la oración, la conversación, el chat, los vídeos desarrollados por los instructores, numerosos enlaces, seminarios web en directo y otros recursos sumamente útiles. Aunque los cursos básicos son fijos, las asignaturas optativas parece que dependen del instructor. El UUI tiende a estar abierta a otras religiones y cita a una gran variedad de autores religiosos en su sitio web. El UUI está en sus primeras fases de desarrollo, en las que las clases tienden a ser reducidas. En consecuencia la conversación puede ser acertada o errada. Esto mejorará con el tiempo a medida que sus instructores cultiven la experiencia educativa y se desarrollen cursos y objetivos adicionales.
Relación con nuevas escuelas: Ambas escuelas ofrecen un fundamento único y sumamente valioso para los programas curriculares propuestos. Proporcionan un sistema educativo en el que los estudiantes que buscan aprendizaje avanzado puedan estar preparados para un nivel educativo más alto de estudio que dé como resultado la ordenación o la certificación. Las dos escuelas serán fuentes poderosas de instructores capacitados que presenten El libro de Urantia a una gran variedad de niveles de estudiantes e incluso a otras religiones e instituciones. Francamente, cualquier nueva escuela lo habría tenido muy difícil para despegar sin el trabajo fundacional de la UBIS y el UUI. Es muy posible que el UUI sea capaz de evolucionar para ofrecer parte o todo el plan de estudios que se propone aquí.
Juntos, la UBIS y el UUI conforman un excelente sistema educativo virtual, aunque todavía tienen que desarrollar planes más firmes de articulación. Por ejemplo, es totalmente posible que después de experimentar una gran variedad de cursos virtuales de la UBIS que expongan a los estudiantes a grupos de conversación centrados en la quinta revelación de época, un lector comprometido con El libro de Urantia pueda progresar a través del plan de estudios básico del UUI que podría transferirse a nuevos programas de capacitación para certificar a instructores expertos y líderes. Estas cosas irán evolucionando a medida que vayan surgiendo necesidades.
Antes que nada, toda institución educativa basada en El libro de Urantia debe ser una organización centrada en Cristo, guiada por el Espíritu y enfocada en la voluntad de Dios. Para los lectores de El libro de Urantia esto significa que esté centrada sinceramente en lo siguiente:
El esfuerzo de desarrollar un entorno real de enseñanza comprometido a compartir El libro de Urantia con el resto del mundo necesitará de muchas personas y una serie de escuelas que tengan diferentes misiones que cumplir. No hay ningún interés en obstaculizar a las escuelas de El libro de Urantia ya establecidas ni de competir con ellas. Necesitamos construir sobre lo que ya tenemos mientras surgen nuevas escuelas para cubrir otras áreas necesarias de estudio y mejorar lo que ya existe. Nuestras escuelas no solo deben trabajar en unidad sino también estar abiertas a otras expresiones de fe y otras empresas educativas espirituales. Ninguna escuela tiene que ser la única que tenga la oferta educativa que certifique a instructores, apoye el aprendizaje permanente de los expertos y prepare a los líderes para dar un servicio espiritual a la comunidad, a su región o al mundo. Se debería animar que haya acuerdos de articulación entre las escuelas de El libro de Urantia y con otras instituciones educativas espirituales y laicas, acuerdos que podrían convertirse en una práctica común.
En nuestra empresa educativa no necesitamos un enfoque de «talla única» en la formación, tal como se observa en la mayoría de los institutos y universidades americanos. Como contraste debemos centrarnos en la flexibilidad curricular que cubra las necesidades educativas y culturales específicas de nuestros estudiantes diversos. Esto significa considerar otros modelos educativos diferentes, como son las escuelas europeas (y quizá la Empire State de Nueva York). Si bien pueden proporcionar modelos interesantes y valiosos, no tenemos que ser esclavos de ellos. Nuestro foco debe estar en fomentar el aprendizaje permanente y en equiparnos para el servicio espiritual. Esto no tiene por qué estar basado en programas de seminarios de tres años o más para conseguir la ordenación, pero podemos aprender mucho de los numerosos seminarios establecidos (tales como Unity Village y Oblate School of Theology).
No tenemos por qué comenzar a lo grande; por ahora será suficiente con centrarse en cada estudiante. Si nuestras clases tienen solo unos pocos graduados, será un éxito si se convierten en instructores expertos y líderes jesusianos efectivos. Nuestro plan de estudio necesita ser flexible, modificable, evolutivo y moldeable según lo que necesite la persona que busca nuestra ayuda.
La primera tarea que necesitamos hacer es desarrollar un catálogo en el que se defina cada plan de estudio y se presenten amplias descripciones de los cursos. Este catálogo solo presenta un amplio mapa de caminos en el que los instructores tendrán la oportunidad de dejar huella con su experiencia, ya que los cursos serán únicos dependiendo del liderazgo del instructor y de la composición del alumnado. La capacitación de instructores expertos puede suponer formatos de clase más tradicionales, articular cursos externos, requerir un título de educación o experiencia equivalente antes de ser admitidos y debe cultivar un importante proyecto académico. Encontramos capacitación de líderes en muchas instituciones laicas y religiosas y en el ejército. Un programa así podría requerir que haya un plan de estudios orientado al individuo, en el que el trabajo aplicado puede incluir proyectos tales como iniciar y fomentar organizaciones comunitarias, trabajar con las principales instituciones del movimiento Urantia y promover la presencia internacional de El libro de Urantia a través de los medios.
Todo esto necesita estar organizado, bien presentado y publicitado a nivel internacional, abierto a todos los buscadores sinceros de la verdad espiritual, ser factible en un lapso razonable de tiempo y asequible a todos los llamados al servicio espiritual para la quinta revelación de época. La nueva escuela no debería centrarse únicamente en los lectores de El libro de Urantia, sino llegar también a otras religiones y prácticas sinceras de la fe. Todas las escuelas basadas en El libro de Urantia deberían ser empresas guiadas verdaderamente por el Espíritu y centradas en la voluntad de Dios, la instrucción de nuestro Maestro, el liderazgo del Espíritu de la Verdad, y en cooperación con nuestros ayudantes universales invisibles y ángeles y dedicado al servicio universal con nuestros Ajustadores del Pensamiento en una unidad que busca reunirse en una unión de almas.
Los miembros del movimiento Urantia necesitan ser conscientes de que hay una enorme escasez de líderes capacitados de iglesias en los continentes septentrionales . Consideren los siguientes ejemplos: Mi iglesia está bien, tiene unas instalaciones maravillosas, buena música y programas educativos que van desde la cuna hasta la tumba, está poblada por universitarios muy cultos dispuestos a ser voluntarios, tiene una mentalidad liberal, está orientada a la justicia social, es tolerante y está ubicada en una ciudad universitaria de tamaño medio y bajo coste que paga muy bien a su personal. Después del trauma de despedir a nuestro ministro de Educación a tiempo completo el otoño pasado, y después de realizar una búsqueda por todo el país, solo conseguimos un solicitante. Mi hijo poco calificado con una licenciatura en química acaba de aterrizar como acompañante de piano en una muy agradable iglesia metodista porque era el único candidato en una área que tiene una universidad con un programa de doctorado y tres facultades con departamentos de música que ofrecen títulos de piano. El catolicismo está experimentando una gran escasez de sacerdotes y líderes seglares. Otras denominaciones litúrgicas están ordenando a mujeres para cubrir los puestos vacantes. Pequeñas iglesias protestantes de toda Norteamérica tienen que compartir pastores, si es que son lo bastante afortunadas como para encontrar a alguno. Finalmente, en la música, los viejos rockeros, cansados de ser ratas de bar, se están desplazando cada vez más a la comodidad de su concierto semanal en la iglesia mientras guardan celosamente su tragamonedas de guitarra y rechazan activamente que otros músicos (sin importar su calificación) tengan un lugar en la banda, en detrimento del cultivo de las próximas generaciones de músicos. Los expertos que estudian la Iglesia cristiana han conocido esta tendencia durante años, y se prevé que sea mucho peor en un futuro cercano. Todo esto está sucediendo durante el renacimiento espiritual más significativo de la historia.
Hay una necesidad urgente de que el movimiento Urantia comience el trabajo de crear programas de certificación de instructores expertos y líderes. El movimiento Urantia necesita comprender que el proyecto aquí propuesto será un enorme esfuerzo que llevará años desarrollar y cultivar. Consideremos el duro esfuerzo que se ha necesitado para que la UBIS y el UUI estén donde están, y se necesitará más del triple para esta propuesta. Es muy probable que la mayoría de las personas implicadas en el desarrollo inicial de estos programas tenga que ofrecer voluntariamente su experiencia sin ningún tipo de reconocimiento. Una vez más, este no puede ser el trabajo de una sola persona, sino que para conseguirlo ha de implicar a las mejores mentes del movimiento Urantia que trabajen juntas en una unión de almas guiada por el Espíritu.
Recorrer la tercera legua es absolutamente factible. Durante cinco años enseñé en una universidad históricamente negra que crearon cuatro antiguos esclavos en 1866 y que estaba alojada en una cabaña y tenía una docena de estudiantes. Esos instructores visionarios estaban decididos a recorrer la tercera legua, pues creían que podían comenzar una escuela de éxito para afroamericanos recientemente liberados. Fue duro, la escuela era pequeña, siempre faltaban fondos, muebles y libros, los instructores a menudo trabajaban gratis y experimentaron muchas pruebas y dificultades antes de que se estabilizara. Pero juntos tenían una visión y un sueño y actuaban de acuerdo a ellos. Tuvieron la fortaleza y la base para recorrer la primera legua, trabajaron durante la segunda legua y tuvieron la valentía y la perseverancia para recorrer la tercera legua, incluso cuando el Jim Crow South se enfureció contra ellos. Por estar dispuestos a hacer el trabajo pesado, la Universidad Lincoln de Jefferson City (Missouri) hoy está viva y goza de buena salud.
Entonces, ¿cómo recorremos los jesusianos la tercera legua? Necesitamos a gente como USTEDES que estén dispuestos a dar un paso al frente y a ir más allá de la primera legua hasta la segunda legua de presentar un modelo real de trabajo: una plantilla de catálogos en la que una escuela así pueda formularse y evolucionar para hacerse realidad. Si bien la UBIS, el UUI y la AU tienen plataformas bien desarrolladas sobre las que ofrecer cursos virtuales, lo que necesitamos verdaderamente es una visión curricular que establezca un excelente plan de estudios básico y desarrolle programas que den como resultado algún tipo de certificación. Necesitamos acuerdos sólidos de articulación institucional diseñados para proporcionar una amplia variedad de experiencias de estudiantes que fomenten la asistencia a otros, que capaciten a instructores expertos en El libro de Urantia y que preparen a líderes que sirvan a la comunidad, al ámbito regional y al internacional para el movimiento Urantia y el mundo en general.
El libro de Urantia llama claramente a los jesusianos a llevar a cabo esta tarea. No se nos ha confiado la quinta revelación de época para que la escondamos bajo un almud y tener nuestra propia iluminación espiritual o nuestro disfrute privado. Consideren la siguiente cita y sustituyan «cristianismo» por «jesusianismo»:
La religión necesita nuevos dirigentes, hombres y mujeres espirituales que se atrevan a depender únicamente de Jesús y de sus enseñanzas incomparables. Si el cristianismo insiste en olvidar su misión espiritual mientras continúa ocupándose de los problemas sociales y materiales, el renacimiento espiritual tendrá que esperar la llegada de esos nuevos instructores de la religión de Jesús que se consagrarán exclusivamente a la regeneración espiritual de los hombres. Entonces, esas almas nacidas del espíritu proporcionarán rápidamente la dirección y la inspiración necesarias para la reorganización social, moral, económica y política del mundo. [LU 195:9.4]
Por encima de todo tenemos que hacer el trabajo y comenzar a recorrer la tercera legua. Si no somos nosotros, ¿QUIÉN será? Si no es ahora, ¿CUÁNDO? Los campos están maduros y los trabajadores son muy pocos. Dios nos está llamando ahora. ¿Quién dirá «ENVÍAME»?