© 2006 Carmelo Martínez
© 2006 Asociación Urantia de España
No voy a describir el VI Encuentro con una sola palabra, pero si tuviera que hacerlo ésta sería sin duda «unidad». Unidad en el desarrollo de los debates, si bien no unanimidad de criterios, y unidad en el ambiente y las relaciones de los asistentes.
El encuentro se celebró entre los días 28 de abril y 1 de mayo de 2006 en el monasterio San Juan de la Cruz, situado en el barrio de la Fuencisla de Segovia. Un entorno realmente agradable y bello.
Los 30 asistentes llegaron de todas las partes de la geografía española, destacando la asistencia por primera vez de un grupo de lectores de Mallorca.
Siguiendo algunas recomendaciones del encuentro anterior se programaron tres sesiones de debate y la tradicional asamblea de socios el domingo por la tarde, lo que dejó tiempo libre para otras actividades como visitas al monasterio y sus alrededores, y algunos debates «fuera de concurso».
La primera sesión, el sábado por la mañana, trató sobre cómo dar a conocer el LU, con una presentación de Olga basada en el documento 92. Hay que destacar al respecto que sucedió durante el Encuentro una de esas «casualidades» de la vida. Andrea, una de las monjas que nos atendieron en el comedor, quiso conocer nuestro grupo y preguntó por qué estábamos allí. Cuando supo que existía El Libro y que en su parte IV trataba de la vida de Jesús de Nazaret, preguntó si se lo podíamos prestar mientras estuviéramos allí. Andrés se lo prestó. Después de una primera ojeada le pareció muy interesante y quiso saber de qué trataban las otras partes. Y entonces Santi le hizo un resumen en esa línea certera y sorprendente a la que ya nos empieza a tener acostumbrados: Dios es infinito y para acercarse a nosotros, humildes seres finitos, va atenuando su infinitud a través de diferentes fases y etapas hasta llegar a hacerse como nosotros mismos. Jamás se me hubiera ocurrido resumir el Libro de esta manera tan sintética y original. Finalmente, Andrea mostró suficiente interés como para que Andrés le regalara su ejemplar. A las personas preparadas para recibir el Libro no las buscamos, las encontramos.
El comienzo de la tarde del sábado, antes de la segunda sesión programada, se celebró un «fuera de concurso». Se debatió sobre cómo de grande era Órvonton y qué otro espacio, además de la Vía Láctea, podría ocupar. La sesión empezó con una presentación gráfica de Eduardo (de esas tan clarificadoras y «curradas» que sólo él sabe hacer) y continuó con un animado debate. Nos prometimos continuar investigando sobre el asunto.
La segunda sesión, celebrada la tarde del sábado, trató sobre los grupos de estudio y estuvo presentada por Santi basándose en el documento 160. Se comentaron algunos de los contenidos del ‘Kit de inicio de grupo de estudio’ recientemente editado por la Urantia Association International. Diferentes asistentes presentaron sus experiencias de trabajo en los grupos de estudio: organización, periodicidad, lugar de reunión, orden de estudio de los documentos,… El grupo de Mallorca se interesó por todos estos detalles, así que no será difícil que para el próximo Encuentro hayan organizado ya su propio grupo de estudio.
Después de la cena se proyectó el documental ‘El hiperespacio, la vida’.
La tercera sesión, el domingo por la mañana, trató sobre cómo vivir las enseñanzas del LU. La presentación, basada en el documento 147, corrió a cargo de Demetrio. Todos disfrutamos mucho con el excelente y vivido relato de Demetrio de los diferentes sucesos de ese paréntesis de la visita de Jesús y sus apóstoles a Jerusalén. El debate que siguió fue seguramente el que más interés despertó y donde más se demostró la unidad espiritual que caracterizó todo el encuentro.
A continuación y antes de la comida, disfrutamos de otro «fuera de concurso»; se proyectaron algunas diapositivas de Luis con algunos textos extraídos del Libro e ilustrados con imágenes. Posteriormente, Cati nos habló de algunas de sus lecturas en relación con su experiencia de buscadora.
El domingo por la tarde se celebró la asamblea anual de socios de la Asociación Urantia de España, en la que se la dotó de una estructura más acorde al número actual de socios y más sólida para soportar las actividades a realizar en el futuro.
Después de la cena vino la reunión de conclusiones y sugerencias, y la despedida «oficial». La sesión terminó con una divertida y relajada «reunión de pasillo» que se prolongó hasta después de la medianoche y llenó de risas el silencio nocturno del claustro del monasterio.
La despedida del lunes tras el desayuno fue, como siempre, prolongada; tratábamos de aprovechar los últimos momentos. Éramos conscientes de haber vivido una experiencia especial, de haber participado en algo que había sido «como las cosas deben ser», pero que en Urantia no son; unas relaciones entre iguales no propias de este planeta en estos tiempos. Cuando atravesé con cierta tristeza la puerta del monasterio, pensé que dejaba atrás una experiencia de unidad entre hermanos que estaba más cerca de la que nos espera en los mundos mansión que de la que «disfrutamos» actualmente en esta Urantia rota por la traición de Caligastia y la falta de Adán y Eva.