© 1977 Carolyn Kendall
© 1977 The Urantia Book Fellowship (anteriormente Urantia Brotherhood)
Hay un plan divino para cada revelación. Los reveladores vienen a la Tierra en misiones y con propósitos, pero hay un plan primordial, una manera ordenada, de llevar a cabo estas misiones de nueva verdad. ¿Cuál es el plan divino para «nuestra» revelación?
Podemos estar seguros de que el plan divino que estuvo operativo para Caligastia, Adán, Maquiventa y Jesús está nuevamente vigente para nosotros. Este plan abarcador para los planetas, los reveladores y los mortales podría expresarse así:
Se establece la evolución planetaria. Se ve potenciada por la revelación periódica que se imparte mediante técnicas evolutivas que se construyen sobre cimientos existentes y se les permite desarrollarse naturalmente.
Generalmente hay un patrón de crecimiento con revelaciones sucesivas, pero como sabemos, el efecto de la primera y la segunda visita de época prácticamente desapareció. El progreso se desarrolló únicamente a lo largo de líneas evolutivas hasta que Maquiventa Melquisedec llegó en una misión de emergencia para mantener viva la verdad del único Dios en la tierra. No intentó remediar los propósitos de las misiones abortadas del príncipe planetario e Hijo Material. Por extraño que pueda parecerles a muchos, Jesús tampoco lo hizo. Su propósito supremo era realzar aún más la revelación de Dios Padre.
Ciertas características de las dos primeras misiones reveladoras –la dirección de la rehabilitación de la sociedad humana– requieren una administración mayor que la que pueden dar los visitantes transitorios como los Hijos de emergencia y autootorgamiento. En lugar de ocuparse de asuntos políticos, culturales y raciales, Maquiventa y Jesús demostraron la verdad de que, «La única técnica para acelerar la tendencia natural de la evolución social es la de aplicar una presión espiritual desde arriba…» (LU 52:6.7) La hermandad mundial del hombre no surge naturalmente en un mundo aislado sin la ayuda de la revelación de la Paternidad de Dios.
Detectamos la mano de Michael detrás de la aparición de El Libro de URANTIA. Nos intriga saber que el mundo del otorgamiento terminal de un Hijo Maestro recibe una consideración especial. Puede «…hacer y llevar a cabo planes…» de su propia elección si la necesidad es grande. (LU 21:5.9) Incluso puede variar el orden de ajuste evolutivo.
El Libro de URANTIA es único y complejo. Son cinco revelaciones en una y tiene la característica de permanencia. Se revela un nivel de verdad universal que normalmente no se imparte a los planetas en nuestro estado retrasado de desarrollo. Y por primera vez en 500.000 años, desde que el Príncipe Planetario intentó por primera vez elevar las costumbres, tenemos una guía que describe las causas y remedios de las dificultades temporales. Aquí es donde el riesgo es mayor para nuestro Gran Experimento. Aquí es donde los planes divinos juegan su papel crucial.
Haríamos bien en prestar atención a estos sabios consejos: «El orden social actual no es necesariamente justo…» (LU 69:9.18), pero «No se debería intentar ningún gran cambio social o económico de manera repentina. Únicamente los ajustes morales y espirituales se pueden efectuar bajo el impulso del momento…» (LU 81:6.40) Sin embargo, «El hombre es una criatura evolutiva y, en general, debe conseguir su religión por medio de técnicas evolutivas. » (LU 92:6.19) Jesús sabía que era inútil tratar de acelerar la «…manera natural, lenta y segura de llevar a cabo el propósito divino.» (LU 136:8.5) Nunca ganaremos « …nada intentando sortear impacientemente el plan divino establecido por medio de atajos, invenciones personales u otras estratagemas…» (LU 75:8.5)
El proceso de relacionarnos con el plan divino consiste en tratar sinceramente de relacionarnos con la voluntad del Padre.
—Carolyn Kendall