© 1977 Richard Keeler
© 1977 The Urantia Book Fellowship (anteriormente Urantia Brotherhood)
¿Que es el amor? «El amor es el deseo de hacer el bien a los demás.» (LU 56:10.21) Es el «…secreto de la asociación beneficiosa entre personalidades,» (LU 12:9.2) y «… connota el concepto más elevado del hombre sobre las relaciones mortales de respeto y devoción…» Este «… afecto incomparable del Dios viviente por sus criaturas universales» es la «… realidad suprema del universo… » (LU 2:5.11, LU 177:2.3) «… el amor es lo más grande del universo…» (LU 56:10.20)
El amor es humano o divino. El amor humano puede ser sexual o no sexual. Si no es sexual, es paternal o fraternal. Todo amor genuino proviene de Dios.
¿Cuáles son algunos de los buenos efectos de amar a los demás? Uno gana respeto por sí mismo al recibir el amor de Dios y transmitirlo. El amor parece purgar a uno de la mala voluntad, el rencor y la melancolía. El amor desplaza al miedo y hace que afrontar las dificultades sea más fácil. Cuanto más se ama, mejor se siente, más rectamente actúa, más maduramente se comporta, más cerca de Dios se vuelve. Una personalidad amorosa posee una fragancia espiritual que saca lo mejor de los demás.
Para amar a otra persona, primero hay que conocerla. La comprensión se convierte en tolerancia, que brota en amistad, que florece en amor,
Uno puede practicar el amor involucrándose con los demás y sirviéndoles. El servicio es como las olas: el amor de Dios entra y el amor del hombre sale. Donde se encuentran, hay una ola de servicio.
Jesús exhortó a sus seguidores a amar libremente, desinteresadamente e inteligentemente. Amar sabiamente es darse cuenta de que uno mismo tiene ciertos derechos y también merece tiempo y atención.
Si uno realmente quiere amar a los demás, debe practicar el amor paternal, amando a los demás como cree que Dios los ama. El amor de los padres trasciende enormemente el amor fraternal. Siempre busca lo mejor de los demás y se deleita en devolver bien por mal.
Juan Zebedeo preguntó una vez a Jesús cómo podría aprender a ser más amoroso. Lo serás, le dijo Jesús, cuando aprendas a amar más a Dios.
— Richard Keeler