© 2012 Chris Ragetly
© 2012 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
El libre albedrío es una característica común a las deidades, las personalidades sobrehumanas y los mortales evolutivos. Ningún otro ser, fuerza, creador o agente en el vasto universo de universos puede interferir en ningún grado con la soberanía absoluta del libre albedrío humano que opera en los reinos de opción relacionados con el destino eterno de la personalidad mortal que elige. 71.3. Esta observación es válida para todas las personalidades existentes del universo central y los superuniversos, es probable que sea la misma para las criaturas de los niveles futuros últimos y coabsolutos. También es probable que algunas criaturas que operan de forma más o menos automática en niveles terminados no tengan este atributo. Algunos Maestros Controladores Físicos, como los Frandalanks y Chronoldeks, no parecen tener libre albedrío, son seres inteligentes, pero más o menos similares a máquinas vivientes.
El libre albedrío relativo que caracteriza a la conciencia de sí mismo de la personalidad humana está implicado en:
1. La decisión moral, la sabiduría más elevada.
2. La elección espiritual, el discernimiento de la verdad.
3. El amor desinteresado, el servicio a la fraternidad.
4. La cooperación intencional, la lealtad al grupo.
5. La perspicacia cósmica, la captación de los significados universales.
6. La dedicación de la personalidad, la consagración incondicional a hacer la voluntad del Padre.
7. La adoración, la búsqueda sincera de los valores divinos y el amor de todo corazón al divino Dador de los Valores. (LU 16:8.7-14)
Este compromiso de relativo libre albedrío se activa, por tanto, en 7 casos concretos. En primer lugar hay que señalar que el libre albedrío de la personalidad humana es relativo. Lo que significa que sólo puede ejercer su elección dentro de un marco muy específico. El escenario donde se desarrolla la vida de una criatura humana es este marco relativo. Una personalidad humana no tiene la posibilidad de ejercer su elección fuera de su vida terrena, excepto la de hacer la voluntad del Padre o no seguir esta elección. Por lo tanto, una personalidad humana sólo tiene la opción de ejercer su libre albedrío en el espacio de Urantia (podemos considerar que el hecho de haber caminado sobre la luna y de haber enviado sondas a Marte así como a otros planetas de nuestro sistema solar es una especie de expansión de esta elección en el espacio). Cuando se trata del libre albedrío ejercido a lo largo del tiempo, las elecciones de un urantiano tienen consecuencias personales de vital importancia para ese urantiano en particular. Puede trascender el tiempo hacia el pasado, evocar recuerdos y utilizarlos para considerar acciones futuras. Esta criatura humana se proyecta así hacia el futuro, trascendiendo así el tiempo. De hecho, así puede decidir su futuro eterno. Por sus decisiones morales y espirituales, su amor desinteresado, su lealtad grupal, su percepción cósmica, su devoción por hacer la voluntad del Padre y su adoración, este urantiano asegura un destino eterno.
Desarrollemos los siete casos citados en El Libro de Urantia en los que está comprometido el libre albedrío humano:
El Supremo está influenciado por las elecciones y decisiones de las criaturas evolutivas porque: _La presencia espiritual de la divinidad no es caprichosa ni arbitraria; su variación experiencial es inherente al libre albedrío del que están dotadas las criaturas personales.
Lo que determina el diferencial de presencia espiritual existe en tu propio corazón y en tu propia mente, y consiste en tu propia manera de elegir, en las decisiones de tu mente y en la determinación de tu propia voluntad. Este diferencial es inherente a las reacciones de libre albedrío de los seres personales inteligentes, habiendo ordenado el Padre Universal que estos seres ejercieran la libertad de elección. Y las Deidades siempre toman fielmente en cuenta el flujo y reflujo de sus mentes para cumplir con las condiciones y satisfacer las exigencias de este diferencial en la elección de las criaturas. A veces aprovechan más su presencia para responder a quienes sinceramente lo desean, a veces se retiran de escena cuando sus criaturas toman decisiones adversas ejerciendo la libertad de elección que les ha sido divinamente conferida. Así es como el espíritu de la deidad obedece humildemente a las elecciones de las criaturas de los reinos. (LU 13:4.4)
Chris Ragetly