© 2009 Chris Ragetly
© 2009 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Invitado: Asociación Urantia Holandesa | Le Lien Urantien — Número 46 — Primavera 2009 | Crecimiento Personal - Arrival Worlds Houses |
606 Urantia — Satania 24 Jerusem — Norlatiadek 70 Edentia — Nebadon 84 Salvington U Menor Tercera 3 Ensa — U Mayor Quinta 5 Splandon — Orvonton 7 Uversa
(Citas de El libro de Urantia en cursiva; algunos pasajes importantes están en negrita.)
Niveles de realización de las cosas, significados y valores (hecho – idea – relación)
Los autores del Libro de Urantia así como todas las personalidades sobrehumanas tienen la costumbre de llamar a las cosas, significados y valores los tres elementos de la realidad universal: el hecho, la idea y la relación: Ver: LU 196:3.2. Sólo existen tres elementos en la realidad universal: el hecho, la idea y la relación. La conciencia religiosa identifica estas realidades como ciencia, filosofía y verdad. La filosofía tendería a ver estas actividades como razón, sabiduría y fe: realidad física, realidad intelectual y realidad espiritual. Estamos acostumbrados a llamar a estas realidades cosas, significados y valores.
Según nos situemos desde el punto de vista de la religión o de la filosofía, la comprensión de estos tres elementos es diferente pero también complementaria, la conciencia religiosa los considera como ciencia, filosofía y verdad. Observamos que la filosofía se considera “significados”. Como tales nos abren el punto de vista del filósofo que considera estos tres elementos (el hecho, la idea y la relación) como razón, sabiduría y fe, o realidad física, realidad intelectual y realidad espiritual. El “hecho” es comprensible como una “cosa”, la “idea” como un “significado mental” y la “relación” como una comprensión de nuestra filiación espiritual con el Padre Universal, por tanto una “realidad-valor-espiritual»
Podemos considerar los conceptos asociados de las cosas, significados y valores de la realidad universal, y sus relaciones con las Deidades.
Con la esperanza de facilitar la comprensión y de impedir la confusión de cualquier mortal que pueda leer detenidamente estos documentos, estimamos oportuno presentar en esta exposición inicial un resumen de los significados que deberán atribuirse a las numerosas palabras inglesas que se van a emplear para designar a la Deidad y a ciertos conceptos asociados de las cosas, los significados y los valores de la realidad universal. (LU 0:0.3)
(En el párrafo anterior, la palabra “cosas” representa energía, la palabra “significados” significa facultades mentales y la palabra “valores” el nivel espiritual en el que evolucionan las mentes).
En todos los universos, los agentes del Actor Conjunto manipulan sin cesar las fuerzas y las energías de todo el espacio. Al igual que la Fuente-Centro Primera, el Centro Tercero es sensible tanto a lo espiritual como a lo material. El Actor Conjunto es la revelación de la unidad de Dios, en quien todas las cosas consisten{0} —cosas, significados y valores; energías, mentes y espíritus. (LU 9:0.4)
En la vida física, los sentidos comunican la existencia de las cosas; la mente descubre la realidad de los significados; pero la experiencia espiritual revela al individuo los verdaderos valores de la vida. Estos niveles elevados de vida humana se alcanzan mediante el amor supremo a Dios y el amor desinteresado a los hombres. Si amáis a vuestros semejantes, es porque habéis descubierto sus valores. Jesús amaba tanto a los hombres porque les atribuía un alto valor. Podéis descubrir mejor los valores de vuestros compañeros descubriendo sus motivaciones. Si alguien os irrita, os produce sentimientos de rencor, deberíais tratar de discernir con simpatía su punto de vista, las razones de su comportamiento censurable. En cuanto comprendéis a vuestro prójimo, os volvéis tolerantes, y esta tolerancia se convierte en amistad y madura en amor. (LU 100:4.4)
Es muy probable que estos poderes creadores no revelados permanezcan contenidos en estos Hijos durante toda la presente era del universo. Pero creemos que en algún momento del lejano futuro, y en los universos del espacio exterior actualmente en vías de movilización, la unión entre un Hijo Maestro séptuple y un Espíritu Creativo de la séptima fase podría llegar a unos niveles absonitos de servicio acompañados de la aparición de nuevas cosas, significados y valores en unos niveles trascendentales que tendrían una importancia universal última. (LU 21:6.3)
La unificación de estas tres realidades diversas sólo puede realizarse en una mente sólidamente consciente de las cosas, significados y valores, (esta perfecta síntesis experiencial tiene lugar en el Ser Supremo) ver:
Incluso los descubrimientos de la ciencia no son verdaderamente reales en la conciencia de la experiencia humana hasta que no son desenmarañados y correlacionados, hasta que sus hechos pertinentes no tienen un significado efectivo gracias a su inclusión en las corrientes de pensamiento de la mente. El hombre mortal percibe incluso su entorno físico desde el nivel mental, desde la perspectiva de su registro psicológico. Por eso no es de extrañar que el hombre interprete el universo de una manera extremadamente unificada, y luego intente identificar esta unidad energética de su ciencia con la unidad espiritual de su experiencia religiosa. La mente es unidad; la conciencia mortal vive en el nivel mental y percibe las realidades universales a través de los ojos de la dotación mental. La perspectiva mental no proporcionará la unidad existencial de la fuente de la realidad, la Fuente-Centro Primera, pero puede presentar, y alguna vez presentará al hombre, la síntesis experiencial de la energía, la mente y el espíritu en el Ser Supremo y como Ser Supremo. Pero la mente nunca podrá conseguir esta unificación de la diversidad de la realidad, a menos que dicha mente sea firmemente consciente de las cosas materiales, los significados intelectuales y los valores espirituales; sólo existe unidad en la armonía de la trinidad de la realidad funcional, y la satisfacción que proporciona a la personalidad la comprensión de la constancia y de la coherencia cósmicas sólo se hallan en la unidad. (LU 102:2.5)
La espiritualidad ayuda mucho a descubrir la belleza en las cosas, a reconocer la verdad en los significados y la bondad en los valores, ver:
La espiritualidad indica inmediatamente vuestra proximidad a Dios y la medida de vuestra utilidad para vuestros semejantes. La espiritualidad realza la aptitud para descubrir la belleza en las cosas, para reconocer la verdad en los significados y para descubrir la bondad en los valores. El desarrollo espiritual está determinado por la capacidad para llevarlo a cabo y es directamente proporcional a la eliminación de los elementos egoístas del amor. (LU 100:2.4)
Es a través de una técnica cósmica de autorrevelación que se produce este reconocimiento de la realidad de estas tres manifestaciones del Infinito. Cuando se unifican, estos tres factores consisten en una correlación de auténticas experiencias científicas, morales, filosóficas y religiosas. Estas tres intuiciones cósmicas dan validez objetiva a la realidad de las experiencias del hombre sobre las cosas, los significados y los valores. LU 16:6.10. En las efusiones de la mente de los universos locales, estas tres percepciones internas de la mente cósmica constituyen las afirmaciones a priori que hacen posible que el hombre actúe como una personalidad racional y autoconsciente en los dominios de la ciencia, del Filosofía y religión***. En otras palabras, el reconocimiento de la realidad de estas tres manifestaciones del Infinito se lleva a cabo mediante una técnica cósmica de autorrevelación. La materia-energía es reconocida por la lógica matemática de los sentidos, la razón mental conoce intuitivamente su deber moral y el espíritu-fe (adoración) es la religión de la realidad de la experiencia espiritual. Estos tres factores básicos del pensamiento reflexivo pueden unificarse y coordinarse en el desarrollo de la personalidad o volverse desproporcionados y virtualmente incoherentes en sus respectivas funciones. Pero, cuando se unifican, producen un carácter fuerte, que consiste en la correlación de la ciencia fáctica, la filosofía moral y la auténtica experiencia religiosa. Y son estas tres intuiciones cósmicas las que dan validez objetiva, *una realidad, a la experiencia que el hombre tiene de las cosas, significados y valores, y a la experiencia que tiene con ellos *. Los verdaderos valores de La vida se conoce sólo a través de experiencias espirituales, pues la mente debe ser consciente de las cosas materiales, los significados intelectuales y los valores espirituales y es en la unidad que la personalidad se satisface en la realización de la constancia y la coherencia cósmica.
En este momento toma conciencia de su relación con la Deidad experiencial, el Ser Supremo (LU 102:2.5). La síntesis de cosas, significados y valores se produce en niveles de realidad cada vez más ascendentes (LU 106:0.19). La percepción de constancia y coherencia cósmica es una de las experiencias más satisfactorias que puede experimentar la personalidad humana, es decir, sentirse ciudadano cósmico de plenos derechos.
En la vida física, los sentidos comunican la existencia de las cosas; la mente descubre la realidad de los significados; pero la experiencia espiritual revela al individuo los verdaderos valores de la vida. Estos niveles elevados de vida humana se alcanzan mediante el amor supremo a Dios y el amor desinteresado a los hombres. Si amáis a vuestros semejantes, es porque habéis descubierto sus valores. Jesús amaba tanto a los hombres porque les atribuía un alto valor. Podéis descubrir mejor los valores de vuestros compañeros descubriendo sus motivaciones. Si alguien os irrita, os produce sentimientos de rencor, deberíais tratar de discernir con simpatía su punto de vista, las razones de su comportamiento censurable. En cuanto comprendéis a vuestro prójimo, os volvéis tolerantes, y esta tolerancia se convierte en amistad y madura en amor. (LU 100:4.4)
Incluso los descubrimientos de la ciencia no son verdaderamente reales en la conciencia de la experiencia humana hasta que no son desenmarañados y correlacionados, hasta que sus hechos pertinentes no tienen un significado efectivo gracias a su inclusión en las corrientes de pensamiento de la mente. El hombre mortal percibe incluso su entorno físico desde el nivel mental, desde la perspectiva de su registro psicológico. Por eso no es de extrañar que el hombre interprete el universo de una manera extremadamente unificada, y luego intente identificar esta unidad energética de su ciencia con la unidad espiritual de su experiencia religiosa. La mente es unidad; la conciencia mortal vive en el nivel mental y percibe las realidades universales a través de los ojos de la dotación mental. La perspectiva mental no proporcionará la unidad existencial de la fuente de la realidad, la Fuente-Centro Primera, pero puede presentar, y alguna vez presentará al hombre, la síntesis experiencial de la energía, la mente y el espíritu en el Ser Supremo y como Ser Supremo. Pero la mente nunca podrá conseguir esta unificación de la diversidad de la realidad, a menos que dicha mente sea firmemente consciente de las cosas materiales, los significados intelectuales y los valores espirituales; sólo existe unidad en la armonía de la trinidad de la realidad funcional, y la satisfacción que proporciona a la personalidad la comprensión de la constancia y de la coherencia cósmicas sólo se hallan en la unidad. (LU 102:2.5)
Nos encontramos con otra definición del Libro de Urantia sobre cosas, significados y valores, que puede dejarnos perplejos, es la aparición de máximos terciarios, ver:
Hablamos de lo perfecto y de lo perfeccionado como máximos primarios y secundarios, pero existe además otro tipo de máximo: Las relaciones trinitizadoras y de otros tipos entre los primarios y los secundarios producen la aparición de los máximos terciarios —las cosas, los significados y los valores que no son ni perfectos ni perfeccionados, pero que sin embargo están coordinados con estos dos factores ancestrales. (LU 105:5.10)
Es gracias a la técnica de trinitización y algunas otras relaciones entre los máximos primarios y secundarios que resulta la aparición de máximos terciarios. ¿Cuáles son estos máximos primarios y secundarios? Consulte:
1. Los máximos primarios, la realidad supremamente perfecta, el tipo de universo y de criaturas de Havona.
2. Los máximos secundarios, la realidad supremamente perfeccionada, el tipo de creación y de criaturas superuniversales. (LU 105:5.7-8)
Sabemos que los máximos terciarios son, en lo que a nosotros respecta, realidades finitas que se unifican perfectamente en el Ser Supremo. Es en cierto modo la aparición del perfecto experiencial coordinado que precede (para nosotros) a los máximos primarios perfectos y a la interpretación perfecta, los máximos secundarios.
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