© 1976 David Schlundt
© 1976 The Urantia Book Fellowship (anteriormente Urantia Brotherhood)
La singularidad central de la orientación del Libro de URANTIA radica, en último análisis, en su enfoque en la guía individual singular por medio del Ajustador del Pensamiento interno. Las consecuencias conductuales cotidianas de este «gran salto para la humanidad» son inmediatas y profundas, y se extienden desde aquí hasta la eternidad, y para cada individuo con capacidad de voluntad, independientemente de cualquier otra calificación. Es una transformación revolucionaria en el significado de la auténtica personalidad, y de ella se desprende la promesa de una nueva comunidad.
Ya no se evalúa desde la «posición Alfa» de los orígenes genéticos, la afiliación étnica o nacional o la membresía religiosa, todas y cada una de las personas ahora son visibles desde la «posición Omega» revelada: el punto de vista de todos y cada uno de los fragmentos de Dios que es el infinito potencial dentro de cada uno de nosotros. Tanto los accidentes del nacimiento como los logros de la educación se vuelven relativamente invisibles desde esta asombrosa perspectiva Omega que no mide nuestras deficiencias de naturaleza, moralidad, conocimiento o asociación grupal, sino más bien nuestras posibilidades eternas hacia Dios. Las antiguas igualdades y desigualdades del naturalismo, el legalismo, el intelectualismo y el pueblo elegido se desmoronan ante esta iluminación que ahora marcha sobre el horizonte de la conciencia, alterando el paisaje de significado dondequiera que miremos.
A un paso sorprendente de este punto de vista de majestuoso respeto por el individuo, comenzamos a descubrir profundos cambios de actitud y transformaciones de gran alcance en el comportamiento. La responsabilidad por el crecimiento de otra persona se transfiere inmediatamente de los esfuerzos del propio ego a la red superior de Ajustadores del Pensamiento entre nosotros. ¡Al instante podemos incluso ver que no todos los fragmentos del Padre quieren que conozcan El Libro de URANTIA! Ya no soy orgullosamente el guardián de mi hermano, pero seguramente sé que Dios lo guarda así como a mí.
Aquí se produce un nuevo nivel de individuos majestuosos de la comunidad incluso en las alcantarillas de la vida relacionados a través de la reciprocidad de sus poderosos Monitores Misteriosos. La espiritualidad se eleva al valor del Ajustador: la conciencia aplicada y reaplicada a la vida. Los pecados del espíritu saltan a la perspectiva, y los más grandes ahora no tienen que ver con la carne ni siquiera con la sociedad, sino con la violación y frustración de las relaciones de Ajustador a Ajustador entre nosotros.
Por fin cobra sentido la suprema y amorosa paciencia de Jesús con sus hijos descarriados en todos los niveles, pues el tiempo mismo es revalorizado desde la perspectiva Omega. Cada uno de nosotros, como seres humanos, ni más ni menos5, es igual en el nivel más elevado del ser, a través del contacto directo con Dios interno, un fragmento interno del Padre mismo. Y eso sólo puede conducir al respeto más profundo y elevado por el individuo jamás manifestado en este planeta Urantia.
—David Schlundt