© 1998 The Brotherhood of Man Library
Encontrado en Old Saint Paul’s Church, Baltimore, con fecha de 1692
Ve plácidamente en medio del ruido y la prisa, y recuerda qué paz puede haber en el silencio. En la medida de lo posible, sin rendirse, manténgase en buenos términos con todas las personas.
Di tu verdad en voz baja y clara; escucha a los demás, incluso a los aburridos e ignorantes; ellos también tienen una historia.
Evita a las personas ruidosas y agresivas, son vejaciones para el espíritu. Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado; pues siempre habrá personas mayores y menores que tú.
Disfruta de tus logros tanto como de tus planes. Mantente interesado en tu propia carrera, por humilde que sea; es una posesión real en las fortunas cambiantes del tiempo.
Tenga cuidado en sus asuntos comerciales; porque el mundo está lleno de engaños. Pero que esto no te ciegue a la virtud que hay; muchas personas luchan por altos ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Ser uno mismo. En especial, no finjas el afecto. Tampoco seas cínico con el amor; porque frente a toda aridez y desencanto, es perenne como la hierba.
Toma amablemente el consejo de los años, entregando con gracia las cosas de la juventud. Nutre la fuerza del espíritu para protegerte en la desgracia repentina. Pero no te angusties con fantasías. Muchos miedos nacen del cansancio y la soledad.
Más allá de una sana disciplina, sé amable contigo mismo. Eres un hijo del universo, no menos que los árboles y las estrellas, tienes derecho a estar aquí. Y te quede claro o no, nunca dudes de que el universo se está desarrollando como debería.
Estad, pues, en paz con Dios, cualquiera que sea vuestra concepción de Él; y cualesquiera que sean vuestros trabajos y aspiraciones, en la ruidosa confusión de la vida mantened la paz con vuestra alma. Con toda su farsa, trabajo pesado y sueños rotos, sigue siendo un mundo hermoso.
Ten cuidado. Esfuérzate por ser feliz.
Vi la Eternidad la otra noche como un gran anillo de luz pura e infinita.
Henry Vaughan, El Mundo