© 2020 Dolores Nice
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por Dolores Nice
Durante los más de veinte años que he servido en el Comité Internacional de la Fraternidad, he tenido la oportunidad y el privilegio de viajar con mis compañeros de trabajo a diferentes países para trabajar en ferias de libros y encuentros relacionados con El libro de Urantia. La mayor parte de mi trabajo ha sido en América Latina, pero también fui a Corea, Filipinas y Turquía. En América Latina fui a Costa Rica, México, Ecuador (numerosas veces), Argentina, Guatemala y Colombia. No pude ir a Cuba debido a las restricciones de viaje para los estadounidenses, pero pude asociarme con los lectores de México que fueron con materiales y suministros relacionados con Urantia.
Además de ferias y encuentros de libros, hemos participado en programas de radio y televisión con personas que llaman con comentarios y preguntas. También dimos clases sobre cómo
conducir un grupo de estudio, trabajos secundarios y roles de liderazgo. Una de las experiencias más interesantes fue el viaje por carretera a cuatro ciudades de Ecuador. Rentamos un mini bus y fuimos a Quito, Guayaquil, Ambato e Ibarra. ¡Qué aventura adaptarse a las carreteras de la Cordillera de los Andes y tratar de respirar a gran altura!
En Ibarra habíamos alquilado un salón de reuniones para dar nuestras presentaciones. Nos sorprendió ver una casa llena y después muchos se acercaron a hablar con nosotros. Recuerdo especialmente a dos jóvenes que tenían tantas preguntas y me mostraron con orgullo las gastadas páginas que habían copiado del Libro de Urantia.
Tenía conmigo una pequeña maleta llena de Libros de Urantia, así que les pregunté si les gustaría tener uno. ¡Estaban encantados! Los libros eran muy caros. Me dio tanta alegría darles este regalo. En nuestra última noche, Ecuador se despidió con un terremoto. Mi compañera de cuarto Susan Ransbottom de Colorado estaba bastante conmocionada, pero siendo de California lo tomé con calma. ¡Solo se sintió como un 4.5!
En Argentina, paramos en un pueblo llamado Capilla del Monte. ¡Descubrimos que era bien conocido por la actividad extraterrestre, lo que explicaba las exhibiciones de naves espaciales y extraterrestres en la ciudad! Tuvimos una buena asistencia a nuestra reunión. Hicimos un programa de radio y tuvimos muchas llamadas con preguntas y comentarios.
En uno de los aeropuertos me interrogaron en la aduana sobre las bolsas de plástico llenas de vitaminas espirituales que tenía en mi maleta. ¡Pensaron que traía drogas! Las vitaminas espirituales son citas cortas del Libro de Urantia y fueron muy populares y buenas para iniciar conversaciones. En Manila, una de las mucamas del hotel me persiguió por el pasillo porque pensó que había olvidado mi maleta. Era el que había usado para llevar los Libros de Urantia. Le dije que podía quedárselo y estaba sorprendida pero contenta.
Una experiencia aterradora fue en Estambul, Turquía. Charlene Morrow y yo íbamos en un taxi de regreso a nuestro hotel. Estábamos en una carretera muy transitada y el conductor se negó a continuar hasta el hotel debido a una larga fila de autos. Tuvimos que caminar al costado de la carretera unas tres cuadras. ¡Hice un informe policial cuando regresamos al hotel!
Estos viajes me han dado la oportunidad de conocer a muchos lectores y la capacidad de presentar el Libro de Urantia a nuevos buscadores de la verdad. Me siento muy agradecido y honrado de haber podido ser parte de este importante servicio y ser miembro de un equipo de trabajadores para la Revelación.
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