© 2003 Dominique Ronfet
© 2003 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Dedico este texto a la memoria de Jacques Dupont que nos dejó.
Que tengas un buen viaje, Jacques.
Sentido común. Sepa redescubrir y cultivar su sentido común.
Esta frase procedente de nuestros maestros y dada la situación resucitada en la que nos encontrábamos nos hizo sonreír.
Sin duda, su objetivo era calmar las ansiedades recurrentes de algunos con un toque de humor y sabiduría.
De hecho, el período más difícil fue encontrar el equilibrio en nuestro nuevo estado.
Cuerpo nuevo, mente nueva, recuerdos evanescentes de una vieja condición, intuiciones fuertes de valores eternos pero aún mal establecidos: algunos de nosotros nos encontramos en un estado de «shock paradójico», como lo llamábamos.
Nada grave pero significaba que sería necesario un tiempo de adaptación un poco más largo.
Afortunadamente, la gentileza y la paciencia de nuestros profesores parecían ilimitadas.
Una mañana…
(A grandes rasgos los días se dividían entre periodos de clase, trabajo comunitario en los distintos talleres y periodos de turismo-relajación, diremos que la mañana precede al periodo escolar)
…Una mañana uno de nuestros guías nos dijo:
— “Reanudarás tu vida donde la dejaste. »
¿Qué significó esto?
Ya no se trataba de un éxito social miope o de una jubilación prolongada.
Todas nuestras referencias parecían remodelarse en torno a esta nueva forma de pensamiento que nos habitaba (esta nueva mente de la que hablé anteriormente).
La evaluación de lo que quedaba de nosotros era bastante diferente de la que teníamos en nuestros planetas de origen.
Nuestro pensamiento estaba como liberado de ideas superfluas, de prejuicios sobre nosotros mismos o de los demás, de ideas preconcebidas ligadas a nuestros orígenes.
De hecho, nos parecíamos mucho a la versión infantil de nosotros mismos.
Es decir con una increíble frescura de ánimo siempre alerta.
Curiosamente se nos habló muy poco de Dios, de un creador original.
— “Aún eres demasiado inculto para comprender lo que implica un creador infinito. »
Sin embargo, cada uno de nosotros encontró, poco a poco, esta extraña nostalgia, el sentimiento de un origen, esta aspiración a una perfección de nosotros mismos.
Luego nos hablaron del Amigo Interior a quien podíamos acudir.
Este doble que comenzamos a sentir cada vez más.
Luego, algunos se aventuraron hacia el templo y compartieron sus impresiones con los residentes más ancianos.
…continuará…quizás.
Dominique Ronfet