© 2020 Gard Jameson
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Novedades de la reunión de abril 2020 de la Junta | Volumen 14, Número 2, Junio 2020 — Índice | Segundo evento de 24 horas de la Asociación Urantia |
De Gard Jameson, tesorero de la Fundación Urantia (Nevada, Estados Unidos)
Nota de la redacción: Steve Dreier fue un lector veterano de El libro de Urantia que negoció una donación invaluable a la Fundación Urantia en 2016. Gracias a los esfuerzos de Steve, la Fundación recibió 103 cajas de libros de la colección privada de un donante anónimo. La colección incluía libros de referencia, otros volúmenes de autores de referencia y publicaciones de William y Lena Sadler. Este regalo impulsó una importante renovación del sótano, que ahora alberga la Biblioteca Melquisedec y el exquisito Salón de los Portadores de Vida.
Steve vivía en Nueva Jersey con su esposa, Bobbie. Se graduó el 5 de abril después de ser hospitalizado por coronavirus. Bobbie está mejorando el legado de Steve con la donación de su colección personal de libros a la biblioteca.
Steve Dreier ha sido un amigo durante 45 años y sigue siéndolo, aunque haya ascendido a los mundos mansión hace poco. Desde que lo vi por primera vez moverse audazmente desde detrás del atril para tomar una silla y conversar con los asistentes a la conferencia en 1975 en el Kendall College, me he sentido inspirado por este hijo de Dios. Su ingenio y sabiduría le han hecho ganar un lugar de honor dentro de nuestra comunidad. Al igual que Jesús, a menudo planteaba preguntas más que respuestas, sugiriendo que la verdad es más un diálogo continuo que una conclusión específica.
Florence y yo tuvimos el privilegio de tener una sesión de Zoom privada a lo largo de los últimos meses con Steve y Bobbie sobre el Documento 110, «Relación de los Ajustadores con los mortales individuales». Tomábamos unos pocos párrafos a la vez y realmente profundizábamos en el material para iluminar el texto e inspirar a nuestras almas. Steve era un estudiante consumado de la revelación. De hecho algunos le nombraron nuestro rabino residente. Su sonrisa y su compromiso reflexivo eran contagiosos para los que lo conocieron. Muchas veces yo buscaba su consejo espiritual en asuntos serios de mi propio viaje espiritual. Siempre me sentía mejor después de recibir su consejo.
Los que lo conocieron saben que sentía pasión por los textos que fueron utilizados por la comisión reveladora en su presentación de la revelación. No muchos han aceptado la tarea de investigar estos textos y sus autores, pero es un importante campo de investigación para cualquier estudiante serio de El libro de Urantia. Él y yo pasamos mucho tiempo tratando sobre este material y sus implicaciones. Las siguientes fuentes -Ralph Tyler Flewelling, Creative Personality (Documentos 130 y 132), Henry Nelson Wieman, The Issues of Life (Documento 160) o Walter Bundy, («La fe de Jesús», Documento 196)- son monumentales y merecen una profunda reflexión, pues hablan de la impresionante naturaleza de la revelación misma.
Por encima de todo conocí a Steve como amigo. Me alegraba su presencia y sus amables maneras. Ver a Steve y Bobbie y estar con ellos fue motivo de inspiración para mi esposa, Florence, y para mí. Pasamos algunos de los últimos días de su vida con ellos leyendo la revelación, reflexionando sobre los imponderables y compartiendo humor y recuerdos. Steve encarnó lo que significa ser un hijo de Dios. ¡Por eso siempre le estaré agradecido!
¡Espero con ilusión volver a verte de nuevo en lo alto, hermano Steve, en la aventura eterna!
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