© 2005 Georges Michelson-Dupont
© 2005 Mercedes Delgado, de la traducción
© 2005 Asociación Urantia de España
El Libro de Urantia_ en África: relato de un viaje a Dakar | Luz y Vida — Núm. 2 — Septiembre 2005 — Índice |
(Este artículo es la primera entrega de una serie de dos)
I. Exposiciones de la Señora Diagne Ndèye Fatou Bamba y de la Señorita Monique Ndiaye seguidos de debate.
II. Participación de una comida en comunión.
Se establece el intercambio intercontinental e interracial de la espiritualidad (Europa, América, África) con la visita de nuestros hermanos espirituales al GREPS (Grupo de búsqueda y estudio para el progreso espiritual).
«You are my night
You are my days
You are my miracle
In so many ways you give hope»
I.
Testimonio de la Sra. Diagne: Mi vida antes y después de la cosmogonía.
Testimonio de la Sta. Ndiaye: De la indolencia animal a la consagración de la elección.
Fadel Ndiaye: Agradezco a mi padre por la educación familiar con la que me ha gratificado. Le agradezco sobre todo por la educación espiritual que ha iluminado mi relación con Dios y me ha permitido comprender el significado de mi vida y la voluntad de Dios con cada uno de sus hijos.
Renuevo aquí mi compromiso personal para servir a la causa divina que mi padre ha profesado.
Assane Diagne: Sólo la espiritualidad permite a los hombres hablar el mismo lenguaje. Todas las barreras sociales, religiosas y culturales, caen gracias a la educación espiritual que conduce a la fraternidad de todos los hombres. Toda vida viene de Dios y se mueve por Dios. Ciertamente las diferencias existen a causa de las personalidades, pero todos los hombres coinciden en la similitud de la experiencia espiritual. Sólo hay un Dios y la unidad en la tierra se halla en la semejanza con ese Dios. Rezamos a Dios para que se abra la nueva era de espiritualización de la tierra.
Fatou Ndiaye Sow: Agradezco a nuestros invitados y a M. Ndiaye, cuyos esfuerzos constantes nos han permitido hoy día gozar amplia y profundamente del beneficio de la 5ª Revelación. Soy testigo de los esfuerzos de Moussa en la larga búsqueda de Dios y su presteza para compartir con todos los que buscaban la verdad de sus vidas, sea cuales fueran sus edades, sus razas, o sus actividades socioprofesionales. Ha ayudado particularmente a los jóvenes en una época en que el gobierno y el Estado senegalés les abandonaban.
Señalo igualmente que los alumnos han avanzado mucho en la comprensión de Dios y principalmente en su expresión, que se ha vuelto clara y espontánea.
Rezo a Dios para que este esfuerzo educativo se continúe.
Richard Keeler: El amor de Dios no puede estar fuera de la vida. Tiene que ser necesariamente vivido para que se haga real.
Yo pensaba que la bondad sólo podía venir de Dios, pero hoy me doy cuenta de que el hombre que conoce a Dios puede ser bueno y vivir la bondad.
Alioune Badiane: Aprecio la pedagogía de la enseñanza tanto desde el punto de vista de su originalidad como el de su eficacia y efectividad. Aprecio también la gran bondad del amor de M. Ndiaye, que no ha procurado de ninguna manera privilegiar a sus hijos, sino todo lo contrario, se ha abierto a todos los hijos de Senegal, de África e incluso del planeta. Sus hijos, que han aceptado plenamente esta educación, producen una impresión verdadera y positiva en todos aquellos que les rodean.
África necesita desarrollarse a imagen de otros continentes. Este desarrollo tan deseado no puede alcanzar su plenitud si no se impregna de divinidad. M. Ndiaye, que lo ha comprendido tan bien, trató de compartir su conocimiento con los dirigentes de la nación. Pero la simplicidad de Dios en el amor, su verdad y su belleza, escapa a menudo a los hombres imbuidos de sus propios conocimientos intelectuales. La solución de los problemas de la humanidad actual no se halla en las escuelas y universidades, sino en nosotros, en el amor.
M. Ndiaye es hoy el embajador de la 5ª Revelación en África y todos los que él ha instruido han cogido la antorcha.
Ndève Khadv Diagne: El entrenamiento diario y los conocimientos integrados en nuestra vida gracias a este marco educativo nos han llevado a percibir la efectividad de Dios en nuestra vida. M. Ndiaye ha dado su vida, que para nosotros supone hoy el conocimiento de Dios y las transformaciones en la nuestra.
Moussa Ndiaye: Es difícil mantener el esfuerzo humano en la búsqueda de Dios. El gran educador de Nebadón tuvo que padecer la inconstancia de sus apóstoles mientras estaba en la tierra.
Los esfuerzos realizados por nuestros huéspedes en la preservación y la edición del Libro de Urantia y nuestros esfuerzos de búsqueda profunda de la sabiduría divina nos han permitido conjuntamente llegar a estos presentes resultados, unos esfuerzos unificados en Dios. Rezamos a Dios para que mantenga a cada uno de nosotros en este impulso.
II. Participación de la comida en comunión.
Yo nací en una familia musulmana. Cumplía en cierta medida los preceptos del Islam, es decir, las 5 oraciones diarias, la limosna a los pobres y desvalidos, y practicaba también el ayuno. Mi religión me había enseñado que la oración cambiaba el carácter del individuo y lo volvía mejor, pero me di cuenta de que todo eso no llevaba a ninguna transformación, a ningún cambio con respecto a mi ser. Yo seguía siendo la misma. Tras cada oración, pedía a Dios que resolviera mis problemas, mis dificultades, pero yo siempre quedaba insatisfecha. Hasta incluso rezaba sin pensar en Dios. Finalmente dejé de rezar. Mi vida no tenía ya sentido, sólo era subsistencia, una soledad terrible.
Por otra parte tenía muchas preguntas sobre el significado de mi existencia en la tierra, la finalidad de mi ser y, me pregunté incluso si yo existía para Dios. Y eran preguntas que no me atrevía a hacer a nadie por temor a que me tacharan de no creyente o de blasfema. En lo más pro fundo de mí yo tenía un deseo ardiente de comprender, de conocer e incluso de ser la amiga fiel, leal de Dios. El fenómeno de la muerte había creado en mí angustias, un miedo terrible, ya que para la religión musulmana, Dios ya ha elegido a los que van al Paraíso y a los que irán al infierno. Yo vivía cada vez más la incertidumbre y la inseguridad en cuanto a mi destino. Además entendí que el hombre es una lombriz, por su naturaleza material, finita, limitada, mortal y, que nunca podrá conocer a Dios ni acceder a él desde aquí abajo. Como era imposible conocer a Dios, mi vida estaba repleta de cosas insignificantes, podía pasar un día entero durmiendo o escuchando música. Mi vida cada vez era más monótona. Hasta que encuentro este «Grupo de búsqueda y estudio para el progreso espiritual» por mediación de mi marido, que es también miembro de este mismo grupo. Desde que tomé la decisión firme y sincera de conocer a Dios y dedicarle toda mi vida, he sentido emerger una nueva fuerza en mí. Cada vez más se instalaban nuevas necesidades morales, suprahumanas. Os confieso que el día en que me mostraron a los ayudantes, el poder de la personalidad, la presencia personal de Dios en mi mente y la realidad y el significado del alma, sentí una grandísima satisfacción, una liberación de mi ser intelectual, moral y religioso. La educación, el estudio de los textos del libro de Urantia, la preparación diaria, han hecho de mí un nuevo ser, una nueva persona rodeada de fuerzas divinas.
Esta nueva conciencia de Dios y el esfuerzo personal por querer ser como Él, ha traído muchos cambios a mi vida, transformaciones a nivel de mi yo humano. He aprendido a desarrollar un dominio de sí, a templar ciertos impulsos propios de mi animalidad, a suprimir ciertos venenos mentales como la cólera, el nerviosismo, el recelo, la envidia, que podían bloquear e impedir el trabajo de espiritualización del Ajustador.
Gracias a la educación espiritual he aprendido a disciplinar mi mente, mi voluntad, a eliminar ciertas ideas negativas y a dominar y controlar los impulsos de mi cuerpo, de mi ego material y humano. La formación espiritual diaria me ha concedido la oportunidad de desarrollar mi vida interior, es decir, la vida del alma en relación con el Ajustador del Pensamiento. Mientras más avanzo en esta espiritualidad, más vivo la cooperación inteligente con el Ajustador pues los grandes impulsos de mi pensamiento y de mi vida son ya Adoración, Oración y Servicio.
En la vida práctica, la espiritualidad me ha permitido tener una nueva percepción, una elevada comprensión de la familia y de la sociedad.
Como mujer y madre instruida, me esfuerzo con Dios en educar a mis hijos y guiarles conforme a la voluntad divina. La educación de su pensamiento y de su carácter siempre va acompañada de oraciones a sus Ajustadores de pensamiento. Deseo que algún día lleguen a hacer la elección de Dios, convertirse en hijos de Dios por la fe. Trato de hacer lo máximo para cumplir con mi deber parental, asumir mis responsabilidades en cuanto a la educación de los hijos y a la edificación de mi hogar conyugal.
Por otra parte, tengo un nuevo significado de la vida social. Busco la semejanza con Dios, la sociedad es el escenario donde aplico mis conocimientos espirituales. Intento vivir mis relaciones sociales en lo referente a la moral, a la ética y al amor divino. Estoy cada vez más motivada por el deseo de volver mejor al otro, de amarle y de servirle como Dios le ama y le sirve. Siempre rezo a mi Ajustador para que me dé la oportunidad de manifestar la Bondad, el Amor, la Verdad de Dios, a través de mis relaciones con los demás. La espiritualidad me ha enseñado cómo mostrar la Verdad a otras conciencias, a servirles sin interés y, ello me proporciona inmensas satisfacciones.
En mi religión propiamente dicha me he convertido en una mejor musulmana pues me he liberado de los dogmas, del conformismo y, se ha puesto al frente la personalidad, la iniciativa pesonal. Tengo más valor y fuerza para continuar esta experiencia espiritual porque mi Ajustador de pensamiento eleva mis oraciones, me inspira y orienta mis pasos y acciones hacia un movimiento de perfección.
La espiritualidad ha desarrollado en mí una fe dinámica en una Deidad Suprema, la esperanza y la certeza de tener la supervivencia eterna y la certidumbre de lo divino. Mi pensamiento está movido por ideales superiores, por una nueva apreciación y reconocimiento de los valores divinos.
Con este fin, doy gracias a Dios (mi Ajustador de pensamiento) por haberme hecho encontrar esta revelación y el marco educativo que me han permitido tener una conciencia clara e inteligente de la realidad espiritual de Dios. Gracias a la educación y a la formación espiritual, es decir, a la experiencia espiritual auténtica con el Ajustador del pensamiento, he encontrado la paz del corazón, la estabilidad, el equilibrio de mi ser.
Agradezco también a nuestro educador espiritual, en este caso el Sr. Moussa Ndiaye, por su amor desinteresado, por su esfuerzo continuo y por su pedagogía, que me han enseñado a conocer a Dios y a relacionarme con el Ajustador Interior. Pido a Dios que le conceda una larga vida, una salud de hierro para que pueda conseguir su propósito, su ministerio cósmico, y que haya en Senegal y en todo el mundo hombres y mujeres que se le parezcan para que puedan iluminar y educar espiritualmente a todas las personalidades de buena voluntad y de buena fe.
Ruego a Dios para que el número de nuestro grupo aumente en cantidad y en calidad y para que haya en Senegal, en África y en el mundo entero hombres y mujeres sedientos de la verdad y de la perfección a fin de dar a sus Ajustadores la oportunidad de espiritualizarlos y perfeccionarlos.
Ruego a Dios para que bendiga a nuestros huéspedes, que el Espíritu de la Verdad les guíe y el Espíritu Santo les inspire; que estén bajo la protección del Supremo Todopoderoso. Que su estancia en Senegal constituya para ellos la ocasión de vivir plenamente la fraternidad espiritual.
Gracia y alabanza a Dios nuestro Padre Amante que reina y habita en todos nosotros. Gracias a su Espíritu Interior que nos renueva y renueva la faz de la tierra. Alabanzas a Dios Todopoderoso que nos libera de nuestra materialidad para elevarnos hacia su grandeza. Honor y agradecimientos a nuestro educador espiritual que nos libera de la esclavitud de las tinieblas y de la ignorancia para conducirnos a la luz que da vida.
La educación espiritual que nosotros recibimos aquí, me ha liberado del entorpecimiento, de la ociosidad, de la falta de idealismo y, me ha llevado a adentrarme en una vida dinámica y eficaz que ha cambiado radicalmente mi concepción de la vida. Entre el hastío de una vida insignificante y la falta de objetivos precisos por una parte, y la consagración de mi elección para hacer la voluntad divina por la otra, el camino ha sido largo, muy largo. Mi educador y mi Ajustador pueden felicitarse hoy por haber conseguido, con respecto a mí, la transformación de un ser mediocre puramente materialista en una personalidad dotada de un poder idealista espiritual.
Fundamentalmente gracias a este presente estudio, fueron descubiertos la idea de la evolución y el ideal de perfección. Cuando éstos fueron claramente aceptados, comprendí que debía hacerme cargo de mi vida y completar la educación familiar, social y religiosa anteriores. Con tacto, mi educador me hizo ver que tenía una tendencia a la pereza ante el transcurrir de la vida. Los estudios universitarios, no siempre coronados con éxitos o alegrías, habían terminado por destruir mi gusto por el esfuerzo. La familia me adulaba y apreciaba mi lado pasivo, pues no era una niña rebelde. La creencia en los espíritus había contribuido a anular aún más el esfuerzo personal. La simple creencia en un «Jesús Resucitado» constituía hasta entonces la única prueba tangible de un Dios con nosotros. La formación religiosa me había llevado hasta la confirmación, el más elevado sacramento a esa edad y, me hicieron creer que comulgaba con Dios todos los domingos a través de la Eucaristía.
En cuanto a la sociedad, el modelo más elevado de mujer que ésta me ofrecía era el de una futura esposa, casada con un hombre rico que me entregaría el mundo en una bandeja de oro. Este era desgraciadamente el obscuro marco de mi existencia.
Cuando quise encontrar la verdad y comprometerme en la búsqueda, se sucedieron las decepciones. Los cursos bíblicos impartidos por un monje de «Keur Moussa» a los que me había inscrito, no eran más que repeticiones de pasajes bíblicos y del Concilio Vaticano II, cosas que veníamos oyendo desde el primer curso de catecismo. A pesar de toda su buena voluntad, el monje creaba más duda que certidumbre en mi búsqueda de una verdad inmutable.
Me había acercado a unos morabitos fetichistas, que al parecer, tienen el poder de aclararnos sobre el porvenir, pero la cancioncilla siempre era la misma: mucha suerte, un coche, una casa, un «espíritu malo que atrasa el matrimonio». En suma, dijeron todo salvo lo esencial. Aunque uno de ellos me hizo saber que encontraría a un hombre que cambiaría positivamente mi vida. Pero ¿dónde, cuándo y cómo? la pregunta quedaba en el aire.
El colmo de mi decepción llegó cuando un sacerdote, en respuesta a mi demanda de querer conocer mejor las cosas divinas, me propuso besarle.
Un jerife que frecuentaba la casa me hizo la misma proposición, alegando que la luz se transmitía así.
Ningún hombre puede satisfacer el amor que abrigaba en el fondo de mi corazón y que no era capaz de calificar.
En medio de un mundo bullicioso, en un ambiente relativamente flexible, me sentía desconsoladamente sola y pasaba largas horas a la orilla del mar haciendo preguntas a un Dios que aún no conocía.
Afortunadamente, en un momento en que me abandonaba al mundo, encontré al Sr. Ndiaye Moussa, y Dios me fue revelado y enseñado, y yo lo descubrí en mi vida por su presencia interior. El hombre que me hizo descubrirlo me convenció casi por su propia vida. La enseñanza era tal, por su contenido y su pedagogía, que satisfacía enteramente mi intelecto. Me despertaba al hecho de que mi vida y todo lo que la constituye (el cuerpo, los ayudantes, la personalidad, el Ajustador y el Alma) venía de Dios y tenía un propósito con respecto a Él. Descubría que todos los hombres, todas las razas, todo el planeta, el Universo de los Universos, se abrían a mí gracias a las aptitudes y potenciales que Dios había instalado en mí, y que habían sido despertados por la educación y la experiencia clarificada. La hija universal comenzaba a despuntar. Yo descubría que mis limitaciones físicas, intelectuales y morales en relación a mis deseos de perfección y de eternidad habían desaparecido, en cooperación con el Ajustador, por la creación de mi Alma. Descubría que Dios nos lo ha dado todo y lo ha previsto todo en un fin evolutivo, y que para participar en ello, era necesario hacer funcionar mi libre albedrío. Descubría que con el Ajustador, podía confiar enteramente en Dios y asegurarme su lealtad y su fidelidad. Descubría que mi educador espiritual que trabaja bajo la égida de mi Ajustador, era igualmente bueno, verdadero y digno de confianza. Su ejemplo mismo de vida es la encarnación de un ideal de fraternidad espiritual, el don de sí para que el otro se haga mejor, o lo que es lo mismo, que conozca a su Ajustador e intente parecérsele.
El despertar espiritual fue el fruto de un trabajo educativo de larga duración pero hoy es verdadero y plenamente aprobado. La vida, en todos los ángulos en que podemos concebirla, desde la simple atracción sexual, pasando por la pasión emocional, hasta el más alto ideal divino, nos viene de Dios, se mueve por Él y en relación a Él. Es sobre todo una continua revelación de nuestros talentos y capacidades para mejorarnos a nosotros mismos y a nuestro plan de vida. Ello es posible por el reconocimiento del valor de nuestro ser así como el de nuestros semejantes, el reconocimiento de la paternidad y del destino común de todos los hombres, la certeza del resultado del plan divino, la certidumbre de la fuerza del amor y del triunfo personal por una cooperación total con nuestro Ajustador y una lealtad sin fallo al amor de nuestro educador espiritual.
Así instalada en completa seguridad y total confianza en este ideal, comprendí que sólo Dios merece ser buscado, encontrado y amado, con el riesgo de vender todas mis riquezas para comprar la perla rara.
La aventura que me era propuesta era grandiosa, inmensa, casi utópica, pero en el fondo de mi Alma, algo me decía que mi vida estaba hecha para eso y, que sin ninguna duda, un día saborearía la alegría espiritual de haber elegido a Dios.
Mi vida ya no era sólo una lucha por la existencia (buen trabajo, buena casa, prestigio social). Se convertía más bien en una invitación diaria a vivir con Dios para la realización de mi destino espiritual y para la realización del Supremo.
Aprendí a discernir claramente entre lo que tiene un valor y lo que es un valor, y después, a elegir ser ese valor. Puedo decir que lo mejor que me había enseñado toda la filosofía anterior fue a creer en el valor. Esta educación espiritual, me hace descubrir, por aceptación del ideal, que es necesario hacer algo, además de ser algo. Parecerse a Dios es precisamente llegar a decir Yo Soy en cualquier circunstancia. Yo me he sentido llamada, directamente, personal e ineludiblemente por Dios mismo ante la obligación moral y la satisfacción espiritual de vivir los valores divinos de Bondad, Verdad y Belleza tan atrayentes. Estas tensiones se desarrollan gracias al cultivo de mi pensamiento, a la abnegación y al valor constante de nuestro educador espiritual, a la confianza en mi Ajustador y al designio de Dios, al modelo de fraternidad en la similitud de pensamiento y de experiencia. Me siento atraída hacia una cada vez más elevada calidad de vida, un aumento del valor cualitativo, que sé es inspirado por el Ajustador Interior.
La experiencia cotidiana de vivir según la voluntad y el plan de mi Ajustador, al menos con respecto al deseo y a la voluntad, me hizo ver hasta qué punto mi vida se simplificaba y se enriquecía al entrar en nuevos ejes esenciales, a saber, la vida familiar, la vida socioprofesional y la vida religiosa.
Aprendí a tener una nueva visión de mis padres reconociendo la grandeza de su amor, pero también aceptando su relatividad con respecto al amor del Padre Celestial. La sublimidad del amor de mi educador, que me empuja sin cesar a una comunión con mi Ajustador, me libera progresivamente del amor visceral de los padres.
Representar el valor en la familia que proyecto crear, es ser la madre que ama lo pequeño del hombre, partiendo del nivel de conciencia más ínfimo y pasando por la conciencia de sí y la conciencia de cualquier otra realidad diferente a la mía, hasta llegar, en el mejor de los casos, a la conciencia de Dios. Con este objeto, me libero de la esclavitud masculina, de la extremada dependencia de un hombre a quien estaría sometida, la mayoría de las veces inconscientemente, por el hecho de la cultura social, del miedo a un celibato prolongado o a un divorcio desafortunado. He comenzado a ver al hombre de mi vida más bien como un compañero elegido libremente sobre la base de un consenso moral para vivir la cooperación en la educación de los hijos, míos o adoptados. Ya no temo a los inevitables conflictos conyugales, más bien pienso en su solución en cooperación sincera con mi compañero. Mi responsabilidad y mi presteza para la acción parental se sienten mucho más comprometidas. Si a ello se añade la conciencia clara de hacer la voluntad de Dios, la tarea se hace liviana y se llena de júbilo. También concibo más claramente la liberación de los hijos con respecto a los padres, después de que hayan llegado a la elección moral de Dios tras la infancia y la adolescencia.
Esto lo refuerza el hecho de que he descubierto el verdadero modelo de mujer a través de la Divina Ministra. También he descubierto el modelo de asociación entre Micael y la Divina Ministra en la creatividad, la diferencia en la igualdad y la libertad.
Rezo a Dios para que la familia-hogar, centro de todos los esfuerzos educativos, se preserve en lo más esencial, en su quintaesencia, para la procreación y edificación de los hijos de Dios. Que los padres descubran y vivan la cooperación con su Ajustador y el Ajustador de sus hijos en la educación familiar.
Conocí estos estudios antes de mi actividad profesional: entonces comprendí la primacía de Dios en mi vida, y el carácter secundario del trabajo, útil en cambio para resolver los problemas materiales del mundo. Esta es la razón por la que pedí a mi Ajustador encontrar un trabajo en perfecta armonía con mi estado espiritual actual, un trabajo que me dejara suficiente tiempo libre para profundizar mi conocimiento de Dios, y me lo concedió en efecto.
También se me han aclarado nociones sobre la filosofía y el valor del trabajo. Estos son algunos ejemplos:
En mí nacía un nuevo carácter socioprofesional. La conciencia moral de la aceptación del deber y la conciencia ética del servicio se han convertido en los medios por los que invito a mi Ajustador a que me ayude y haga prevalecer su voluntad en mi medio profesional. Con mis oraciones renovadas y en comunión con los Ajustadores de mis compañeros, veo cómo se puede trabajar para mejorar el carácter humano y nuestras formas de vida y de pensar. Estas oraciones se hacen extensivas al conjunto de la nación, para que los gobiernos comprendan este valor del trabajo, y concomitantemente, los ciudadanos acepten también la necesidad de trabajar.
Las promesas del Evangelio se han cumplido en cuanto a la certeza de mi filiación con Dios. El esclarecimiento de mi relación con Dios, el descubrimiento de mi Ajustador y el conocimiento de mi Creador y de su designio han cambiado para siempre mi vida religiosa. Mi santidad ya no es cosa del bautismo o de la comunión en la Eucaristía. Por el contrario, sólo me debo al estudio voluntario, a la elección deliberada y consagrada de permitir al Ajustador realizar su plan de espiritualización de mi pensamiento. Toda mi vida es entregada a Dios, a ejemplo de nuestro educador espiritual, para que se haga la voluntad divina. Mi promesa al Supremo se reafirma, así como mi promesa espiritual de amar a mis semejantes y hacerles descubrir su Dios interior. Incluso la vida de familia y de sociedad son el escenario donde aplico mi conocimiento para realizar el nuevo modelo de civilización que Dios inspira. Los problemas sociales constituyen generalmente las circunstancias llamadas a evolucionar y a someterse a la regla de la sabiduría y a la fuerza del progreso.
Descubro en mi vida espiritual el valor que crece, que se expande. Tras haber nacido del Espíritu, la realidad espiritual toma una existencia tangible por el hecho de que el crecimiento es ilimitado. Mientras más conozco a Dios, más atraída me siento hacia Él, y no veo el final. La consciencia de mi ciudadanía cósmica está establecida ahora por una eternidad de vida y de divinidad de estatus.
Cuanto más vuelvo atrás, más valoro mis adquisiciones y más me doy cuenta del largo camino que me queda por recorrer. Comprendo y acepto ahora que estén previstos miles de millones de años y de mundos innumerables para conducirnos por medio de la experiencia transformadora ante la presencia de Dios en el Paraíso. Y comprendo que el mismísimo Dios haya venido a vivir a mi pensamiento para realizar mi transformación de ascenso espiritual. Comprendo también que los seres del Paraíso hayan salido de él para asistir al fenómeno extraordinario del Dios que se hace hombre y del hombre que se vuelve Dios en su fusión con el Ajustador que lo habita. El Ajustador en mi pensamiento, la cooperación con nuestro educador y la fraternidad espiritual de la confraternidad universal han hecho de mí un nuevo ser, una hija de Dios nacida de nuevo del Espíritu y que consagra toda su vida al servicio divino de revelar a Dios a los buscadores de la Verdad, sin importar su raza o su religión. Rezo a Dios por un despertar religioso y espiritual en la tierra y por la multiplicación de los cosechadores.
Anexos: textos de las exposiciones y lista de los presentes.
Moussa Ndiaye: Vuestras diferentes ponencias han ayudado a nuestros hermanos espirituales Georges, Richard y Marlène a comprender la esencia de nuestra experiencia espiritual, ya que la duración de su estancia es insuficiente para hacerles vivir todo lo que nos gustaría compartir con ellos.
La creación de este grupo no es en absoluto un acto arbitrario por mi parte. Yo tenía una comprensión de la manera en que funcionaba el pensamiento senegalés, bajo la influencia de factores culturales e históricos. Nuestra nación está hecha de varias culturas siendo dos de ellas dominantes, la senegalesa y la occidental, que yo percibía distintamente en el funcionamiento del pensamiento senegalés. Este pensamiento ha conocido una clara evolución por el hecho de que los senegaleses se han abierto e interesado por el esoterismo occidental, la gnosis y las sociedades secretas. Yo había por lo tanto concebido un original acercamiento en la conquista del conocimiento de Dios. Personalmente había estudiado todos estos métodos y había terminado dándome cuenta de que ninguno de ellos llevaba al conocimiento de Dios. Peor aún, podían pasar fácilmente 30 años sin advertir que una buena parte de la vida se habría perdido, lo cual constituía un bloqueo terrible en el pensamiento.
Todo ello me empujó más a buscar para los senegaleses un método más claro y eficaz para conocer a Dios. Este periodo de búsqueda se correspondía, en el plano político y social, con una profunda crisis de la juventud que se manifestaba en enfrentamientos entre los estudiantes y el gobierno en las calles de Dakar. Esto auguraba un gran cambio y yo percibía que pronto, las personas despertarían a la necesidad de ser instruidas sobre ellas mismas, sobre Dios y sobre la sociedad. Dirigí mi plegaria a Dios para encontrar esos cambios e introducir estos conocimientos.
La primera respuesta clara y real que Dios me dio se tradujo en las sesiones de preguntas-respuestas de los jóvenes sobre sus dificultades y su destino. Los encuentros se hacían generalmente los sábados y acudían unos 50 ó 60 jóvenes. Algunos pasaban durante la semana para entrevistas privadas.
Al principio, me sentía satisfecho con responder a sus preocupaciones pues sabía que el pensamiento humano tal como Dios lo ha creado y a fuerza de hacer preguntas, acabaría haciendo la verdadera única pregunta: ¿quién me ha creado y por qué?, ¿quién es Dios? Todas las preguntas de entonces se inscribían en un gran registro. Si queréis os las enviaremos con sus fechas para haceros ver la evolución del pensamiento senegalés. Era tal el entusiasmo de los jóvenes, que querían salir a compartir con el mundo entero su descubrimiento. Les hice saber que aún no había llegado el momento y que cuando llegara muchos de ellos ya no estarían allí. Cuando todas las preguntas acabaron conduciendo a Dios, les pregunté: ¿Queréis conocer a Dios? Todos respondieron afirmativamente. Se seleccionaron siete (7) para comenzar la enseñanza sistemática.
Todos eran sinceros, pero no lo bastante profundos y fuertes para mantenerse en esta búsqueda de Dios. Sólo se quedaron dos: Moustapha y Doudou. La enseñanza se fundamentó a partir de ellos y crece desde entonces. Auténticos estudiantes empezaron a venir y continúan viniendo, procedentes de todas las etnias de Senegal y de otros países africanos. Muchos se formaron y regresaron a sus países de origen, pero seguramente volverán. Eran discípulos y, lo que yo buscaba eran apóstoles que propagaran la 5ª revelación.
Al mismo tiempo yo reflexionaba sobre la familia y la sociedad, la familia cambiante con respecto a las costumbres de la sociedad. Yo quería captar en profundidad este cambio y con ese fin se creó el GREPS: que durante siete (7) años agrupaba una vez al mes, a diferentes especialistas para reflexionar sobre los problemas de la familia. Las conclusiones de estos trabajos se remitieron al Jefe de Estado, Sr. Abdou Diouf, para llamar su atención sobre lo que ocurría en su país. Quedó muy impresionado por este informe. El dossier se confió después a su consejera técnica, la Sra. Elimane Kane, actual ministra de cultura.
El pensamiento religioso también sufría una transformación que tratamos de estudiar. Durante 7 años se organizaron conferencias religiosas mensuales. Nos esforzábamos por comprender cómo los senegaleses percibían el cambio, ello gracias a las intervenciones de eminentes estudiosos del Corán, cuyo trabajo fue tan apreciado que los senegaleses lo siguen aún hoy solicitando.
De esta evolución surgió un concepto en el pensamiento musulmán: «el hombre es un representante de Dios». Éste era un concepto muy elevado con relación a la creencia global. Permitió ver a los estudiosos de la espiritualidad que Dios ha hecho madurar a la sociedad y que los senegaleses tenían necesidad de luz. Lo que los miembros del GREPS recibían como luz a través de las enseñanzas era deseable y necesario al pensamiento senegalés. Así fue como se prepararon para un gran ministerio. El mismo trabajo se llevó a cabo en el mundo católico. Somos conscientes hoy de que Dios nos ha abierto la sociedad. Nos corresponde encontrar las estrategias de intervención en el triple desarrollo del individuo, la familia, la sociedad y la religión. Dios desea que todos los hombres y naciones evolucionen en el conocimiento de Dios, y en la adquisición de una sociedad ideal.
Si no bajamos los brazos, haremos junto a Dios un trabajo importante que las generaciones futuras continuarán. Ésta es una de las misiones del grupo.
La otra parte de la misión concierne a nuestra relación con las demás razas. Este encuentro con nuestros hermanos espirituales se sitúa en esta perspectiva.
Richard Keeler: La meta de la humanidad se encuentra en la eternidad en el Paraíso, donde llegaremos tras 200 billones de años.
Estas revelaciones presentes están destinadas a la generación que viene por los próximos mil años. El intervalo entre las revelaciones se estrecha cada vez más. Adán vino 500.000 años después del Príncipe Planetario. Entre Adán y Melchizedek hubo 35.000 años, entre Melchizedek y Jesús: 1973 años. Entre la encarnación de Micael y estas presentes revelaciones hay exactamente 2000 años. Entre estas revelaciones y nosotros: 50 años. Así pues somos los pioneros de esta 5ª Revelación.
No debemos sorprendernos de nuestros propios frutos del Espíritu ni del de nuestros semejantes, porque la sombra sigue siempre a la sustancia, que es la relación con Dios.
Un cardiólogo ateo oyó hablar de la oración. Hizo el siguiente estudio sobre sus pacientes: los dividió en 3 grupos.
¡Y adivinad los resultados! No cabía duda de que los resultados serían mejores si los pacientes del 2º grupo sabían que se rezaba por ellos. Deseó entonces que sus pacientes también utilizaran esta técnica de la oración cuando tomaban sus medicamentos. La mejoría de la salud sólo era la sombra de la sustancia. Desde ese día, este médico pregunta 2 cosas a sus pacientes al recibirlos: ¿Cree en Dios?, ¿cree en la vida después de la muerte?
Ahora comprendo que el amor, la bondad y la verdad vienen y sólo pueden venir de Dios. La persona que conoce a Dios puede elegir ser como Él, es decir, bueno y amante. Así que si mostramos los frutos del espíritu debemos agradecer a Dios. Doudou y Moustapha, como cada uno de vosotros, son dignos de ser reveladores de Dios.
Ahora voy a hablaros de mi propia existencia. Cuando empecé a leer el libro de Urantia en 1959, yo no tenía la capacidad y mucho menos la experiencia de revelar a Dios. El libro dice en cambio que podemos experimentarlo y saber que Dios es más real que cualquier otra experiencia. Yo tuve esta experiencia, que califico como la más válida y la más querida en mi vida, y sé que cada uno de vosotros es real, pero sé que vuestra realidad y nuestra realidad no son casi nada ante la realidad de Dios. A los primeros fideicomisarios les atormentó el hecho de haberse vendido sólo 3 libros al año. El año pasado se vendieron 300.000 libros. Con un crecimiento del 8%, más de un millón de libros podrían encontrarse entre las manos de los lectores en el año 2008. Sé que la 5ª revelación está viva gracias a Dios, a vosotros y a todos nosotros. Continuad vuestro trabajo. Todos somos miembros de la familia de Dios que va a servir ahora hasta la eternidad.
Georges Dupont: Estoy gratamente sorprendido por la juventud del grupo, y ello me llena de esperanza. Deseo que triunféis en este acometido. Es la primera de todas mis visitas a través del mundo que veo a tantos jóvenes interesarse por la 5ª Revelación.
Karim Diallo: Lo primero que me impresionó en este grupo fue la calidad de la acogida. Tuve muchas experiencias antes, pero nunca descubrí anteriormente lo que hallé en este grupo. Me hicieron ver que yo era libre y que era posible conocer al Dios llamado Infinito. El estudio sobre el Ajustador y la toma de conciencia de su presencia interior me demostraron esta posibilidad.
Siento un gran orgullo y una gran alegría de haber encontrado a Dios. Lo verifiqué en mi 1ª enseñanza, que pronto fue eficaz y acertada. Me daba cuenta de que Dios estaba conmigo todo el tiempo que duró la enseñanza. Conocí la experiencia sublime de descubrir la presencia de Dios en los frutos del Espíritu.
Moussa Ndiaye: Para amar a los hombres hay que conocerles. En la acogida, tratamos de conocer a los hombres según el plan de creación de Dios y a entender su percepción de la vida, resultante de su educación familiar, social y religiosa. Es por lo que los nuevos se sienten cómodos y contentos. Hay que aprender a percibir las necesidades de los que Dios nos envía.
Acta levantada por la Sta. Monique Ndiaye.
Quisiera presentar de manera resumida a nuestros huéspedes y hermanos en Dios, Georges, Marlène y Richard, la vida de nuestro grupo de estudio y de fraternidad espiritual. Trataré de esbozar a grandes rasgos la historia del grupo, analizaré el funcionamiento y los soportes pedagógicos de nuestra comunidad de fraternidad, y finalmente, como testimonio hablaré de mi experiencia espiritual y del beneficio de sus frutos.
En 1973 conocí al Sr. Moussa Ndiaye y a su esposa, en su domicilio, en Fann Hock, un barrio próximo a la Universidad de Dakar. Me condujo allí un amigo que me había dicho: «Voy a presentarte a alguien que responde a todas las preguntas que se le hagan». Estaba verdaderamente excitado. Y el primer sábado que conocí al grupo que dirigía el Sr. Moussa Ndiaye, me quedé encantado y maravillado. La luz que desprendía este hombre sencillo y bueno, y que clarificaba mi pensamiento, me había literalmente iluminado. Aquella noche prácticamente no dormí, y la espera fue larga para que llegara el siguiente sábado y poder verificar si lo que me había ocurrido era pasajero o no. Desde entonces, no he dejado de frecuentar este grupo excepcional. Tras largos años de asiduidad, me seguía preguntando cómo un hombre puede ser tan perspicaz y tan paciente para ponerse al servicio de los demás de manera tan desinteresada y gratuita. He aprendido a conocer a este hombre, a amarlo, porque me ha enseñado a conocer a Dios. Este Dios -Ajustador de Pensamiento- que justifica que un ser humano sea tan fiel a su ideal, el de amar a los hombres.
Así que nos reuníamos cada sábado. Hacíamos preguntas en todos los ámbitos de la existencia: familia, relaciones humanas, política, filosofía, religiones, profetas, Dios, etc… Por muy difíciles y complejas que fueran las preguntas, el Sr. Ndiaye respondía con precisión, naturalidad, amabilidad y pedagogía. Nuestra satisfacción y nuestra alegría eran totales al salir de las sesiones del sábado, desde 1973 hasta 1980.
Estábamos tan felices y seguros de estar en posesión de la verdad que algunos pensaban que teníamos que salir y compartirla con todo el mundo. M. Ndiaye nos desilusionaba y hasta nos disgustaba cuando respondía a esta propuesta : «vosotros que lo decís, no seguiréis ahí para darlo a conocer a los demás». El tiempo le dio la razón, ya que la Sra. Ndiaye, Moustapha y yo mismo somos los únicos supervivientes del comienzo de la vida de este grupo.
La aventura continuaba, algunos se marchaban, otros venían, y nosotros seguíamos haciendo preguntas, y M. Ndiaye seguía respondiendo. Era tan grande la coherencia en las respuestas de M. Ndiaye, y la referencia a Dios tan constante, que las preguntas sobre Dios eran cada vez más numerosas, y un día el grupo preguntó si no era posible acceder a esta Fuente de la Verdad. En seguida, M. Ndiaye comenzó, en 1981, a mostrarnos las enseñanzas sobre la Realidad Espiritual, organizándolas en forma de seminarios: eso fue la Revelación. Cada uno de nosotros recuerda la profunda impresión que el 1º seminario causó sobre su ser. Actualmente, los más avanzados llevan estudiados unos cincuenta seminarios.
Por otra parte, entre 1982 y 1984, organizamos reuniones sociales denominadas «Banquetes», en la mayoría de las casas familiares de los miembros del grupo, para conocernos de manera más objetiva y tranquilizar a las familias sobre nuestras actividades, y desde entonces sienten un gran aprecio por M. Ndiaye. Con ocasión de estas reuniones, en forma de preguntasrespuestas, las preocupaciones sociales de nuestros invitados se hacían numerosas y variadas. Pero en el 15º Banquete, en Agosto de 1984, todas las preguntas portaban sobre el matrimonio, la vida familiar, la educación de los hijos, el punto de vista de la religión o de Dios sobre la familia. Al término de las conversaciones, se levantó una mujer y preguntó si no podíamos crear una escuela del matrimonio. La sala entera le aplaudió.
Desde el siguiente mes, septiembre de 1984, organizamos el primer seminario sobre el matrimonio. Hasta un total de treinta, durante los cuales un conferenciante trataba un tema de la vida familiar, y lo llevaba a debate. Editamos en forma de revistas veinte de estos trabajos, cuyas conclusiones M. Ndiaye hizo llegar hace más de 7 años al Jefe de Estado.
Hacia 1988, iniciamos unos encuentros religiosos en los que estudiosos del Islam hacían exposiciones seguidas de debate. Esto nos permitió tomar el pulso religioso a un nivel bastante elevado, y regocijarnos por la apreciación de nuestra formación espiritual. Y esta es brevemente resumida una gran parte de la historia del grupo, en relación con los problemas de la sociedad.
Me gustaría analizar ahora el funcionamiento y la pedagogía de nuestro grupo espiritual. Este grupo tiene como primera vocación el estudio, la enseñanza y el conocimiento de Dios, teniendo como base la Revelación de Urantia, por el método de la educación espiritual. Nuestras actividades pueden ser analizadas según algunos ejes:
Como conclusión de esta presentación, podemos afirmar que el alma de nuestra actividad espiritual es la educación espiritual. Hemos tenido la suerte y la dicha de acceder a las enseñanzas del Libro de Urantia por mediación de la educación espiritual de M. Ndiaye -que se fundamenta en una pedagogía eficaz y constatada por el tiempo, basada en 3 puntos:
Para terminar me gustaría decir algunas palabras sobre mi experiencia espiritual. He de confesar que no estuve mucho tiempo buscando a Dios antes de encontrarlo, pues conocí a M. Ndiaye muy joven. Las dificultades que tenía quedaron atrás desde que encontré al grupo. De hecho, mi Ajustador, M. Ndiaye y el grupo de fraternidad, conforme a mi voluntad, han hecho de mí lo que soy espiritualmente. Me limitaré a resumir en varios puntos los frutos espirituales resultantes de mi experiencia espiritual personal:
Por ahora, mi objetivo esencial es la unificación progresiva con Dios -mediante el conocimiento y el servicio. Percibo que necesito unificar el ego humano, el alma moroncial, y el Ajustador espiritual, para vivir en la supremacía.
En otros términos, debo coordinar mi vida espiritual, mi vida social y mi vida familiar para mi realización espiritual.
Esto es lo que quería decir a nuestros hermanos y espero que hayan comprendido mejor el funcionamiento de este grupo. Os agradezco vuestra atención.
Mi exposición de esta tarde concierne al enfoque pedagógico por el cual las enseñanzas del Libro de Urantia se han impartido a los estudiantes en espiritualidad del GREPS, teniendo en cuenta las especificidades de nuestra naturaleza humana y de nuestro medio sociocultural.
El Libro de Urantia presenta las revelaciones partiendo desde el Universo Central hasta la vida encarnada de Micael, pasando por los Super Universos y por nuestro Universo Local. Por lo tanto su presentación se conduce de Dios al hombre y es del todo conforme a la manera en que la realidad -que nace de Dios- se distribuye y se diferencia. Sin embargo, el hombre, hace el camino a la inversa en su aventura de progresión espiritual en dirección al Padre Universal, y descubre progresivamente la realidad espiritual mediante un desarrollo de sus dotaciones de base y una transformación de su naturaleza. Y así es como el Señor Moussa Ndiaye pronto comprendió la necesidad de establecer una pedagogía y un enfoque especiales para guiar progresivamente y con seguridad el pensamiento de los senegaleses, en un medio mayoritariamente musulmán, hacia el descubrimiento en ellos mismos de las realidades espirituales. A partir de ahí se trataba de una verdadera educación espiritual.
Así ha sido como las enseñanzas se han desglosado en seminarios. En la cronología de la enseñanza, los primeros seminarios son los siguientes:
A continuación siguen una serie de seminarios sobre la experiencia religiosa, anteriores a otros que tratan sobre la organización del Universo, la historia del planeta en relación con sus vicisitudes, etc…
Con esta aproximación, se advierte el objetivo global, que es permitir al estudiante descubrir mejor su naturaleza potencialmente espiritual a partir de los elementos de base de su naturaleza de partida. La enseñanza minuciosa de los ayudantes le revela la naturaleza real de su mente, y esta comprensión, asociada a la enseñanza sobre el método de la fe, facilitan las relaciones mutuas con el Ajustador que habita esta mente. Después, el seminario sobre el Ego replantea las perspectivas de crecimiento real en una necesidad de abrir el Ego a las influencias espirituales que se describirán con posterioridad más extensamente.
El seminario sobre la vida relata la historia de los primeros seres humanos. Los comentarios correspondientes, así como las informaciones preliminares relativas a la rebelión de Lucifer, la falta de Adán y Eva, además de responder a muchas preguntas que se plantean los estudiantes en ese momento, ofrecen una mejor apreciación de la condición humana.
Este conocimiento de sí (Ayudantes, Ego), combinado con las enseñanzas del seminario sobre la vida, constituyen una amplia base para los seminarios sobre el Ajustador del Pensamiento y facilitan el trabajo del Ajustador antes del seminario sobre el alma (que llega como una justificación de los esfuerzos combinados del hombre y de Dios). El siguiente seminario concierne a la oración puesto que ya se han visto todos los elementos de base para comprender el fenómeno de la oración y hacer oraciones eficaces. El contenido de las enseñanzas sobre la oración viene ahora a aclarar y dar consistencia a las oraciones rituales de las religiones evolucionarias.
En este momento, ya se han planteado todos los conceptos fundamentales para permitir al estudiante comprender a través de su propia vida interior las enseñanzas sobre la experiencia religiosa, distribuidas en varios seminarios. Este esfuerzo personal santificado por las influencias espirituales permite a continuación abordar las enseñanzas en base a la administración divina, principalmente a nivel del Universo Local y, revelar de este modo la identidad de nuestro Hijo Micael. Generalmente, es en esta fase cuando los estudiantes, madurados en el camino por muchas exposiciones, testimonios, valoraciones, etc… están preparados para convertirse a su vez en educadores. Los seminarios continúan de esta manera con el mismo interés pedagógico.
Hay muchos estudiantes que no permanecen hasta los seminarios avanzados. Por este motivo se acomete un particular esfuerzo pedagógico en el primer seminario. Éste contiene los siguientes capítulos:
Las enseñanzas sobre los ayudantes muestran a la vez su plenitud en el dominio científico y material y sus limitaciones en el dominio espiritual, con el fin de introducir bien la fe, no como una actitud de sumisión pasiva, sino como un método dinámico e inteligente que toma en consideración las dimensiones de la personalidad que trascienden las limitaciones materiales. Todos los conceptos esenciales de la experiencia religiosa personal se definen en este primer seminario, aprovechando las preguntas inevitables del estudiante sobre los temas tratados.
El objetivo es que incluso si el estudiante no va más allá de este seminario, se arme lo bastante de conceptos básicos y conocimientos que su Ajustador pueda utilizar en su vida para espiritualizar su pensamiento tanto como pueda. La total eficacia de este enfoque pedagógico para asimilar y vivir las enseñanzas del Libro de Urantia me favoreció personalmente, así como a mis otros hermanos de espíritu, pero sólo he discernido su sabiduría cuando me he dispuesto a enseñar lo que comencé hace 12 años.
Cuando recibimos adecuadamente las enseñanzas del Libro de Urantia, existe una gran luz que ilumina nuestra conciencia. Sin embargo, fue impartiendo estas enseñanzas, después de que el deseo sincero de compartirlas hallara la preparación pedagógica para este fin, cuando me di cuenta de lo que era «la presencia del espíritu». Pude apreciar muchas veces la inspiración del Espíritu Santo durante las preguntas imprevistas de los estudiantes. Entre unos treinta estudiantes, pude calibrar la manera diferencial del Espíritu Ajustador de pensamiento de armonizar espiritualmente a Enseñantes y Enseñados. Estos testimonios corroborados por mis otros hermanos de espíritu me han permitido comprender mejor muchas palabras de Micael durante su encarnación y entender mejor la clase de amor que trató de hacer descubrir a los hombres.
También pude reconocer la importancia de las oraciones altruistas realizadas en grupo por el GREPS dos veces a la semana, de 1981 a 1988. Tras un análisis humano de los problemas, estas oraciones destinadas a la sociedad senegalesa, a África y al mundo, nos permitieron ver aparecer muchos conceptos y hechos nuevos de conformidad con nuestras oraciones, siguiendo caminos imprevisibles que nos edificaron sobre los recursos y la originalidad de Dios el Supremo.
En 1981, cuando aún era estudiante en Francia, en una revisión óptica, mi médico de cabecera descubrió una hipertensión ocular que requería una intervención quirúrgica. La noticia me chocó y, por la noche recé con gran fervor. Tuve un sueño en el que vi a un anciano ciego de raza blanca, con un bastón, en el centro de un círculo donde yo estaba con otros. Giró su bastón hacia mí y me tocó la cabeza, después me desperté. Hablé de ello por correspondencia con mi padre, quien me dijo que prestara atención a los acontecimientos de los días siguientes por si el sueño era premonitorio. Después de haber hecho todas los pruebas preoperatorias, estuve unas semanas sin noticias de mi médico, ni de los hospitales donde realicé las pruebas y terminé creyendo que sin duda la operación ya no era necesaria. Un día en el metro, la antevíspera de mi partida definitiva de Lyon tras terminar mis estudios en el INSA, encontré al anciano ciego del sueño. Pidió ayuda para salir a la estación Charpennes e intuí que nadie del vagón salía, y que era yo quien debía ayudarle a salir. Así ocurrieron las cosas, y una vez en la salida de la boca del metro, me crucé con mi médico de cabecera, una señora que me dijo: «Dios hace bien las cosas, hace varios días que trato de hallarle, en vano, para informarle de la fecha de la operación». En efecto, yo me había mudado hacía tiempo del campus del INSA pues la escuela estaba cerrada. Y fue así como salí con éxito de esta operación. Unos meses después, de vuelta en Dakar, recibí mis primeras enseñanzas del Libro de Urantia, y oí hablar del Ajustador del pensamiento. Comprendí que más allá del carácter anecdótico de esta experiencia e incluso antes de que yo experimentara la realidad de su presencia por las enseñanzas, mi Ajustador me precedía en el camino de nuestro encuentro. Más tarde, en 1990, por dificultades económicas de la sociedad en que trabajaba entonces en Dakar, fui obligado -así como otros colegas- a dar los nombres de tres de los doce agentes que formaban mi unidad, para despedirlos. Esta difícil elección me llevó a rezar constantemente por ellos, según el método perfeccionado con mis hermanos de espíritu y basado en aplicaciones del Libro de Urantia.
Unos meses después de aquello, hubo una huelga de obreros en otra plataforma de la sociedad y me contactaron para dar los nombres de tres agentes que querían contratar con urgencia, en sustitución de los huelguistas. Lógicamente di los de los agentes que habían sido despedidos. Pero antes de ello y durante muchas semanas tuve presentimientos directos, informaciones «casuales» y sueños premonitorios, relativos a la evolución de las medidas conservatorias que la dirección pensaba tomar en beneficio de los agentes despedidos, e incluso hasta los reveses de todas esas disposiciones. Estas y otras experiencias terminaron por hacerme ver la eficacia de la oración unida a una vida de servicio social, vivida realmente según el espíritu.
El GREPS tuvo igualmente que iniciar unas sesiones de adoración, durante las cuales se hacían meditaciones en grupo sobre conceptos básicos, seguidas de conversaciones. Pudimos apreciar que ello aumenta la interiorización de estos conceptos y provoca amplitud de conciencia, condición preparatoria para toda acción inteligente en Dios.
En el marco de sus actividades, el GREPS también ha presentado, a través de sus miembros, numerosas exposiciones sobre obras de autores o sobre experiencias de miembros que han conocido sectas u otros movimientos espirituales. De esta manera, el GREPS ha podido hacer exposiciones sobre la vida y las enseñanzas de RAM, el movimiento Mahikali, sobre Eckankar, muchos otros sufíes del islam, los gnósticos cristianos, la mitología griega, etc…
Como conclusión, el método del GREPS comprende varios enfoques, cuyas finalidades pueden resumirse así:
El Libro de Urantia_ en África: relato de un viaje a Dakar | Luz y Vida — Núm. 2 — Septiembre 2005 — Índice |