© 1999 George Michelson-Dupont
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EXTRACTOS DE UN INFORME DE
Georges Michelson-Dupont, Francia
Muchos de nosotros nos hemos preguntado si el vasto y creciente mundo musulmán podría aceptar El Libro de Urantia y sus enseñanzas, y cómo hacerlo. Esta historia es al menos una respuesta parcial a esas preguntas.
Moussa N’Diaye es un profesor de Psicología Social de 68 años en la Universidad de Dakar. También es un buscador de la verdad y ha dedicado toda su vida a encontrar la verdad sobre Dios. Habiendo crecido como musulmán, superó sus creencias y se embarcó en un viaje espiritual que lo llevó a encontrar Le Livre d’URANTIA en 1973. Después de una lectura cuidadosa, comenzó a estudiar sus enseñanzas. Pronto estuvo convencido de su carácter revelador y decidió compartir la nueva verdad con sus compatriotas.
Conociendo la naturaleza del pensamiento religioso y el trasfondo cultural de los senegaleses (básicamente musulmanes), pensó que no era apropiado presentar el libro sin una cuidadosa preparación intelectual y espiritual. Por eso, estudió cómo Jesús enseñaba a sus apóstoles y a su grupo de creyentes. La presentación de la nueva verdad necesita un enfoque suave, no invasivo y amoroso que no dañe las creencias individuales. También seleccionó en el Corán algunos principios y conceptos básicos que se acercaban a las enseñanzas del Libro de Urantia y sobre los cuales podía iniciar la introducción de ideas ampliadas.
De 1973 a 1980, realizó sesiones de preguntas y respuestas sin revelar a nadie su fuente de inspiración. Durante todo ese tiempo, mediante su sabio ministerio personal, amplió el entendimiento en la mente de los estudiantes y los preparó para aceptar nuevas verdades. También dio charlas y conferencias basadas en las enseñanzas de El Libro de Urantia a sus colegas profesores, líderes religiosos y funcionarios políticos.
Finalmente, en 1980, decidió contarle a un grupo de estudiantes muy comprometidos sobre El Libro de Urantia. Se formó un nuevo grupo que incluía a sus cuatro hijos y comenzó un estudio sistemático del Libro de Urantia. La mayor parte del trabajo de Moussa se basó en enseñanzas personales. Pronto apareció un núcleo de estudiantes.
La tradición musulmana dice que Dios ya ha decidido todo para todos y cada uno de los seres humanos; por lo tanto, si hacen bien o mal, es voluntad de Dios. Moussa comenzó sus enseñanzas con las lecciones sobre los Siete Espíritus Ayudantes de la Mente, seguidas con la Personalidad y el Ajustador del Pensamiento (lo que permite a los estudiantes comprender el funcionamiento y la interacción de esos tres elementos en sus propias mentes). De esta manera, se dan cuenta de que su personalidad tiene un relativo libre albedrío y que pueden conducir sus propias vidas y sobrevivir a la muerte tomando sus propias decisiones.
La comprensión de que Dios vive en su mente y puede ayudar a su alma a tomar esas decisiones fue para la mayoría de ellos un gran descubrimiento y un alivio. Las mujeres eran particularmente sensibles a tales enseñanzas y se sentían liberadas de la tradición musulmana que dice que sólo el marido da a la mujer acceso al Paraíso. Habiendo ampliado previamente su comprensión, las nuevas verdades fueron aceptadas fácilmente. Teniendo como ejemplo los métodos de Jesús, podemos apreciar la sabiduría de un enfoque tan lento y sabio para enseñar nuevas verdades.
Moussa también capacitó a sus alumnos para que se convirtieran en profesores. Les pidió que hicieran presentaciones sobre diversos temas y utilizó sesiones de preguntas y respuestas como método de capacitación. Cuando nuevos lectores llegan al grupo, a cada uno se le asigna uno de los estudiantes/maestros, mujeres con maestras y hombres con maestros. Los maestros dan enseñanzas individuales dos veces por semana, comenzando como lo hizo Moussa y enfocándose en asuntos prácticos y espirituales. Se pone énfasis en practicar la enseñanza todos los días. El éxito de este método no invasivo, respetuoso y cariñoso es evidente. El grupo de profesores y estudiantes está creciendo y expandiéndose fuera de Dakar.
Allá por la década de 1950, los Reveladores aconsejaron a los primeros líderes que formaran miles de grupos de estudio de los cuales surgirían líderes y maestros; hoy estamos experimentando la sabiduría y la perspicacia de tal método. Dos factores son fundamentales para el éxito:
Dijo Jesús a sus apóstoles: Amados míos, siempre debéis hacer una diferencia en la enseñanza para que se adapte a vuestra presentación de la verdad a las mentes y los corazones que están delante de vosotros LU 151:3.1.
Georges Michelson-Dupont, su esposa y Richard Keeler, habiendo oído informes sobre Moussa NDiaye y sus estudiantes, se pusieron en contacto con Moussa y volaron a Dakar, Senegal, el 13 de mayo de 1999. En las propias palabras de Georges:
“Los siguientes tres días fueron maravillosos. Tuvimos varias reuniones, conversaciones, grupos de estudio con diferentes personas y visitas a familias. Escuchamos testimonios individuales de su vida religiosa y compartimos nuestra comprensión de las enseñanzas de El Libro de Urantia. Muy rápidamente llegué a la conclusión de que todos vivían las enseñanzas del libro y se hizo obvio que todos mostraban los frutos del espíritu. Inmediatamente sentí el mismo sentimiento indescriptible de pertenencia a la familia de Dios que experimenté en Nashville. Marlene y Richard sintieron lo mismo. Durante toda nuestra estancia estuvo omnipresente una atmósfera de comprensión y amor. Más allá de nuestras diferencias de cultura y color de piel, era evidente que éramos una sola raza humana, los hijos de Dios.
“Antes del viaje a Dakar, creía que el mundo musulmán sería el último en aceptar las enseñanzas del Libro de Urantia. También me pregunté cómo las personas analfabetas (más del 60 por ciento de la población mundial) podrían tener acceso a esas enseñanzas. Me resulta claro que el plan de los Reveladores, la práctica del método de Jesús y la verdad contenida en las enseñanzas del Libro de Urantia son fundamentales para el éxito de la Quinta Revelación de Época.
“Los estudiantes de Moussa no estaban especialmente capacitados para enseñar los conceptos de El Libro de Urantia, aunque existen algunos conceptos y métodos básicos para aprender mediante entrenamiento. Más bien, fueron transformados al vivir las enseñanzas en su vida diaria y, como resultado, eran atractivos porque mostraban el fruto del espíritu: servicio amoroso y desinteresado y el ministerio discreto a los demás. En este momento, y según Moussa, más de mil personas en Senegal han aprendido sobre las nuevas verdades y El Libro de Urantia.
“Sí, El Libro de Urantia estaba disponible en Dakar, pero fue a través de una divulgación especial y cuidadosa que más de mil mujeres y hombres conocieron sus enseñanzas. Regalar El Libro de Urantia puede ayudar, pero la introducción personal al libro y el ministerio amoroso son mucho más eficientes y efectivos.
“Para iniciar la difusión de las enseñanzas de El Libro de Urantia en un país determinado se requiere un líder/maestro fuerte, iluminado con las enseñanzas de El Libro de Urantia, un nativo del país, que comprenda las necesidades de sus compatriotas y conozca sus necesidades. antecedentes culturales, sociales y religiosos. Ministrará enseñando a los estudiantes, organizando el crecimiento y formando un núcleo de maestros que ministrarán en el área circundante. Con cuidado, perseverancia y paciencia, las nuevas verdades pronto se volverán contagiosas y reemplazarán las viejas creencias en los corazones de cientos y miles de personas. Podemos ver los resultados de tales planes en Estonia, Finlandia, Francia, Lituania, Senegal y otros países.
“Tengo plena confianza en que, de forma lenta pero segura, el mundo musulmán, así como otras culturas, quedarán expuestos con éxito a las enseñanzas del Libro de Urantia si mantenemos la paciencia en nuestras almas. La evolución es la técnica paciente y lenta proporcionada por Dios para hacer al ser humano semejante a Dios. La revolución es la técnica impaciente e imprudente utilizada por Caligastia para evitar que los seres humanos se vuelvan divinos.
“No se puede obligar a un caballo a beber, pero sí se le puede provocar sed, dicen los sabios. Por nuestro sabor espiritual podemos atraer a nuestros semejantes hacia nuevas verdades.
«Estamos plantando semillas pero no debemos esperar cosechar, porque ese es el privilegio y el deleite de Dios, y si lo amamos queremos que él esté encantado».
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