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Según El Libro de Urantia, documento 160: «El éxito en la vida no es ni más ni menos que el arte de dominar las técnicas fiables para solucionar problemas ordinarios». LU 160:1.7 Este documento o los extractos de la filosofía de Rodán nos presentan dos técnicas para resolver problemas: una técnica es la que el propio Rodán propone y otra la que surge de la observación de lo que hace el Maestro Jesús: «la meditación adoradora en solitario».
Cuando pensaba en la presentación, me convencí de que más vale una cosa clara que no dos a medias, así que la presentación se basa en la primera de estas técnicas.
Aunque la técnica de Rodán sea muy buena, necesitamos antes dos requisitos o condiciones necesarias que dependen de nosotros mismos para que su aplicación sea efectiva:
A. En primer lugar, se nos dice que: «Sólo una persona valiente está dispuesta a admitir honradamente aquello que descubre una mente sincera y lógica, y a enfrentarse a ello sin temor» (Ibíd.), es decir, sinceridad con uno mismo y valentía especial, esa que ante las sombras de lo que descubrimos en nosotros mismos y en lo demás decide seguir para adelante.
Atención porque es más difícil de lo que parece, sobre todo con nosotros mismos: «Cuando los problemas de la vida despiertan nuestros temores profundos, cometemos el gran error de negarnos a reconocerlos.» (Ibíd.) Yo entendí este punto muy bien cuando pensé en cómo la gente con adicciones al alcohol, drogas, etc. pasa por un proceso de negación hasta que termina aceptando su adicción. Quizás en ellos se despierta ese temor profundo a ver su autoestima por los suelos cuando se sienten de verdad adictos, prefiriendo negárselo a sí mismos.
«Asimismo, cuando reconocer nuestras dificultades implica reducir nuestra vanidad largamente acariciada, admitir que somos envidiosos, o abandonar unos prejuicios profundamente arraigados, la persona de tipo medio prefiere aferrarse a sus viejas ilusiones de seguridad y a sus falsas sensaciones de estabilidad largo tiempo cultivadas». (Ibíd.)
Repito: «reducir nuestra vanidad largamente acariciada». Cuando somos francos, podemos descubrir que no somos tan listos, ni tan guapos ni tan buenos en eso en lo que hemos basado nuestra autoestima, en eso a lo que volvemos en nuestra mente cuando nos han herido o estamos deprimidos y que nos hace sentir bien. O que, en realidad, tratamos un poco mal a esa otra persona porque envidiamos lo bien que lo hace en algo o su posición en el trabajo o su vida en general. O, que tenemos unos «prejuicios profundamente arraigados» sobre las otras razas, algunos grupos sociales, religiones, el otro sexo, etc. y los hacemos de menos cuando no lo son. Sin embargo, ; todos somos morados por el Ajustador de Pensamiento!
Fijaros que el «precio» que se puede llegar a pagar, en función de la persona, puede ser alto porque, a veces, tocamos la base de nuestra autoestima o la destruimos por completo y, aunque sea momentáneamente, no ser valorado por nosotros mismos nos hace, claro está, sentirnos mal o muy mal. ¿Estará todo esto relacionado con ese renacer del espíritu?
B. La segunda condición es tener «Hambre y sed de verdadera rectitud». Algo que yo resumiría en términos más sencillos como querer ser mejores personas.
Tampoco esta técnica ni ninguna compensará «los defectos inherentes a la personalidad» (aunque por esta parte concreta del documento no me quede muy claro a qué se refiere exactamente con personalidad)
DOC. 160 RODÁN DE ALEJANDRÍA: TÉCNICAS DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
«El éxito en la vida no es ni más ni menos que el arte de dominar las técnicas fiables para solucionar problemas ordinarios» (LU 160:1.7)
Bien ahora vamos con la técnica de Rodán de Alejandría que se nos presenta. Para mí, esta técnica es en esencia analítica, de búsqueda de lo que es verdadero y real. Estos son los pasos:
En resumen, la técnica por pasos sería:
Ahora se trata de aplicar la técnica a un caso real para que quede un poco más claro. Notad que la resolución del problema es puramente personal, es decir, que vosotros podríais llegar a otras conclusiones diferentes y más o menos ciertas que la que aquí muestro.
Juan está pasando por un momento económico difícil. Tiene dos hijos y su mujer acaba de perder el empleo, por lo que la única fuente de recursos que les queda es su propio trabajo. A base de pensarlo está cada vez más tensionado y se crea un hábito de pensar en negativo: el miedo a ser pobre.
De acuerdo. Aparentemente todo es normal en la vida de Juan y, como siempre por la mañana, Juan se levanta y va al trabajo; se sienta en la silla, enciende el ordenador y comienza a pasar unos datos, como todas las mañanas. A los 10 minutos viene el jefe de la empresa, pasa delante de él y Juan le dice: ¡buenos días jefe! Y éste no le contesta, como si allí no hubiese nadie.
A renglón seguido, los miedos creados por Juan actúan en su cabeza: «no me ha saludado, ¿qué le pasará conmigo? Igual no me ha visto, pero no, no es posible si estaba ¡a 2 metros de él! Algo le pasa, igual no está contento con mi trabajo, igual con la bajada de las ventas por la crisis tiene que echar a alguien. Madre mía si las ventas cayeron el mes pasado más de un 30%, es buena persona, pero la empresa pierde dinero seguro, ijo! ¡ Tengo todas las papeletas! ¡Me echa fijo! MADRE MÍA ¿de qué voy a vivir? No seré capaz de pagar la hipoteca, ¿qué vamos a comer?»
Sin prisa pero sin pausa, se van sucediendo los pensamientos en su cabeza y consigue amargarse el día con todos ellos. La pesadumbre le impide disfrutar la cerveza con los amigos, el buen día que hace y las notas de su hija este cuatrimestre…pero, ¿está justificado?
Apliquemos la técnica como si fuésemos Juan mismo: PTO 1: ¿cuál es el problema? Me van a echar del trabajo
PTO2: ¿qué ha pasado? Me libero primero de pasiones, lo veo como si fuese gente que no conozco y no pienso en el miedo a ser despedido. Es decir, lo veo desde fuera. Lo que ha pasado es que simplemente no me ha saludado.
¿Cuál es la causa de no saludarme? Pues realmente pueden ser muchísimas. Perfectamente podría tener otros problemas más importantes y venir pensándolos de casa (infinitas posibilidades) o simplemente no se ha dado cuenta (otra posibilidad) o esa de echarme también es otra posibilidad, etc. ¿Es realista que quiera echarme a la calle solo porque no me ha saludado hoy? NO, porque es una pequeña posibilidad ante un sinnúmero de ellas y no parece nada probable sobre la base de esa sola experiencia.
Visto así, la gravedad del asunto es pequeña
PTO3: Objetivamente lo mejor para todos es que piense en otra cosa, que acepte que la realidad no es la que me dice mi miedo a perder el empleo. Que siga como siempre porque esto no es importante.
PTO4: Aquí el tacto y la tolerancia serían aceptar que el otro también tiene sus cosas y todos nos despistamos: tolerancia. Y seguir como si nada tratándolo igual: tacto.
Importante: si actuásemos desde el miedo y creyéramos que se nos quiere despedir quizás lo trataríamos con ira, damos por hecho el despido, o por el contrario seríamos unos pelotas. Podríamos complicar la situación dramáticamente y cambiar el resultado inicial de todo y quizás nos despidan realmente por ello. Aquí hablo desde mi experiencia, y creo que vosotros también tenéis vivencias similares: podemos complicarlo todo mucho no siendo OBJETIVOS
Ginés está en casa de una amiga de su madre, una persona muy cordial que disfruta mucho cocinando para la gente a la que aprecia y viendo como disfrutan con la comida. La relación de Ginés con esta familia es tan buena que va todos los domingos a casa de esta familia. Pero a Ginés le sienta mal comer un montón de cosas: la harina de trigo, la leche, la cebolla, el ajo y el pimiento, y esta mujer las utiliza y mucho en su cocina, como es normal.
Al principio Ginés por no molestar no dice nada, pero los domingos por la tarde lo pasa acostado en el sofá, tarda días en hacer la digestión, realmente le sienta muy mal. Ginés sabía también que si le ponía tantas prohibiciones a la comida, esta mujer se sentiría muy mal y que si no iba los domingos le sentaría peor. Además, Ginés disfrutaba mucho de la compañía de la familia.
PTO1: ¿cómo resolver esta situación de forma que Ginés no lo pase mal comiendo y todos puedan disfrutar de un día en familia?
PTO2: ¿cómo lo vería nuestro mejor amigo desde fuera? Nos diría: «a ver, amigo:»
«—No te vas a pasar todos los domingos fatal de salud.»
«—Tampoco es bueno para nadie dejar de ir por eso y fastidiar las buenas relaciones personales que tenéis.»
«—Si alguien se ofende porque algo te sienta mal, ¿no es lo más probable que tenga demasiada vanidad por cocinar bien y no sea esto bueno para nadie?»
PTO3 y 4: ¿qué es lo mejor para todos? Confesar mis problemas de alimentación y decir la verdad. Ser constante y paciente con lo que me pasa pero diciendo las cosas con tacto.
Hay verdadera rectitud, porque busco el bien para mi persona y para las demás. ¿Y si no le gusta nada que venga a comer después de lo anterior? Tendré que aceptarlo, aceptarme a mí mismo y ser tolerante sobre el hecho de que otra persona me rechace de alguna manera por basar su autoestima en lo bien que cocina.
La raíz del problema era mi miedo a decir no, o a no contentar a los demás, pero debo valorarme en igualdad de condiciones con los demás y eso puede suponer que haya gente que no me acepte. También, con esta técnica, descubrimos un posible miedo en los demás (basar la autoestima en ser buena cocinera), que tampoco es bueno alimentar.
Como veis, he personalizado este ejemplo con el ánimo de mostraros que se puede aplicar y que da buenos resultados al descubrir lo que pasa realmente, ;solo hay que ponernos a ello!
Atendiendo a nuestro primer ejemplo, nuestro problema real es el miedo a ser despedidos; sin él no le habríamos dado importancia a nada y hubiésemos actuado igual que siempre.
Bien a base de repetir y de darnos cuenta cuál es la verdad o la realidad del asunto, a través de esta técnica, ese miedo se diluye porque no lo creemos ni pensamos. Poco a poco aceptamos más el pensamiento real y menos el negativo del miedo. Y podemos hacer todo esto porque, como dice la ciencia, nuestro cerebro es plástico, puede adoptar hábitos de pensamiento pero también puede cambiarlos… con la suficiente repetición e insistencia. ¡Menuda herramienta!
Por último, me gustaría recordar con vosotros estas frases que me resuenan sobre la validez de esta técnica:
«Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» LU 162:7.2 ¡libres del miedo que aprisiona el alma!
«Si mis palabras permanecen en vosotros y estáis dispuestos a hacer la voluntad de mi Padre, entonces sois realmente mis discípulos. Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Sé que vais a contestarme: Somos los hijos de Abraham, y no somos esclavos de nadie; ¿cómo vamos pues a ser liberados? Pero no os hablo de una servidumbre exterior a la autoridad de otro; me refiero a las libertades del alma. En verdad, en verdad os digo que todo aquel que comete pecado es esclavo del pecado. Y sabéis que no es probable que el esclavo resida para siempre en la casa del amo. También sabéis que el hijo permanece en la casa de su padre. Por consiguiente, si el Hijo os libera, y os convierte en hijos, seréis verdaderamente libres» LU 162:7.2
O la consigna del propio Jesús: «No temáis» LU 140:8.20 («Fear not»)
… Su consigna era «No temáis», y el aguante paciente era su ideal de la fuerza de carácter. Las enseñanzas de Jesús constituyen una religión de valor, de coraje y de heroísmo. Y precisamente por eso escogió, como representantes personales suyos, a doce hombres corrientes que eran en su mayoría pescadores toscos, viriles y valerosos. LU 140:8.20
Después de un periodo de tiempo, creo haber descubierto que esta técnica tiene las cualidades divinas de la verdad (análisis imparcial), la bondad (tolerancia) y la belleza (tacto). Y hasta donde sé, esta técnica de Rodán es complementaria con la técnica que Jesús propone.
¡Saludos cordiales!