© 2013 Guy de Viron
© 2013 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Aquí está la vuelta al cole tras las suntuosas horas de verano, llenas de luz y calor. Época de cosechas y sabores que nos empuja a abastecernos de todos los regalos de la Madre Naturaleza. Es, por tanto, un tiempo de gracia y gratitud antes del próximo frío. ¿Será por eso que Dominique se siente cauteloso al leer el Libro de Urantia, él que esperaba encontrar allí un viático poderoso, un modus vivendi, un sésamo havoniano…? Su pregunta tiene el mérito de interpelarnos.
Afortunadamente, la realidad nos sumerge de nuevo en nuestra materialidad cotidiana, una realidad no tan color de rosa con el sonido de botas en nuestras puertas ante esta modorra demencial de nuestros líderes políticos que han perdido el sentido visionario del bien común. ¿Cómo reaccionar? ¿Qué actitud deberías adoptar?
Sí, es bueno encontrar consuelo en las enseñanzas del Libro de Urantia si se trata de ponerlas en práctica, compartirlas, estimularlas y potenciarlas. De lo contrario, ¿qué sentido tiene estar “iluminado” aunque sólo sea para tener la conciencia tranquila? ¡Ha llegado el momento de tomar decisiones y vivir “de verdad”!
Sin dejar de lado los testimonios de auténticos buscadores de la verdad. Por eso les ofrezco el de Chaz Wesley: “Despertado a la plenitud de la vida”. ¡Es fuerte, es poderoso, es explosivo! ¿Y cuál es nuestro testimonio?
Las ilustraciones están inspiradas en la colección de Bernard Leblanc-Halmos: «¿Dónde encontrar el tiempo?», Guía para el uso del destino, Editions de l’Être/Image.
Observo con deleite las frases de su presentación: “El tiempo humano representa lo más preciado. Es nuestro capital de salud, nuestro seguro de vida para nosotros y quienes nos rodean. Esta guía para el uso del destino, la dietética del tiempo, la dietética del corazón debe mantenerse al alcance de la mano y utilizarse sin moderación para encontrar el tiempo para rejuvenecer la mente en beneficio de todos aquellos con quienes se pasa…”
Feliz lectura a todos.
Fraternalmente suyo.
El editor en jefe
Guy de Virón