© 1992 Gwen Wenzel
© 1992 The Fellowship para lectores de El libro de Urantia
Por Gwen Wenzel, Brier, Washington
Mientras viajaba de Washington a México con mi hija Leslie Alana y mi amiga Jo Thackwray, visitamos muchos grupos de estudio y compartimos las alegrías de la hermandad. Nuestra última parada antes de partir de California fue con una familia muy hermosa y espiritual: los Hunt. El domingo por la tarde nos reunimos para compartir una maravillosa técnica de adoración que aprendí de amigos en Canadá.
20-20-20 es un ejercicio espiritual en el que comenzamos sentándonos juntos en círculo durante 20 minutos y centrándonos en Dios, tratando de comprenderlo, enviándole nuestro amor y olvidándonos de nosotros mismos. A la señal de los primeros 20 minutos pasamos directamente a escribir durante los segundos 20 minutos, usando el papel en blanco que tenemos a mano para escribir cualquier cosa que se nos ocurra. Durante los últimos 20 minutos compartimos lo que ha fluido a través de nosotros y en el papel.
Como siempre, nos sorprendió la verdad, la belleza y la bondad que surgieron de todos los presentes: mayores, adolescentes y nuestra miembro más joven, Ciera Hunt, que tiene diez años. Irradiamos amor puro a los Altísimos y a su vez fuimos agraciados por el Espíritu de la Verdad que estaba presente dentro de nuestra extendida Familia de Dios.
Es con mucho amor y permiso especial que publicamos el siguiente poema escrito por Ciera Hunt durante esta experiencia única e inspiradora. Gracias Ciera!
Por Giera Hunt (10 años)
Soy un duende y tengo buena vista.
Distingo el bien del mal.
No muerdo pero a veces hay que pelear.
Defiéndete
o puede que sea demasiado tarde.
Sin embargo, a veces hay que hacerlo
toma el comentario
¡Ve a volar una cometa!
Porque al ser un hada
tienes que tomar el vuelo.
Olvídate del dolor, olvídate del tiempo.
Pon el tiempo en espera y despliégalo
Haz lo que te parezca correcto, realmente deberías hacerlo.
Los espíritus te ayudarán
los ángeles cantarán.
Muéstrale a Dios que todavía tienes algo de entusiasmo
al final del anillado.
Muéstrale a Dios que aún puedes ser algo
eres una persona, un verdadero ser avivado.
No tienes tiempo que perder.
Vive tu vida inusual y rara.
Ríete de unos árboles, cántale a tu perro
come como un cerdo.
Defiéndete a tí mismo sin luchar.
Oye, Matt, eso no me gusta. Aléjate.
Date una palmadita en la espalda.
Acabas de mostrarle a Dios cómo ser puro.
Juegas con tu mente y
canta hasta con los dedos de los pies
e incluso ocasionalmente húrgate la nariz.
Tienes un espíritu que recomiendo.
Trabaja tu autoestima.
Mírate en el espejo
y decir ¡Hurra!
¡Guau!
¡Ahora!