© 1992 Harry Roloff
El barco de la Jornada | Diciembre de 1992 — Índice | Un momento en el que tomar una decisión muy difícil |
Sobre ese antiguo río rugiente
De sangre humana angustiada
Derramado por sus almas oprimidas
En sacrificio silencioso reparado
Cabalga nuestros espíritus con júbilo
En su cresta espumosa
En el maremoto que todo lo consume
Listo para tragarse con avidez toda oposición.
Intimidación negra, rezamos
Encontrado en todos los tonos de gris.
Será eliminado para siempre.
¿No deberíamos todos elevarnos vertiginosamente
Para caer a través de las tumultuosas olas
Para ser lavados en blanco
Por nuestros pecados de pequeña confianza
Como nadar en el océano más profundo?
Seguramente todavía debemos hacerlo
Débiles son mis ojos
Su percepción es lenta.
Entumecidos están mis miembros
la audiencia baja
Sin embargo, siento un tambor distante
A cuyo código rítmico tarareo
De todo corazón en solemne himno.
Un tambor que no se escucha
Mucho menos se ve
Reverberando claramente entusiasta
Transmitiendo un tono críptico
Instrucciones ocultas a modo de poema.
Las vibraciones lejanas y al mismo tiempo tan cercanas
Más allá del alcance de cualquier oído humano
El anillo resuena y se balancea.
toma el pensamiento
A alguna cosa de otro mundo.
Por este latido del corazón de un tipo diferente
Un mensaje secreto que puedes encontrar
como en el sueño
Soñando profundo
De misterios de muchas mansiones
Y así sucesivamente
Supera el tam-tam.
En el silencio tarareante
Del jardín de flores de tu mente
Espectaculares mariposas revolotean
De brillante floración en floración.
Aquí no hay un orden estricto
Ni desorden confuso
Sino la fragancia floreciente
De olores de otro mundo.
Aquí no hay duda
De «peros» o «si»
Sólo la vibración ronroneante
De desplegarse, crecer.
Libre y sin restricciones
Natural y desenfrenada
La belleza miente
En el aleteo impredecible
De mariposas divinas.
HR — A una hermana
Aquellos que fueron dados intencionalmente
Visión poderosa para ser impulsada
Difícilmente cablgaría una oveja tímida
Cuando puedan cabalgar un corcel de fuego.
O incluso un águila con alas atrevidas
Mucho más allá de todas las nubes para balancearse
Navegar y volar en el calado del Espíritu
Disparando expectantemente hacia adelante
Como en el astil de una flecha.
Nubes amenazantes
Se avecina oscuridad
No causan vacilación ni desvío
Directamente por el medio
Lideran el camino sin objeciones.
Pues protegido por el Poder Supremo
No sienten la necesidad de acobardarse
Sino que continúan con valentía
Su misión-maratón.
Aunque la batalla esté magullada
Y un rayo chamuscó
No se teme ni al infierno ni a la muerte
Como en un vuelo sin fin
Se embarcaron con determinación
Para atrapar esa Luz fantasma.
HR — A un hermano
El barco de la Jornada | Diciembre de 1992 — Índice | Un momento en el que tomar una decisión muy difícil |