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Luz y Vida — Núm. 16 — Presentación | Luz y Vida — Núm. 16 — Febrero 2009 — Índice | Siempre hay un comienzo |
El origen de las mentes cósmicas son los 7 Espíritus Rectores. Son la potencia intelectual del Gran Universo. Ya aclaré anteriormente que el intelecto también es donado por el Espíritu Infinito, a través de los Espíritus Rectores y las Ministras Divinas.
En mundos como Urantia, los Espíritus Rectores no tienen influencia directa en las razas humanas, pero dominan las reacciones básicas mentales de las criaturas ya que son las fuentes de los potenciales intelectuales y espirituales, que han sido especializados en los universos locales para funcionar en la vida de aquellos individuos que habitan los mundos evolucionarios del tiempo y del espacio.
La mente cósmica también explica la similitud y la gran atracción de las mentes humanas. No solo se atraen los espíritus semejantes; las mentes igualmente son fraternales entre sí. Hay algunas mentes humanas que funcionan en acuerdo inexplicable.
En las asociaciones de personalidades de la mente cósmica hay una cualidad que los reveladores llaman «LA REACCION A LA REALIDAD». Esta dotación cósmica universal a las criaturas con voluntad es la que las salva de ser víctimas desvalidas de las suposiciones a priori de la ciencia, la filosofía y la religión. Esta sensibilidad a la realidad de la mente cósmica responde a ciertas fases de la realidad del mismo modo en que la materia y la energía responden a la gravedad. Es más correcto decir que estas realidades supermateriales responden a la mente del cosmos.
La mente cósmica responde sin fallo a 3 niveles de la realidad universal. Estas reacciones son auto evidentes para las mentes de razonamiento claro y pensamiento profundo. Estos niveles son:
1. CAUSACION: La realidad de los sentidos físicos. Los ámbitos científicos de la uniformidad lógica, la diferencia de lo factual y lo no factual, las conclusiones reflexivas basadas en la reacción cósmica. Esta es la forma matemática de la discriminación cósmica.
2. DEBER: El ámbito de la realidad de la moral y del reino filosófico, el campo de la razón, el reconocimiento del bien y del mal relativos. Esta es la forma judicial de la discriminación cósmica.
3. ADORACION: El ámbito espiritual de la experiencia religiosa, la comprensión personal de la fraternidad divina, el reconocimiento de los valores espirituales, la seguridad de la sobrevivencia eterna, la ascensión del estado de siervos de Dios al regocijo y libertad de los hijos de Dios. Este es el discernimiento más elevado de la mente cósmica, la forma reverencial y adoradora de la discriminación cósmica. LU 16:6.5-8
Estas 3 dotaciones de mente a los universos locales, los 3 discernimientos científicos, morales y espirituales, son innatos en la mente cósmica que dota a todas las criaturas volitivas. La experiencia del vivir no deja nunca de desarrollar estas 3 intuiciones cósmicas; constituyen la AUTOCONCIENCIA DEL PENSAMIENTO REFLEXIVO. Pero es triste ver que aquí en Urantia tan pocas personas se regocijan en cultivar estas cualidades de pensamiento cósmico valiente e independiente. En las dotaciones de mente donadas a los universos locales, estos 3 discernimientos de la mente cósmica son las premisas que permiten al hombre funcionar como una personalidad racional y autoconsciente en los ámbitos de la ciencia, la filosofía y la religión. Se reconocen estas 3 realidades del infinito mediante una técnica cósmica de autorrevelación: la materia-energía se conoce por la lógica matemática de los sentidos; la mente-razón intuitivamente conoce su deber moral; la fe-espíritu (adoración) es la religión de la realidad de la experiencia espiritual. LU 16:6.9-10
Estos 3 factores del pensamiento reflexivo pueden coordinarse en el desarrollo de la personalidad o volverse desproporcionados y no relacionados en sus funciones respectivas. Pero si se unifican producen un carácter fuerte, que consiste en la correlación de una ciencia factual, una filosofía moral y una experiencia religiosa genuina. Estas 3 intuiciones cósmicas dan validez objetiva (realidad) a la experiencia humana en y con las cosas, los significados y los valores.
Es propósito de la enseñanza agudizar estas dotaciones innatas de la mente humana; de la civilización, expresarlas; de la experiencia de vida, comprenderlas; de la religión, ennoblecerlas; y de la personalidad unificarlas. LU 16:6.11
La mente cósmica es la mente séptuple diversificada del espacio y el tiempo, cada fase de la cual es ministrada por cada uno de los Siete Espíritus Rectores de uno de los 7 súper universos. La mente cósmica comprende todos los niveles de la mente finita y se coordina experiencialmente con los niveles de la deidad evolucionaria de la Mente Suprema y trascendentalmente con los niveles existenciales de la mente absoluta: los circuitos directos del Actor Conjunto. En el Paraíso, la mente es absoluta; en Havona, es absonita; en Orvonton, es finita. La mente siempre connota la presencia-actividad del ministerio viviente además de variados sistemas de energía, y esto es verdad en todos los niveles y en todos los tipos de mente. Pero más allá de la mente cósmica se vuelve cada vez más difícil describir las relaciones de la mente con la energía no espiritual. La mente havonera es subabsoluta pero superevolucionaria; siendo existencialexperiencial, esta más cerca de lo absonito que de cualquier concepto revelado a vosotros. La mente paradisíaca esta más allá de la comprensión humana; es existencial, no espacial, y no temporal. Sin embargo, todos estos niveles de mente están bajo la égida de la presencia universal del Actor Conjunto, la atracción de la gravedad mental del Dios de la mente en el Paraíso. LU 42:10.6
La mente del Hijo Eterno es como la del Padre, pero distinta de cualquier otra mente del universo, y con la mente del Padre es antepasada con relación a las mentes diversas y vastas del Actor Conjunto. La mente del Padre y del Hijo, ese intelecto que es ancestral de la Mente Absoluta de la Tercera Fuente y Centro, tal vez sea mejor ilustrada en la Premente del Ajustador del Pensamiento porque, aunque estos fragmentos del Padre están completamente fuera de los circuitos de la mente del Actor Conjunto, tienen alguna forma de Premente; conocen y son conocidos, disfrutan el equivalente del pensamiento humano. LU 6:6.3
Veremos cómo sigue esto, pues en el Doc. 107, en LU 107:5.1, el título del punto 5 es: LOS AJUSTADORES TIENEN MENTE. Y así es, y dicen: Los mortales evolucionarios tienden a considerar la mente una mediación cósmica entre el espíritu y la materia, puesto que ese es el ministerio principal de la mente. Por lo tanto es muy difícil para nosotros discernir que los Ajustadores tengan mente, puesto que son fragmentaciones de Dios en un nivel absoluto de realidad, que no es solo prepersonal sino previo a toda divergencia entre la energía y el espíritu. En esos niveles (monista) que es antecedente de la diferenciación entre la energía y el espíritu, no podría existir ninguna función mediadora de la mente, porque no habría divergencias que necesitaran ser mediadas.
Los Ajustadores planifican, trabajan, aman, se comunican entre ellos. Los Reveladores nos dicen que poco saben de su propósito, naturaleza y contacto. Nos dicen que tienen que tener algún tipo de mente, porque si no, no podrían jamás ser personalizados. En este punto, la mente de los Ajustadores, dicen debe ser como la de varias otras órdenes de entidades prepersonales, originarias también de la Primera Fuente y Centro, no reveladas en Urantia, pero todas tienen mente. Estas entidades se unifican con seres no mortales y otros no evolucionarios, pero que hayan desarrollado una capacidad para la fusión con esos fragmentos de la Deidad.
Cuando un Ajustador del Pensamiento se fusiona con el alma moroncial inmortal en evolución del humano sobreviviente, la mente del Ajustador tan solo puede ser identificada como persistiendo separada de la mente de la criatura, hasta que el mortal ascendente alcanza los niveles espirituales de progresión universal. LU 107:5.5
Como vemos hay otros seres totalmente desconocidos para nosotros, inclusive no evolucionarios, pero que se fusionan en algún momento con fragmentos de la Deidad. Y como dice el punto citado, la mente del Ajustador y la mente del humano ascendente actúan por separado hasta la espiritualización plena del ascendente. Aquí nos dicen también que la mente del Ajustador es como la dote de mente del Padre Universal y del Hijo Eterno, que es ancestral a las mentes del Actor Conjunto.
La evolución material (física) nos proveyó de la maquina vital para esta vida: nuestro cuerpo. El Padre nos donó la máxima realidad espiritual de los universos: el Ajustador del Pensamiento. Pero en nuestras manos, sujeta a nuestro libre albedrío, se nos ha dado la mente, y es en ella por lo que viviremos o moriremos. Es dentro de ella y con ella que tomamos esas decisiones morales que nos permiten asemejarnos a nuestro Ajustador, que es nuestro Padre. La mente mortal es un sistema temporal de intelecto prestado a los hombres para su uso en esta vida material, y según usemos la mente, estaremos aceptando o rechazando el potencial de existencia eterna. La mente es prácticamente todo lo que tenemos de realidad universal que esta sujeta a nuestra voluntad, y el alma, el yo moroncial, ilustrará fielmente la cosecha de las decisiones temporales que hace el yo mortal. Y atención a esto: la conciencia humana descansa suavemente sobre el mecanismo electroquímico que está más abajo, y toca delicadamente el sistema de energía espíritu-moroncial que está más arriba. Durante la vida humana nunca somos plenamente conscientes de estos dos sistemas; por lo tanto tenemos que trabajar en la mente, de la cual sí somos concientes. Y cuidado con esto: no es tanto lo que la mente comprenda, sino más bien lo que desee comprender, aquello que asegura la supervivencia; no es tanto cómo es la mente sino cómo está tratando de ser la mente, lo que constituye la identificación espiritual. No es tan importante que estés consciente de Dios, como lo es, que anheles a Dios. Lo que eres hoy no es tan importante como lo que llegues a ser día a día y en la eternidad. La mente es el instrumento cósmico donde la voluntad humana puede tocar la discordia de la destrucción, o sobre la cual la misma voluntad puede hacer sonar las melodías exquisitas de la identificación con Dios y la supervivencia eterna. La mente mortal puede ser distorsionada, torcida y volverse malvada y fea por la maquinación pecaminosa de una voluntad humana perversa, Y mucho OJO aquí: AUTOGRATIFICANTE. Igualmente esta mente puede tornarse noble, bella, verdadera y buena. Grande de verdad si está de acuerdo con la voluntad iluminada por el espíritu de un ser humano que conoce a Dios.
La mente evolucionaria es solo estable y confiable cuando se manifiesta en los dos extremos de la intelectualidad cósmica; el extremo totalmente mecánico y el otro totalmente espiritualizado. Entre ambos extremos está ese enorme grupo de mentes en evolución y ascensión cuya estabilidad y tranquilidad dependen de la elección, de la personalidad y la identificación con el espíritu.
Nosotros no rendimos pasivamente nuestra voluntad a los Ajustadores, más bien elegimos activa, positiva y cooperativamente seguir la guía del Ajustador, cuando, y, como dicha guía difiere conscientemente de los deseos e impulsos de la mente mortal natural.
Los Ajustadores manipulan pero nunca dominan la mente del hombre contra su voluntad, para ellos la voluntad humana es suprema. Tanto respetan y reverencian la voluntad humana, que trabajan para el logro de sus objetivos espirituales de ajuste de pensamiento y transformación del carácter en la arena casi sin límites del intelecto humano en evolución. No olvidemos que el intelecto es dominio del Actor Conjunto, por lo tanto también es su dotación para las razas evolucionarias del tiempo y del espacio.
La mente es tu buque, el Ajustador es tu piloto, la voluntad humana es el capitán. El dueño del barco mortal debería tener la sabiduría de confiar en el piloto divino para guiar su alma ascendente a los puertos moronciales de la supervivencia eterna. Solo mediante el egoísmo, la pereza y el pecado puede la voluntad del hombre rechazar la guía de un piloto tan amante y finalmente naufragar su carrera mortal en los acantilados malignos de la misericordia rechazada y contra las rocas del pecado aceptado. Con tu consentimiento, este piloto fiel te conducirá con seguridad a través de las barreras del tiempo y de los obstáculos del espacio a la fuente misma de la mente divina y aún mas allá, aún hasta el Padre Paradisíaco de los Ajustadores. LU 111:1.9
A todo lo largo y ancho de las funciones mentales de la inteligencia cósmica, la mente domina las partes de la función intelectual. (No nos olvidemos que también el intelecto procede, igual que la mente, del Espíritu Infinito)
La mente, en su esencia, es una unidad funcional (para mi esta es la mejor descripción de la mente) Nunca deja de manifestar esta unidad constitutiva, pese a las dificultades que le pone un yo descarriado. La unidad de la mente invariablemente busca la coordinación del espíritu en todos los niveles de su asociación con los yoes con voluntad y prerrogativas de ascensión.
La mente material del hombre es el telar cósmico que lleva el tejido moroncial en el cual el Ajustador residente teje los diseños espirituales de un carácter universal de valores duraderos y significados divinos; un alma sobreviviente de destino ultimo y carrera sin fin, un finalista potencial.
La personalidad humana se identifica con la mente y el espíritu, vinculados en enlace funcional por la vida en un cuerpo material. Este enlace funcional de mente y espíritu no da como resultado una combinación de las cualidades o atributos de la mente y del espíritu, sino más bien da un valor universal enteramente nuevo, original y único de perduración potencialmente eterna: EL ALMA.
Existen tres factores en la creación evolucionaria de tal alma inmortal, estos antecedentes del alma moroncial humana son:
Los seres intermedios denominan esta alma evolutiva como mente intermedia, para distinguirla de la mente material o más baja, y la mente cósmica o más elevada. Esta mente intermedia, nos dicen, es un fenómeno moroncial, ya que existe entre lo material y lo espiritual.
El potencial de la evolución moroncial es inherente en los dos impulsos universales de la mente: el impulso de la mente finita de la criatura de conocer a Dios y alcanzar la divinidad del Creador, y el impulso de la mente infinita del Creador de conocer al hombre y alcanzar la experiencia de la criatura.
En esencia, nos debe quedar claro que nuestros Ajustadores, desde su llegada a la mente humana, (LU 133:6.5) a la edad entre los 5 y los 6 años se pone a trabajar en el alma, en ese momento nace el alma. Y el alma, esa mente intermedia y moroncial, es lo que nos llevaremos de aquí, y es en definitiva en nuestras almas donde el Creador nos conoce y alcanza nuestra experiencia, y donde nosotros comenzamos nuestra evolución a la espiritualidad.
Por ahora estamos aquí.
Así, la realidad material y mortal del yo trasciende las limitaciones temporales de la máquina de vida física y alcanza una nueva expresión y una nueva identificación en el vehiculo en evolución para la continuidad del yo: EL ALMA MORONCIAL E INMORTAL (LU 111:2.10)
Los errores de la mente mortal, las equivocaciones de la conducta humana retrasan la evolución del alma, aunque no se para dicho proceso moroncial cuando este se inicia por el Ajustador residente con el consentimiento de la voluntad humana. Pero la misma voluntad y previamente a la muerte mortal, tiene el poder de decidir rechazar la supervivencia. Incluso después de la muerte y durante el ascenso, antes de la fusión con el Ajustador, puedes rechazar la supervivencia.
En el momento de la muerte, la identidad funcional asociada con la personalidad humana se interrumpe a través de la cesación del movimiento vital. La personalidad humana, aunque trascienda sus partes constituyentes, depende de ellas para su identidad funcional. La interrupción de la vida destruye los esquemas cerebrales físicos para la dote mental, y la destrucción de la mente termina la conciencia mental. La conciencia de esa criatura no puede posteriormente volver a aparecer hasta que no se haya establecido una situación cósmica que permita que esa misma personalidad humana pueda funcionar nuevamente en relación con la energía viva. LU 112:5.14
Aquí nos dicen con absoluta claridad que, luego de morir nosotros acá, nuestro aparato organismal, la mente, esa unidad funcional que nos describen anteriormente, deja de funcionar, o sea que solo nos sirve en esta vida. Y además queda claro que, mientras no exista una nueva identidad (moroncial en este caso), no volveremos a tener ni la conciencia ni la personalidad.
(Cóntinúa en el próximo número)
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