© 2017 Suzanne Kelly, Nigel Nunn, Julian McGarry, Stuart Kerr
© 2017 Asociación Internacional Urantia (IUA)
Suzanne Kelly, EEUU
Saludos, amigos lectores. El 2017 trajo cambios al formato del Journal, que ahora es una revista en línea que se publica dos veces al año y que podría tener algún número especial que contenga artículos y presentaciones de las numerosas conferencias destacadas que se celebran por todo el mundo.
Este número se centra en el espacio y el tiempo, la distancia y el destino. Nuestra primera colaboración «de fuera de este mundo» es de Nigel Nunn (Australia), y es un viaje enormemente emocionante e informativo por el Gigante Orvontón. Mediante el uso de mapas estelares y un enorme odómetro, Nigel nos ofrece una nueva comprensión de los viajes estelares a partir de la perspectiva del «usted está aquí y le llevará todos estos años-luz llegar allí». «Puesto que hay 250.000 años-luz desde las afueras (cerca de Nebadon) hasta Uversa, y puesto que Uversa está localizado en el centro, ¿deberíamos suponer que Orvonton se extiende (más o menos) una distancia similar en el lado opuesto? Si es así, esto implica una «longitud» de Orvonton del orden de 400.000 a 500.000 años-luz». Y si eso no es bastante para «gravitarles», el baile de Nigel con las divisiones de la materia les hará dar vueltas a la velocidad de un Organizador de la Fuerza y les dará una nueva perspectiva. «Si fuéramos Organizadores de la Fuerza mirando hacia abajo a Orvontón (desde arriba), ¿qué veríamos? Puesto que cada sector mayor tiene su propio centro de rotación [LU 15:3.12], y los diez orbitan alrededor de Uversa [LU 15:3.13], imagino que veríamos algo parecido a diez espirales de gravita electromagnéticamente brillantes, incrustadas en diez torbellinos de ultimata electromagnéticamente oscuros». ¡Un artículo estelar, Nigel!
Nigel Nunn, Australia
Como estudiantes de los documentos Urantia, ¿deberíamos tomarnos en serio «la Isla del Paraíso»? ¿Y la «potencia espacial» y los «organizadores de la fuerza»? Si podemos aceptar tales cosas, parece razonable dar un paso más y tomarnos en serio su descripción del ultimatón, «la primera forma mensurable de energía». [LU 42:1.2]
Dado todo esto, nos encontramos cara a cara con un reto fascinante: cómo conectar los ultimatones con la física y las tecnologías actuales que permiten que funcionen los teléfonos móviles y los satélites GPS. Como sabemos, los chips que hay dentro de nuestros teléfonos explotan algún tipo de «mecánica cuántica», mientras que el sistema de navegación por satélite requiere el tipo de relatividad «ligeramente vislumbrada» [LU 195:7.5] por Einstein.
Desgraciadamente, nuestras mejores ideas actuales para explicar cómo funciona todo esto (nuestros «modelos estándares» de la teoría del campo cuántico y de la relatividad) son incompatibles entre sí. ¿Pero y si El libro de Urantia pudiera mostrar a estas dos teorías cómo «jugar juntas»? Esta es la cuestión que exploro en la primera mitad de un próximo vídeo. En la segunda mitad, considero alguna de las implicaciones de lo que revela El libro de Urantia, primero respecto a los agujeros negros, y a continuación respecto a la Vía Láctea. Las siguientes páginas dan una breve introducción.
Julian McGarry, Australia
Nigel tiene una manera encantadora de hacer que algo bastante complejo sea accesible y comprensible para el mortal promedio. Su explicación de cómo los siete adjutores preparan nuestra mente para que more en nuestro interior el Ajustador del Pensamiento y el Espíritu de la Verdad me fue de gran utilidad. Como hijos de la edad de la información, el mundo de los computadores nos ofrece muchas metáforas que pueden ayudarnos a captar los procesos de este «terreno de elección de la mente» [LU 118:7.5] Veo el cerebro humano más o menos como el «hardware» en el que los Portadores de Vida trabajaron durante millones de años para perfeccionarlo. Para que todo hardware funcione, debe ser capaz de detectar, recibir y procesar el «software» que le da vida. En nuestro caso, ese software comienza como sistema operativo básico… los siete adjutores… circuitos que radian un nivel de consciencia desde la Ministra Divina por todo el universo local, y que dan vida al hardware biomecánico que es capaz de reaccionar a sus pulsaciones rítmicas [LU 36:5.5]. Sin un sistema operativo que funcione correctamente, un computador no es capaz de llevar a cabo las funciones más elevadas codificadas dentro del software, más sofisticado. Del mismo modo, no podríamos hacer elecciones morales superiores y participar en la adoración a nuestro Padre celestial… construyendo una alma… si no fuera por el potencial creado por los circuitos de la mente de nuestro Espíritu Madre del universo local.
Otra metáfora que me ayuda a comprender este asombroso proceso es el receptor común de radio. Es una caja que se instala en nuestra casa o en nuestros bolsillos que es capaz de recibir y (cuando se le da vida) de emitir datos inteligentes. No importa lo hermosa que sea la caja, no importa lo fielmente que los altavoces y amplificadores reproduzcan el sonido, estará mudo para siempre a no ser que tenga un receptor que sea capaz de sintonizarse con la señal emisora. Parece que la corteza cerebral es el último hardware que los humanos poseen que les permite detectar las pulsaciones rítmicas de la sabiduría y la adoración. Nuestro neocórtex nos permite literalmente pensar sobre el pensamiento, estar al tanto de nuestro conocimiento y ser conscientes de nuestra consciencia (esto es, superconsciencia) [LU 130:4.9]. Tenemos la maquinaria adecuada y el software adecuado para desarrollar las tres intuiciones cósmicas, la plataforma básica a partir de la cual podemos hacer elecciones. Y más adelante, a la tierna edad de 5 o de 6 años, nuestro Padre descarga el programa definitivo, nuestro Ajustador del Pensamiento [LU 108:2.1], al cual solo se puede acceder en el nivel superconsciente [LU 110:1.2] y que solo puede ajustar nuestro pensamiento si ya poseemos el sistema operativo adecuado que funcione correctamente.
Entonces, ¿qué es lo que hace el Espíritu de la Verdad? … ¿Es un aumentador?… ¿Un transformador? [LU 143:2.4]. Parece que nos permite hacer algo que la psicología ni siquiera puede empezar a explicar. Los hechos y la razón se vuelven verdad… Una comprensión interior o experiencia de realidades más altas que van más allá de las palabras… El complemento perfecto al Ajustador del Pensamiento. Desde el punto de vista de la psicología predominante, ¡este es un asunto muy radical! ¿La mente…, la consciencia a la que una fuente externa da vida? Me pregunto si alguna vez inventarán una supermáquina que pueda detectar a los siete adjutores. Supongo que no, y por ello todo esto se nos tuvo que revelar.
Stuart Kerr, EEUU
Nuestro Padre paradisíaco establece el escenario para nuestra creación particular (el reino de la Supremacía de la Deidad) como realidad finita; está condicionada por el tiempo y el espacio, tiene un comienzo y un destino predeterminado. Esta creación es experiencial: los acontecimientos suceden en secuencias condicionadas por el tiempo, y están restringidos a límites espaciales. El Padre Universal no está restringido ni condicionado por las limitaciones que él ha impuesto en sus creaciones del espacio-tiempo. Está por encima del espacio y el tiempo; no está obstaculizado ni limitado por su creación. Su realidad, tal como existe en su morada eterna del Paraíso, es la realidad absoluta: es existencia en la eternidad, es existencial. La realidad finita que caracteriza a su creación suprema puede imaginarse proyectada en el espacio y actualizada en el tiempo, y se pretende que esta realidad sea experienciable. Los acontecimientos experienciales del tiempo fluyen siempre hacia adelante como la imagen en movimiento de la eternidad que está dentro del espacio finito que representa la sombra fugaz de las realidades del Paraíso.
Stuart Kerr, EEUU
Los cuatro niveles del espacio exterior que completan las fronteras del universo maestro que gira alrededor del núcleo central del gran universo están destinados a eventuar-evolucionar el nivel de Ultimidad de la Deidad. Este nivel absonito de la Ultimidad de la Deidad trasciende las restricciones del espacio-tiempo que caracterizan al gran universo finito. Es decir, lo absonito trasciende las restricciones del espacio-tiempo de lo finito. Este nivel superfinito es tanto el antecedente como el consecuente de las progresiones finitas del nivel de Deidad de espacio-tiempo de la Supremacía. Precede e influye en la edad universal actual de Supremacía finita, y da una respuesta pos-Supremo a aquellos acontecimientos significativos que ocurren dentro de los siete superuniversos del gran universo.
Igual que Dios Supremo está presente espiritual y personalmente en Havona, Dios Último está también presente en Havona en un sentido absonito (superfinito) y superpersonal. Mientras que Dios Supremo está ejerciendo una influencia espiritual en la creación del espacio-tiempo del gran universo, Dios Último ejerce su influencia en la trascendencia del espacio y el tiempo hasta las fronteras exteriores de los cuatro niveles del espacio exterior del universo maestro. En el mismo sentido en que el surgimiento del Ser Supremo es la culminación de toda la realidad experiencial-evolutiva, el Último es la consumación de toda la realidad eventuante trascendental. Dios Último se está superpersonalizando en poder por todo el universo maestro.
Stuart Kerr, EEUU
Dios expresa su voluntad creativa en tres niveles de realidad «experienciales» diferentes: el nivel finito del Supremo, el nivel absonito del Último y el nivel superúltimo del Absoluto. Estos tres niveles de expresión del universo adoptan diferentes formas y fases de expresión creativa de la Deidad. Aquí, el término «experiencial» designa la realidad que está sujeta a crecimiento evolutivo, en la que las realidades potenciales deben evolucionar y emerger para actualizarse plenamente, y en la que la perfección es una meta que lograr. Lo experiencial se usa para distinguir los tres niveles subinfinitos y no absolutos de expresión progresiva de la realidad a partir del nivel existencial (inmutable) e infinito de la eternidad: el nivel absoluto del Paraíso. El Paraíso es el centro eterno del universo de universos y el lugar donde residen el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. Los tres niveles experienciales de la creación expresan diferentes modos en los que se manifiesta la Deidad paradisíaca, y cada nivel subparadisíaco de creación está personalizando un ser de Deidad de divinidad expresada. Las tres personalidades derivadas de la Deidad no existen todavía de manera plena; están en proceso de actualizarse. Tienen origen, aunque su destino es eterno.
Stuart Kerr, EEUU
Dios habita y gobierna el círculo de la eternidad. Su naturaleza eterna es un círculo sin principio ni fin. El Padre ejerce una consciencia siempre en expansión y una autorrealización incesante dentro de su círculo sin fin de la eternidad,
… Él sostiene los mundos en el espacio y hace girar los universos alrededor del círculo sin fin del circuito eterno. [LU 3:2.2]
La realidad no tiene limitaciones dentro del círculo cósmico de la eternidad: es universal, eterna, absoluta e infinita. Dentro del círculo de la eternidad, la divinidad trasciende y domina el espacio-tiempo. El universo de universos gira eternamente alrededor de la fuente y centro paradisíacos de todas las cosas y todos los seres.
Los propósitos y planes de Dios para su creación parecen variar de un lugar del universo a otro, y puede depender de si estamos considerando su impacto en los aspectos microcósmicos o macrocósmicos de su creación, pero si lo consideramos desde el círculo de la eternidad existe una unidad perfecta de intención e implementación.
El Journal se publica dos veces al año y contiene artículos y ayudas al estudio de lectores y para lectores de El libro de Urantia. Todas las interpretaciones, opiniones, conclusiones o representaciones artísticas, ya sean declaradas o implícitas, son de los autores y no representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de la Asociación Urantia Internacional, de las asociaciones Urantia nacionales o locales, o de la redacción del Journal.
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