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¿Cuál es el propósito específico de la quinta revelación de época en este planeta? Si bien para muchos lectores de El libro de Urantia la respuesta puede ser obvia, no lo es tanto para los que están familiarizados con los conceptos y enseñanzas más elevados del cristianismo y de otras religiones y filosofías del mundo. Si exceptuamos la información detallada sobre la estructura jerárquica de las huestes celestiales que no tenemos forma de verificar, gran parte del contenido del libro aparece en otros lugares. Los aspectos científicos del libro tampoco aportaron muchos conocimientos nuevos en el breve lapso de tiempo que siguió a su publicación.
Quizá la respuesta más sencilla sea que se nos ha dado para que reconozcamos nuestra filiación con el Padre y la hermandad de todos los hombres. Pero ese mensaje no es nuevo, luego ¿tiene algún otro propósito esta revelación? Sin duda parte de este propósito es rectificar los errores que han invalidado parte de la efectividad de la cuarta revelación de época. Otro propósito sería el de ampliar nuestros conocimientos sobre cuál es nuestro lugar en la totalidad de la creación de Dios. Pero ¿por qué esta revelación nos llega concretamente en esta época y no mil años antes o mil años después?
Para tratar de responder a esta pregunta echemos un vistazo al documento 99, Los problemas sociales de la religión, presentado por un Melquisedec de Nebadón, que aborda específicamente los problemas a los que se enfrenta actualmente nuestro planeta. En el pasado la religión no tenía que ajustar su actitud a cambios extensos producidos en los sistemas económicos y políticos. Hoy la rapidez de los cambios en las condiciones de vida es tal que se deben acelerar enormemente las modificaciones institucionales y la religión debe acelerar su adaptación a un orden social en continuo cambio. Se nos dice que estos periodos de gran inestabilidad perdurarán durante mil años, que la raza humana debe aceptar una serie de cambios, ajustes y reajustes y que la humanidad se dirige hacia un nuevo destino no revelado.
Si creemos en la validez de la quinta revelación de época no tenemos otra opción que tener en cuenta estas declaraciones proféticas. Puede que muchos de nosotros sintamos el impulso de cambiar y salvar el mundo ahora mismo, pero esta profecía nos dice que, por muy rápido que arreglemos un problema mundial, se producirán nuevos cambios que requerirán diferentes ajustes y esta situación nos acompañará al menos durante mil años. ¿Cuál es el papel que va a desempeñar la religión? El segundo párrafo de la primera sección afirma que:
La religión debe ejercer una poderosa influencia a favor de la estabilidad moral y del progreso espiritual… [LU 99:1.2]
y en el tercer párrafo:
…La misión suprema de la religión, como influencia social, consiste en estabilizar los ideales de la humanidad durante esos peligrosos períodos de transición entre una fase de civilización y la siguiente, entre un nivel de cultura y el siguiente. [LU 99:1.3]
El cuarto párrafo nos dice que no hay nuevos deberes religiosos que llevar a cabo, que el papel de la religión es el de guía sabio y consejero experimentado. Pero los líderes de nuestras mejores instituciones religiosas saben todo eso y existe ciertamente mucha sabiduría y experiencia a la que recurrir en iglesias, seminarios, facultades de teología, departamentos universitarios de religión y similares. Entonces, ¿por qué era necesaria la quinta revelación de época?
Quizá la sección 2 del documento dé respuesta a esta pregunta. Se nos dice que la religión institucional es incapaz de proporcionar el liderazgo y la inspiración necesarios porque está en un círculo vicioso. No puede reconstruirse hasta que la sociedad se haya construido radicalmente. A continuación nos dicen que las personas religiosas deben actuar en la sociedad, la industria y la política como individuos, no como grupos o instituciones.
Algunos nos sentimos inclinados a pensar que para cuando se publicó El libro de Urantia en 1955 los que nos dieron los documentos nos dejaron solos para que averiguáramos cuál era nuestro destino. Esto es verdad solo en parte. Si buscamos en el libro de manera consciente y en oración, encontramos que se nos dan muchas instrucciones expresas incluso para cuestiones que han causado mucha perplejidad y muchos trastornos desde entonces. Por ejemplo, las referencias citadas anteriormente nos dicen que durante mucho tiempo el papel principal de la religión en el avance de nuestra civilización no descansará en las instituciones sino en los individuos. Esto se confirma en la sección 3:4, que afirma que:
Para conseguir una civilización cultural elevada se necesita, en primer lugar, el tipo ideal de ciudadano, y a continuación unos mecanismos sociales ideales y adecuados con los que estos ciudadanos puedan controlar las instituciones económicas y políticas de esa sociedad humana avanzada. [LU 99:3.4]
Resumiendo estos comentarios, nos dicen que tenemos ante nosotros un trabajo de mil años que debería limitarse prácticamente por completo a la creación de ciudadanos ideales que, como individuos, sirvan para estabilizar el progreso moral y espiritual de la sociedad durante estos rápidos períodos de cambio. Sin embargo, millones y millones de cristianos han conocido estos requisitos para crear ciudadanos ideales durante casi 2.000 años. ¿Cuáles son las deficiencias del cristianismo y cómo nos dice El libro de Urantia que las compensemos? Quizá la respuesta a esa pregunta sea que la gran mayoría de cristianos conocen el mensaje de Jesús pero no lo ponen en práctica. Sin duda una gran proporción de cristianos practicantes son verdaderos creyentes y está calificados para ser llamados discípulos de Jesús. Pero según El libro de Urantia hay una diferencia considerable entre los requisitos para ser discípulos y para ser apóstoles. Quizá entonces la exigencia que nos hace la quinta revelación de época sea que debemos seguir a los doce apóstoles originales en su apostolado.
Los requisitos para el apostolado se establecen el el documento 140 de El libro de Urantia, La ordenación de los doce. Es bastante posible que leamos este documento y concluyamos que iba dirigido solo a los doce apóstoles iniciales, pero no es así. En la sección 1:4 se ofrece el apostolado a todos los que sigan el camino de los doce. Esa oferta se repite en la sección 3:20, cuando Jesús dice:
Pero todo el que escuche esta instrucción y ejecute sinceramente su misión de representarme ante los hombres, como yo he representado a mi Padre ante vosotros, encontrará una entrada abundante a mi servicio y en el reino del Padre celestial. [LU 140:3.20]
De modo que necesitamos considerar si las exigencias reales de la quinta revelación de época pueden ser primero para cientos, luego para miles y después para millones y millones de estudiantes de El libro de Urantia, dispuestos todos a recorrer la senda del apostolado.
Si aceptamos que esta línea de pensamiento puede estar cerca de la verdad, ¿qué significa todo esto para la cosecha actual de estudiantes de El libro de Urantia? Se ha dicho que al final somos juzgados por los estándares más elevados que conocemos, de ahí que si conocemos los estándares que se establecen en El libro de Urantia, esos serán los estándares por los que seremos juzgados. Aunque al principio los lectores de El libro de Urantia podrían ser nombrados como discípulos y evitar así las rigurosas exigencias del apostolado, este estado no puede durar mucho. Si hemos recibido el libro, lo hemos leído atentamente y hemos comprendido su mensaje, debemos aceptar el reto del apostolado o arriesgarnos a las consecuencias del rechazo.
Una diferencia entre discipulado y apostolado tal como la expone Jesús es que cuando llevamos a cabo el apostolado elegimos representarlo en el mundo de la misma manera que él representó al Padre en su vida mortal en Urantia. Es ciertamente una empresa rigurosa, pues representamos a Jesús en el mundo no por las palabras que decimos, sino por la vida que vivimos.
El apostolado es una empresa exigente pero enormemente gratificante desde el punto de vista espiritual. Muchos de sus requisitos se establecen en el documento 140 y necesitan ser comprendidos plenamente, pues cuando llevamos a cabo el apostolado nos colocamos permanentemente bajo el rasero del juicio humano. Según la experiencia cristiana, se necesita un comportamiento nada cristiano de una proporción relativamente pequeña de cristianos para ocasionar una reacción sumamente perjudicial y condenatoria. Quizá en reconocimiento de este hecho encontramos en El libro de Urantia una declaración extraordinariamente dura que se aplica solo a los que llevan a cabo el apostolado. Fue hecha por Jesús durante una aparición tras la resurrección ante un grupo en Tiro cuyos miembros puede que fueran todos apóstoles. Aparece en la página 2054 y dice:
Y los frutos del espíritu divino, producidos en la vida de los mortales nacidos del espíritu y que conocen a Dios, son: servicio amoroso, consagración desinteresada, lealtad valiente, equidad sincera, honradez iluminada, esperanza imperecedera, confianza fiel, ministerio misericordioso, bondad inagotable, tolerancia indulgente y paz duradera. Si unos creyentes declarados no producen estos frutos del espíritu divino en sus vidas, están muertos; el Espíritu de la Verdad no está en ellos; son unas ramas inútiles de la vid viviente, y pronto serán cortadas. [LU 193:2.2]
Para concluir, ofrecemos una idea final. Ha habido una considerable división de opiniones sobre la manera en que se deberían difundir las enseñanzas de El libro de Urantia entre la comunidad en general. Igual que la respuesta al problema de cuál debería ser nuestro papel en la vida diaria se encuentra en el libro, también en el libro está la respuesta a la pregunta de cómo difundir las enseñanzas. Nos la da un Consejero Divino que actúa por autoridad de los Ancianos de los Días de Uversa y aparece en el tercer párrafo de la página 43. Solo hay un trabajo en este planeta que pueda encajar en la descripción dada de
… los conceptos modernos ampliados y exquisitamente integrados de la verdad cósmica, la belleza universal y la bondad divina [LU 2:7.10]
y está en El libro de Urantia.
Así como el documento 99 abordó los problemas actuales de esta era, también esta orientación es para el momento actual y para hombres y mujeres con visión espiritual y con las habilidades y capacidades necesarias, que utilicen El libro de Urantia como fuente para realizar esos trabajos secundarios que permitan que las enseñanzas del libro penetren en todos los segmentos de la sociedad y atraigan así
… todo lo que hay de bueno en la mente del hombre y desafiará lo que hay de mejor en el alma humana. [LU 2:7.10]
¿Quién se atrevería a desafiar esa autoridad?