© 2009 Jan Herca (licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0)
Es muy poco lo que sabemos de la familia de Jesús, es decir, de los hermanos y hermanas de sus padres y de sus abuelos. No hay prácticamente ni rastro en los evangelios, y las menciones de los primeros cristianos tampoco son muy numerosas. Esto ha venido a construir una idea anómala de la vida de Jesús, imaginándole como un muchacho que creció sin apenas contacto familiar a excepción de sus padres. Pero esta visión no parece concordar con las numerosas parábolas en las que Jesús utilizaba las relaciones familiares para expresar sus enseñanzas, y que seguramente estaban sacadas de la propia experiencia personal.
¿Pero qué podemos saber sobre su familia según los evangelios?
Matán engendró a Jacob. Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Mesías. Mt 1:16
Según Mateo el abuelo paterno de Jesús se llamaba Jacob y su bisabuelo Matán, pero esto no concuerda con el texto de Lucas.
Cuando Jesús comenzó ministerio, tenía unos treinta años y, en opinión de la gente, era hijo de José. Estos son sus ascendientes: Helí, Matat… Lc 3:23
Lucas menciona a un tal Helí como abuelo paterno y a Matat como bisabuelo. La nula coincidencia entre los dos evangelistas hace dudar de la confiabilidad de los dos.
Aún estaba Jesús hablando a la gente, cuando llegaron su madre y sus hermanos. Mt 12:46
¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llaman su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas entre nosotros? Mt 13:55
Llegaron su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. Mc 3:31
Entonces se presentaron su madre y sus hermanos, pero no pudieron llegar hasta Jesús a causa del gentío. Lc 8:19
Se nos menciona a sus hermanos (hermanos carnales o hermanastros según distintas teorías), pero nunca acompañados de otros parientes sino sólo de su madre.
Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo Mt 10:3
Santiago el hijo de Alfeo, Tadeo Mc 3:18
Santiago, el hijo de Alfeo, Simón llamado Zelota, Judas el hijo de Santiago Lc 6:15
Muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para asistirlo, contemplaban la escena desde lejos. Entre ellas, estaban María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos. Mt 27:56
Algunas mujeres contemplaban la escena desde lejos. Entre ellas María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé Mc 15:40
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jn 19:25
Se tiende a identificar a estos Santiago el menor y José con los dos hermanos de Jesús mencionados en Mt 13:55. Pero conviene analizar los pasajes para advertir que no tiene sentido. Si así fuera, la «María, la madre de Santiago y José», se estaría refiriendo a la madre de Jesús, y entonces Mc 15:40 sería más apropiado que dijera «María la madre de Jesús».
Como vemos las referencias a parientes de Jesús son escasísimas. Tan sólo se nos menciona a una María, hermana de su madre, y por tanto tía de Jesús, en Jn 19:25. Pero esta referencia parece una corrupción. ¿Cómo es posible que la madre de Jesús tuviera una hermana con su mismo nombre? Ningún padre, por razones prácticas y obvias, pondría el mismo nombre a dos hijas. ¿Cómo conciliar esto? En mi opinión, el texto de Jn 19:25 es una corrupción que debería ser traducida por
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la cuñada de su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Es decir que esta María era en realidad la mujer de un hermano de María llamado Cleofás.
Las referencias a otra María que se ha identificado por muchos estudiosos como la madre de dos hermanos de Jesús también contienen corrupciones y se interpretan erróneamente, en mi opinión. Esta María, que no tiene nada que ver con la anterior, es la madre de dos apóstoles llamados Tadeo y Lebeo (Thaddeus y Lebbaeus). Que no tiene nada que ver con la María anterior se muestra en el hecho de que uno de ellos, llamado Santiago, se dice que es hijo de Alfeo, y al otro, de nombre Judas, se dice que es hijo de Santiago. Por tanto nada que ver con Cleofás.
Pero las referencias que aparecen en los evangelios de estos dos personajes son contradictorias. A uno se le llama de forma constante Santiago, diciendo que es hijo de Alfeo. Mencionar aquí el nombre del padre tiene mucho sentido si consideramos que tenemos a otro Santiago entre los apóstoles, el hijo de Zebedeo. El nombre del padre, por tanto, como era costumbre judía, servía como apellido para distinguir a personas tocayas. Pero las menciones al otro apóstol, que se realizan siempre a continuación del primero, son todas distintas. A este apóstol se le llama Tadeo y Judas el hijo de Santiago (y puede que en Mt 27:56 y Mc 15:40 se le esté llamando José si imaginamos que quien estaba al pie de la cruz era su madre).
En cualquier caso, no parece que se pueda identificar a estos Santiago y Judas Tadeo con los dos hermanos de Jesús que en los inicios del cristianismo obtuvieron tanta fama, y de los cuales se conservan cartas en el Nuevo Testamento. No se comprende que si Jesús tenía hermanos entre sus apóstoles, los evangelistas les mencionen pidiendo ser recibidos por él (Mt 12:46, Mc 3:31 y Lc 8:19). Por otra parte, al Santiago «hermano de Jesús» se le apodó «el Justo», mientras que en estos pasajes se le apoda «el menor». Además, si hubiera sido hermano de Jesús, su padre habría sido José, y no Alfeo, como aquí se nos dice.
Ante este panorama de desconocimiento, no queda otra alternativa que acudir a otra literatura para obtener más datos sobre los familiares de Jesús. Y un libro que nos proporciona una gran cantidad de respuestas es El Libro de Urantia. Eso sí, siempre y cuando estemos dispuestos a conceder a este libro la credibilidad de ser una revelación.
En el viaje de vuelta, María visitó a sus padres, Joaquín y Ana. Sus dos hermanos, sus dos hermanas y sus padres consideraban con excepticismo la misión divina de Jesús, aunque por supuesto en ese entonces nada sabían de la visitación de Gabriel. Pero María sí le confió a su hermana Salomé que creía que su hijo estaba destinado a ser un gran maestro. [LU 122:3.3]
(José) En su juventud, conviviendo con sus ocho hermanos y hermanas. [LU 122:5.1]
Poco tiempo después se mudaron a su nueva casa en Nazaret, que había sido construida por José con la ayuda de dos de sus hermanos. [LU 122:5.9]
La mayor parte de la familia de José se convirtieron en creyentes de las enseñanzas de Jesús, pero muy pocos de los parientes de María creyeron en él hasta después de su partida de este mundo. [LU 122:5.10]
El construir y amueblar la casa había sido un gasto grande para José quien también tenía que contribuir para mantener a sus padres, puesto que su padre había sido incapacitado poco tiempo antes. [LU 122:7.4]
Llegaron sin haber sido anunciados a la casa de Nazaret, ocupada desde hacía más de tres años por uno de los hermanos casados de José. Éste demostró gran sorpresa al verlos; [LU 123:1.1]
Fue a mediados del verano de este mismo año cuando José construyó un pequeño taller cerca de la fuente del pueblo y del solar donde paraban las caravanas. A partir de entonces hizo muy pocos trabajos de carpintería al día. Tenía como socios a dos de sus hermanos y a varios obreros más, a quienes enviaba a trabajar fuera mientras él permanecía en el taller fabricando arados, yugos y otros objetos de madera. [LU 123:1.6]
(María) vistió a sus dos hijos y huyó con ellos a la casa de campo de su hermano, varios kilómetros al sur de Nazaret, en la carretera de Meguidó cerca de Sarid. No volvieron a Nazaret por más de dos meses; Jesús disfrutó mucho de esta su primera experiencia en una granja. [LU 123:1.7]
En junio de este año José entregó su taller de Nazaret a sus hermanos. [LU 123:3.7]
(Jesús) hacía sus tareas tan bien que se le permitía una semana de vacaciones por mes. Generalmente pasaba esa semana con su tío el pescador en las orillas del mar de Galilea cerca de Magdala, o en la granja de su otro tío (hermano de su madre) ocho kilómetros al sur de Nazaret. [LU 123:6.1]
Da la sensación de que el texto menciona al tío de Jesús de Magdala como si fuera hermano de José, su padre. De ahí la expresión «hermano de su madre» para el otro tío de Sarid.
Ya un tío suyo se habían hecho cargo de la tienda de provisiones de la familia. [LU 126:5.8]
Durante este año entero Jesús no pudo alejarse casi nunca de su banco de carpintero. [LU 127:1.6]
Uno de los tíos de Jesús (Simón, el hermano de María) ya se había unido al grupo [nacionalista], llegando a convertirse con el tiempo en oficial de la división galilea, lo cual dio lugar a que se produjera cierto distanciamiento entre Jesús y su tío durante varios años. [LU 127:2.4]
Como hemos visto en el pasaje anterior, Jesús parece que permaneció durante todo un año en Nazaret. Se menciona que su tío, Simón, hermano de María, el que se había hecho zelote, lo instó a unirse al grupo. Si Jesús no pudo ir durante un año ni a Magdala ni a Sarid, el tío zelote, por tanto, debería vivir en Nazaret y ser otro tío diferente a los dos anteriores.
La posición de Jesús se vio aun más dificultada porque su madre, su tío e incluso su hermano menor Santiago, lo instaban a abrazar la causa nacionalista. [LU 127:2.7]
Antes de la cosecha, llevó a Judá a visitar al tío granjero que vivía al sur de Nazaret; pero Judá no se quedó mucho tiempo después de la cosecha, sino que se escapó de la granja del tío. Poco tiempo después lo encontró Simón viviendo con los pescadores del lago. Cuando Simón lo trajo de vuelta al hogar, Jesús tuvo una conversación con el fugitivo muchacho y, puesto que quería ser pescador, lo llevó a Magdala, entregándolo a la custodia de un pariente que era pescador. [LU 128:7.8]
Junto a la cruz estuvieron en distintos momentos de la crucifixión María, Rut, Judá, Salomé (la madre de Juan), y un grupo de mujeres, sinceras creyentes, que incluía a María la mujer de Cleofás y la hermana de la madre de Jesús, a María Magdalena, y a Rebeca, anteriormente de Séforis. [LU 187:3.2]
Las mujeres que así permanecieron junto a la tumba este viernes por la noche fueron: María Magdalena; María la mujer de Cleofás; Marta, otra hermana de la madre de Jesús, y Rebeca de Séforis. [LU 188:1.7]
Las conclusiones que extraemos son:
En cuanto a la familia de María, sus padres se llamaban Joaquín y Ana, y tenía dos hermanos y dos hermanas. Uno de sus hermanos, anónimo, vivía cerca de Sarid y por tanto de Nazaret en una granja (es el tío de Jesús que podríamos llamar «granjero», y de quien Jesús derivó todos sus conocimientos agrícolas). Otro de los hermanos es Simón, de Nazaret, que fue un jefe importante de los zelotas en Galilea, y animó a Jesús a unirse a la causa. En cuanto a las dos hermanas, una llamada Salomé se nos menciona en LU 122:3.3, y la otra, llamada Marta, se nos menciona en LU 188:1.7. Por tanto, no encaja que se hable de otra María, mujer de Cleofás, como hermana de María en LU 187:3.2. Pero tampoco tiene mucho sentido interpretar de nuevo en El Libro de Urantia, al igual que en los evangelios, una corrupción de «hermana» por «hermana política» o cuñada, porque eso significaría que el hermano anónimo «granjero» no es otro que Cleofás. Entonces, ¿por qué no le menciona por su nombre cuando habla de él en LU 123?
Una posible explicación es que la mención «Sus dos hermanos, sus dos hermanas» de LU 122:3.3 no se refiere al total de sus hermanos, sino a los que vivían en Nazaret (recordemos que uno vivía en Sarid, fuera de Nazaret), por lo que habría que ampliar el número de hermanos y hermanas a un número indefinido en el que sí podría entrar este Cleofás. Otra posible explicación es que cuando nació Jesús su madre sólo tuviera cuatro hermanos y hermanas, pero después María tuviera nuevas hermanas o hermanos, por lo que Jesús tendría tías o tíos más jóvenes que él.
La explicación de que «María, mujer de Cleofás», sea una corrupción de «Marta, mujer de Cleofás», de modo que Cleofás sea en realidad cuñado de María, no nos vale porque en LU 188:1.7 se nos menciona a las dos hermanas de María. Es más, aquí se nos dice explícitamente: «Marta, otra hermana de la madre de Jesús». Esto, dicho después de haber designado a María la mujer de Cleofás como hermana de María, no deja lugar a dudas. Eran dos personas distintas y ambas eran hermanas de María.
Todo esto sólo nos deja como opciones: o que sea una corrupción por «cuñada» y Cleofás sea el hermano de Sarid, o que María efectivamente tuviera otra hermana llamada María y por tanto el número de sus hermanos fuera de al menos cinco y no cuatro, aunque fueran cuatro los que vivían en las proximidades de Nazaret.
En cuanto a la familia de José, no se nos mencionan los nombres de los padres, pero sí que José tuvo ocho hermanos y hermanas. Al menos dos vivían en Nazaret (LU 122:5.9). Uno se nos menciona que se hizo cargo de la tienda de provisiones de la familia. El tío de Jesús que era pescador y vivía cerca de Magdala yo creo que era otro de los hermanos de José, aunque ya hemos visto que adjudicar a María sólo dos hermanos podría no ser del todo correcto.
En definitiva, a pesar de utilizar El Libro de Urantia como fuente creíble, seguimos sin disponer de información como para hacernos una idea suficiente del número de tíos y tías que tuvo Jesús, especialmente en Nazaret, y mucho menos de sus primos y primas, que seguro que tuvo muchos.
Por tanto lo que voy a hacer aquí es ofrecer una versión inventada por completo, aunque basada en todos los datos que dispongo, de cómo pudo ser la familia al completo de Jesús. Esta familia es la que luego se dejará entrever en el relato de «Jesús de Nazaret».[1]
Jacob y Raquel, abuelos de Jesús, tuvieron como hijos a José, Jonás, Amós, Janai, Simón, Juana, Miriam, Ruth, Marta, y éstas son sus familias:
Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, tuvieron como hijos a: Simón, Joatán, María, Mariah, Salomé y Marta, y éstas son sus familias:
José y María tuvieron, aparte de a Jesús, a: Santiago, Simón, José, Judas o Judá, Amós, Marta, Miriam y Ruth, y éstas son sus familias:
¿Son fiables estos nombres y estas biografías?
Realmente no. La mayor parte de los datos anteriores son elucubraciones obtenidas a partir de El Libro de Urantia. Pero no hay constancia de esta información ni en los evangelios canónicos, ni en los apócrifos, e incluso hay muy poca confirmación del propio Libro de Urantia. La familia de Jesús, sus primos, sobrinos, y los descendientes de éstos, desaparecieron de las páginas de la historia, para ceder su protagonismo a un nuevo tipo de personaje: los primeros creyentes cristianos. Esto me hace extraer una primera conclusión: Jesús tuvo pocos seguidores entre sus propios familiares. Tan sólo han saltado a las páginas de la historia sus hermanos Santiago, al que se le apodó «el Justo», y que fue sin duda el primer obispo o director de la iglesia de Jerusalén, y también Judas. Curiosamente, El Libro de Urantia confirma con su relato que estos dos hombres tuvieron una especial cercanía con Jesús.
Pero de sus descendientes, excepto una anécdota recogida por el historiador Hegesipo en sus Comentarios de los Hechos de la Iglesia, relativo a un interrogatorio por parte del emperador Domiciano de unos nietos de Judas, el hermano de Jesús, nada de nada. No dejaron ni rastro en los siglos subsiguientes. Y quizá es comprensible. Estos descendientes de la familia de Jesús pasaron a convertirse, de la noche a la mañana, en la familia más perseguida y más odiada de la tierra. No es difícil imaginar que desearan un anonimato que les llevó a desaparecer de los textos históricos.
Varios autores, El Libro de Urantia, 1955.
Nuevo Testamento, La Casa de la Biblia, 1992.
Este libro es la novela «Jesús de Nazaret», una biografía sobre el Maestro basada en El Libro de Urantia que está en preparación por el autor. ↩︎