© 2024 Jan Herca (texto, licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0)
© 2009 Geoff Robinson (algunas imágenes)
Esta maqueta es la creación personal de un granjero inglés, Alec Garrard, que durante más de 30 años, y dedicando miles de horas, produjo un modelo del templo de Herodes a escala 1:100. Su detalle es extraordinario, y por su granero, donde ha alojado esta obra colosal, han pasado cientos de turistas y arqueólogos eminentes queriendo observarla de cerca. Lamentablemente, el señor Garrard falleció hace unos años y desde entonces la exhibición pública de su trabajo se ha clausurado en espera de darle un destino definitivo.
En la fig. 1 se pueden apreciar las colosales dimensiones de esta maqueta. Por supuesto, únicamente reproduce el monte del templo. Recrear toda la ciudad antigua de Jerusalén a semejante escala ocuparía un recinto inabarcable. El autor no sólo ha sido muy fiel a los hallazgos arqueológicos sino que también se ha preocupado de crear pequeñas figuritas para representar a gente en el templo, que en la imagen se muestran diminutas, lo cual ofrece una visión más clara de la grandiosidad que tuvo este complejo en el pasado.
En la fig. 2 vemos una panorámica general del monte del templo mirando desde el sur. Se aprecian muy bien las varias escaleras de acceso a las puertas. El edificio con los baños públicos para las purificaciones, situado en las largas escaleras, está hecho con sumo detalle. Las escaleras tenían varios tramos para dar un respiro a quienes tuvieran que ascender. Todo el conjunto da un aspecto a fortaleza, con grandes torres en las esquinas, que está muy en consonancia con el típico carácter constructivo de Herodes.
En la fig. 3 podemos apreciar muy bien las impresionantes dimensiones de la maqueta. El monte del templo está realizado con sus proporciones reales, y deja ver bien claro el enorme espacio que constituía la explanada. Hay que pensar que El Libro de Urantia asegura que podía contener más de 200.000 creyentes a la vez (LU 125:0.5).
En el centro de la imagen se aprecia la puerta de Nicanor, la que conectaba el atrio de Israel, más elevado, con el atrio de las mujeres, al que se descendía por unas escaleras semicirculares. También se aprecian las fabulosas dimensiones de la llamada puerta Hermosa, que El Libro de Urantia detalla que estaba hecha de bronce corintio (LU 125:1.5) y situada al este del santuario (LU 162:4.3). En la imagen sería la puerta que se ve en la parte inferior.
En la fig. 4 se aprecia una vista general del recinto del Santuario. Puede verse en un primer plano el vallado o soreg que separa dentro del atrio de los Gentiles la parte que estaba reservada a los judíos. Después se pueden ver las escalinatas que conducían a las puertas del Santuario, que tenían más peldaños en la zona que accedía al atrio de Israel, más elevado. Se puede observar que las famosas luminarias que decoraban las cuatro esquinas del atrio de las mujeres son cuatro menorahs gigantescas (en otras reproducciones se opta por cuatro obeliscos). Un detalle de la maqueta es que algunos de los edificios de las esquinas parece que no están terminados y carecen de la techumbre. Estos edificios que rodeaban el santuario eran casi como pequeñas fortalezas de varias plantas donde se disponían muchas de las dependencias sacerdotales. En la maqueta del hotel Holyland este recinto ha sido modelado como simples pórticos.
La fig. 5 es una vista similar a la anterior. Se aprecia muy bien cómo era la famosa «puerta Hermosa» (LU 162:4.3). También puede verse que efectivamente algunos edificios de las esquinas carecen de su techumbre en la maqueta (es improbable que esos edificios fueran a cielo abierto).
La fig. 6 permite ver un pequeño detalle del atrio de los sacerdotes mirando a través de la llamada «puerta de Nicanor». Al fondo se aprecia la entrada al Santuario y en un plano intermedio el altar de los sacrificios.
La fig. 7 es la primera reconstrucción modelada que he visto nunca del interior de la Basílica Real. Gracias a las figuritas que representan a personas se puede apreciar las enormes dimensiones de este edificio al sur de la explanada del templo. Se trataba de una edifición clásica de estilo romano con tres naves y altas columnas corintias. Es curioso constatar que sobre las naves laterales hay una segunda planta, y que la nave central aún se eleva una cantidad extra. Todo esto está en consonancia con el relato de Josefo (Antigüedades Judías XV-11:5).
La fig. 8 muestra un detalle del ala sur del atrio de las mujeres. Se aprecian dos de las inmensas luminarias con forma de menorahs (LU 162:5.1). La maqueta, con pequeñas figuritas representando a los fieles y con luces haciendo las veces de pebeteros, resulta de un sumo realismo. En la fig. 9 se muestra una panorámica mayor de esta misma zona.
El señor Alec Garrard puso un empeño y un esmero dignos de elogio en su maqueta. En un grado de detalle sin precedentes incluso adornó el conjunto con figuritas representando a los famosos cambistas y mercaderes con los cuales Jesús tuvo su encontronazo (LU 173:1). En la fig. 13 pueden apreciarse los corrales con animales «puros» para la realización de los sacrificios. Algunos detalles de estas figuritas se muestran también en la fig. 14 y 15.
Ejemplos del grado de detalle de cada minúscula figurita se pueden apreciar en las fig. 16 y 17.
La fig. 18 muestra una centuria romana. Hay exactamente diez legionarios en el frente, organizados en diez filas. El capitán de esta división solía llamarse centurión, e iba ayudado por un suboficial llamado optio, que es a quien se ve en retaguardia. Para vigilar Jerusalén y el recinto del templo había en tiempos de Jesús una cohorte romana, unas 6 centurias como la que se ve en la maqueta. Estaban estacionadas en la torre Antonia, la fortaleza aledaña al templo, y bajo el mando de un tribuno.
La fig. 24 da una idea de las colosales dimensiones de la explanada de los Gentiles. Se puede ver como había un amplio espacio para que los mercaderes colocaran sus puestos o para que transitara ganado por la zona. Y la imagen sólo muestra el lado sur, pues al norte, junto a la torre Antonia, había otra explanada del mismo tamaño.
En la fig. 25 se aprecia con detalle cómo era este concurrido lugar, cruce de todos los peregrinos que deseaban acceder al templo. Las escaleras que se disponían junto a los muros permitían a los fieles acceder a las puertas laterales del templo. La escalera de la derecha sube hasta un paso elevado sustentado por arcos de medio punto que permite entrar al templo por la Estoa Real.
En la fig. 26 se puede apreciar la balaustrada desde donde el procurador se dirigía a los judíos (los judíos no podían contaminarse entrando en el recinto de la fortaleza). Delante se disponía una amplia explanada. Hay dos cosas que echo de menos en la maqueta: en primer lugar, un foso rodeando la fortaleza; y en segundo lugar, una rampa (y no escaleras), para acceder a la puerta occidental, que se muestra a la derecha de la imagen. La fig. 27 permite ver esta zona con más detalle, mostrando además la piscina de Struthion, que proveía de agua a la fortaleza.