© 2023 Jean Lapierre
© 2023 Asociación Urantia de Quebec
Jean Lapierre
Bromont
Hola a todos,
El documento que pronto terminaremos de estudiar [documento 140] es, en mi opinión, una de las revelaciones más incomprendidas. De la misma manera que Miguel recibió consejos de Emmanuel en torno a su último autootorgamiento, los apóstoles también recibieron consejos de Jesús. Estos consejos llegan incluso a ser instrucciones a seguir para ser sus embajadores en la tierra y no simplemente discípulos.
Como hemos visto, Jesús les pide que actúen y se comporten como él mismo se comporta o se comportaría. Esto no significa que sus otros discípulos no pudieran también intentar seguir parte o la totalidad de este consejo (también nosotros). No olvidemos que Emmanuel le dijo a Michael que su vida en la tierra debería ser una inspiración para nosotros (también para todo su universo) y no un ejemplo a seguir. Jesús pide a su Padre que los acompañe como él mismo lo fue. Este documento contiene poca o ninguna enseñanza del nuevo evangelio: el énfasis está puesto en instrucciones prácticas que sus doce apóstoles absolutamente debían seguir. Otro consejo de Emmanuel fue: LU 120:3.6 «_5. En la medida que lo consideréis apropiado, debéis asimilaros a los movimientos religiosos y espirituales existentes en Urantia, pero procurad, por todos los medios posibles, evitar el establecimiento oficial de un culto organizado, una religión cristalizada o una agrupación ética separada de seres humanos. Vuestra vida y vuestras enseñanzas deben convertirse en patrimonio común de todas las religiones y de todos los pueblos.»
Entendemos por qué Jesús, cuando ordenó a sus doce apóstoles, no les pidió que perpetuaran embajadores sustitutos después de ellos (sin creación de una nueva religión): el énfasis está en la religión personal. Poco antes de dejarlos Jesús informó a sus apóstoles que enviará su Espíritu de Verdad quien se convertirá en el nuevo instructor que estará disponible para todos y para todas las generaciones. Este instructor permitirá a cada generación reinterpretar siempre su mensaje con mayor precisión. Él dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Para concluir nos damos cuenta de que esta ordenación y consagración a los doce fue tan importante que el Jesús morontial reprodujo esta escena durante su decimocuarta aparición en el monte de la ordenación y nuevamente frente a todo su universo.
(Nota del editor) ¡Al día siguiente, Éric Martel envió al grupo una serie de citas que respaldaban las palabras de Jean!
Gracias jean,
Para añadir un poco…
Jesús escogió establecer el reino de los cielos en el corazón de los hombres mediante métodos naturales, normales, difíciles y penosos, los mismos procedimientos que sus hijos terrestres tendrían que seguir posteriormente en su trabajo de ampliar y extender este reino celestial. El Hijo del Hombre sabía muy bien que sería «a través de muchas tribulaciones como muchos hijos de todos los tiempos entrarían en el reino». Jesús estaba pasando ahora por la gran prueba de los hombres civilizados, la de tener el poder y negarse firmemente a utilizarlo para fines puramente egoístas o personales. (LU 136:8.6)
Al estudiar la vida y la experiencia del Hijo del Hombre, deberíais tener siempre presente el hecho de que el Hijo de Dios estaba encarnado en la mente de un ser humano del siglo primero, y no en la mente de un mortal del siglo veinte o de otro siglo. Con esto deseamos transmitiros la idea de que los dones humanos de Jesús habían sido adquiridos por vía natural. Él era el producto de los factores hereditarios y ambientales de su época, unidos a la influencia de su instrucción y de su educación. Su humanidad era auténtica, natural, totalmente derivada y alimentada por los antecedentes de la situación intelectual real y de las condiciones económicas y sociales de aquella época y de aquella generación. Aunque en la experiencia de este hombre-Dios siempre existía la posibilidad de que la mente divina trascendiera al intelecto humano, sin embargo, siempre que funcionaba su mente humana, lo hacía como lo haría una verdadera mente mortal en las condiciones del entorno humano de aquella época. (LU 136:8.7)
…Jesús no vivió su vida en la Tierra para establecer un ejemplo a imitar por todos los demás seres humanos. Vivió esta vida en la carne mediante el mismo ministerio de misericordia que todos vosotros podéis utilizar para vivir vuestra vida en la Tierra. Al vivir su vida mortal en su época y tal como él era, estableció un ejemplo para que todos nosotros vivamos también la nuestra en nuestra época y tal como somos. Quizás no aspiréis a vivir su vida, pero podéis decidir vivir la vuestra como él vivió la suya, y por los mismos medios. Jesús puede que no sea el ejemplo técnico y detallado para todos los mortales de todos los tiempos en todos los planetas de este universo local, pero es eternamente la inspiración y guía de todos los peregrinos con destino paradisiaco procedentes de los mundos de ascensión inicial, que pasan a través del universo de universos y de Havona hasta el Paraíso. Jesús es el nuevo camino viviente que va desde el hombre hasta Dios, de lo parcial a lo perfecto, de lo terrenal a lo celestial, del tiempo a la eternidad. (LU 129:4.7)