© 2013 Kathy Hatter
© 2013 Fundación Urantia
El Directorio de grupos de estudio de El libro de Urantia | Volumen 7, Número 3, Sept. 2013 — Índice | Relato de dos conferencias |
De Katty Hatter, Old Town (Florida, EEUU)
El libro de Urantia fue la respuesta a mis oraciones.
En 1972, estaba buscando una verdad que me inspirara, más que la educación religiosa tradicional que tuve. El anuncio de una revista sobre El libro de Urantia me llamó la atención y me sentí impulsada a comprar el libro, cosa que hice. Mientras comenzaba a leerlo, supe que era especial y que satisfaría la sed de verdad que tenía. Desafortunadamente, mi entendimiento era limitado, así que metí el libro en un cajón y esperé hasta que considerara que estaba preparada para leerlo y comprenderlo, lo que ocurrió veinte años después.
La tecnología hace que ahora sea más fácil tener la información al alcance de la mano. Qué útil es tener tantos sitios Urantia. Gracias a truthbook.com, pude obtener respuestas a muchas de mis preguntas, y descubrí que la Fundación Urantia ofrecía cursos gratis a través de la Escuela de El libro de Urantia en Internet (UBIS).
Cada trimestre, la UBIS ofrece cursos diseñados para lectores principiantes, así como para lectores avanzados. No sabía exactamente cómo funciona una escuela en Internet, pero encontré la descripción del curso muy atrayente y me gustó el enfoque socrático de preguntas y respuestas. Una vez me enrolé en el curso, no me sentí abrumada por tener demasiada lectura o por las preguntas; se nos dieron seis preguntas y se nos pidió que eligiéramos tres y las respondiéramos. Me gustó que el curso comenzara con la presentación de todos los alumnos. Después de unas pocas semanas, comenzamos a convertirnos en espíritus afines y aumentó nuestro respeto y afecto mutuo.
Al elegir tres preguntas de las seis, consideraba qué respuestas podrían expresar mejor la manera en que comprendía esos temas en particular. Luego me ponía a rezar y pedía ayuda para responder la pregunta. Siempre me funcionó, y las tres preguntas que no respondía siempre las respondían otros alumnos. Los profesores/facilitadores siempre intervenían, lo cual era útil.
Después de leer las respuestas de todos los alumnos, cada alumno tenía la oportunidad de responder a las respuestas de sus compañeros. A veces la respuesta era otra pregunta. Todos aprendimos de todos. Mi sabiduría aumentó a partir de estas interacciones, sin duda.
En la décima semana de clase, cada alumno respondió a una pregunta de su elección, tras la cual cada alumno respondía a las preguntas y a las respuestas. Para entonces, creo que todos sentíamos que teníamos mucho que aportar.
Mi primer curso, «Revelación del Padre divino y de sus planes divinos», fue la elección perfecta para mí, pues aprendí que el Padre Universal tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros tanto individual como colectivamente, y que no puede haber atajos para sus hijos. Con el libre albedrío, elegimos aceptar su plan en todo o en parte. La adversidad es parte del proceso de aprendizaje en Urantia, pero mediante las experiencias positivas y negativas crecemos de muchas maneras a medida que el plan de Dios se desvela, y confiamos en que el plan de Dios es perfecto para nosotros y para nuestro mundo.
El siguiente curso, «La rebelión de Lucifer – tragedia y triunfo», me dio una nueva perspectiva de conjunto sobre los mitos del diablo. Nunca había pensado mucho en ello porque me centraba en el bien, no en el mal, pero el mal nos rodea por todas partes. Me entristece pensar que algunas personas eligen ese camino. Lucifer y sus asociados eligieron ir contra el plan de Dios y tener su propio plan, un plan que arrastró a muchos seres vulnerables hacia su «telaraña de engaños». ¡La frase «El diablo me hizo hacerlo» no es verdad! Estos diablos, desde el otorgamiento de Miguel, no tienen ningún poder sobre nosotros y, aunque nuestro planeta está aislado, tenemos un fragmento de Dios dentro de nosotros. Tenemos el Espíritu de la Verdad de Jesús para guiarnos y tenemos amigos invisibles que nos ayudan a lo largo del camino.
En conclusión, no hay que sentirse abrumado con El libro de Urantia. El aislamiento que podamos sentir ya no es necesario porque ahora podemos estudiar juntos y aumentar nuestro entendimiento de las enseñanzas a través de la UBIS. Si estamos dispuestos a inscribirnos y participar en un curso de la UBIS, los beneficios producirán muchos frutos.
Estoy deseando asistir a más cursos. ¡Doy gracias de que El libro de Urantia y la UBIS estén en mi vida!
«Dios lo es todo para mí,
No conozco el miedo,
Pues Dios y el Amor
Y la Verdad están aquí.»
El Directorio de grupos de estudio de El libro de Urantia | Volumen 7, Número 3, Sept. 2013 — Índice | Relato de dos conferencias |