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Material profético y errores en la revelación de Urantia | Volumen 11 - No. 3 — Índice | ¿Por qué hay error y profecía en la Revelación de Urantia? |
Los autores de los Documentos describen los límites del mandato universal para la revelación, que incluyen dar preferencia a los conceptos humanos más elevados relacionados con cualquier tema. Declaran que han recurrido a la revelación pura sólo cuando no hay una presentación previa adecuada sobre un tema en particular por parte de una mente humana. Afirman que dispusieron de una gran cantidad de información tanto para la preparación de las Partes 1-3 como para la Parte 4 de los Documentos. También se nos informa que la revelación divina, es decir, la verdad infalible, es posesión exclusiva de las identidades creadoras. La referencia al índice de contenido de El Libro de Urantia muestra que ninguno de estos autores tenía ese estatus exaltado, advirtiéndonos así que los Documentos son obra de seres falibles. Por lo tanto, no pueden utilizarse legítimamente como fundamento de una religión fundamentalista. (LU 101:4.1)
Los documentos siguientes describen el carácter del Padre Universal y la naturaleza de sus asociados del Paraíso, junto con un intento por describir el perfecto universo central y los siete superuniversos que lo rodean. Para formularlos tenemos que guiarnos por las órdenes de los gobernantes del superuniverso que nos aconsejan que, en todos nuestros esfuerzos por revelar la verdad y coordinar el conocimiento fundamental, tenemos que dar preferencia a los conceptos humanos más elevados que existen relacionados con los temas que se van a presentar. Sólo podemos recurrir a la revelación pura cuando el concepto a presentar no haya sido expresado anteriormente de manera adecuada por la mente humana. (LU 0:12.11)
Y del autor de la Parte 4, «La vida y las enseñanzas de Jesús», tenemos:
Agradecimientos: Para llevar a cabo mi misión de reexponer las enseñanzas de Jesús de Nazaret y contar de nuevo sus acciones, he utilizado ampliamente todas las fuentes de archivos y de informaciones planetarias. Mi motivo principal ha sido preparar un documento que no solamente ilumine a la generación de hombres que viven en la actualidad, sino que sea igualmente útil para todas las generaciones futuras. En la enorme reserva de información puesta a mi disposición, he seleccionado aquellas que convenían mejor para llevar a cabo este objetivo. En la medida de lo posible, he obtenido mis informaciones de fuentes puramente humanas. Únicamente cuando estas fuentes han resultado insuficientes, he recurrido a los archivos superhumanos. Cuando las ideas y los conceptos de la vida y de las enseñanzas de Jesús han sido expresados aceptablemente por una mente humana, he dado preferencia invariablemente a estos modelos de pensamiento aparentemente humanos. … (LU 121:8.12)
Los autores no nos han dejado espacio para elevar sus registros a un estado de infalibilidad divina. Fuera del Paraíso, nos informan: «La verdad es parcial, relativa y progresiva». Y para no dejar piedra sin remover en nuestros esfuerzos por familiarizar al nuevo lector con lo que los propios autores afirman sobre sus esfuerzos para traernos la iluminación, se nos ha informado:
Los intelectos parciales, incompletos y evolutivos se encontrarían impotentes en el universo maestro, serían incapaces de formar el más mínimo modelo de pensamiento racional si no fuera porque todas las mentes, superiores o inferiores, tienen la capacidad innata de construir un marco universal dentro del cual poder pensar. Si la mente no puede sacar conclusiones, si no puede penetrar hasta los verdaderos orígenes, entonces dicha mente dará infaliblemente por sentadas las conclusiones y se inventará los orígenes a fin de poder tener un medio de pensamiento lógico dentro del marco de esos postulados creados por la mente. Aunque estos marcos universales para el pensamiento de las criaturas son indispensables para las operaciones intelectuales racionales, todos son erróneos en mayor o menor grado, sin ninguna excepción. (LU 115:1.1)
_Los marcos conceptuales del universo sólo son relativamente verdaderos; son unos andamios útiles que al final deben ceder el paso a la expansión de una comprensión cósmica más amplia. Las maneras de comprender la verdad, la belleza y la bondad, la moral, la ética, el deber, el amor, la divinidad, el origen, la existencia, la finalidad, el destino, el tiempo, el espacio, e incluso la Deidad, sólo son relativamente exactas. Dios es mucho, mucho más que un Padre, pero el Padre es el concepto humano más elevado de Dios… El hombre está obligado a pensar dentro de un marco universal humano, pero esto no significa que no pueda imaginar otros marcos más elevados dentro de los cuales pueda tener lugar el pensamiento. (LU 115:1.2)
Entonces, ¿cuál fue su propósito al darnos un libro de 2000 páginas sino proporcionar una descripción verdadera y confiable del universo en el que vivimos? Una respuesta es que cualquier relato verdadero y confiable se habría convertido rápidamente en un objeto de reverencia irracional, devoción obsesiva e incluso adoración. Este problema ciertamente surgió con Adán y Eva, y con Melquisedec, quienes fueron todos elevados al estatus de dioses o semidioses por los mortales de su tiempo. El mismo problema ocurrió con Jesús que vino a conducirnos al conocimiento del Padre, pero los mortales rápidamente sumergimos sus enseñanzas sustituyéndolas por la adoración del mismo Jesús. La Biblia también ha corrido la suerte de convertirse en objeto de adoración.
Al tratar de evitar este mismo destino, los autores han hecho todo lo posible para mezclar una profecía notable con un error obvio o, a veces, un error sutil. Pero sabían que, al menos inicialmente, solo tendrían un éxito limitado. Eventualmente, el error incluido dominaría las respuestas de los nuevos lectores, y el mensaje real, los hechos acerca de nuestra relación personal con el Padre y la naturaleza espiritual de nuestras metas reales, tendrían que ser seleccionados del escaparate y presentados en su forma pura.
El desafío religioso de la época actual es para aquellos hombres y mujeres previsores, con visión de futuro y con perspicacia espiritual, que se atrevan a construir una nueva y atrayente filosofía de la vida a partir de los conceptos modernos ampliados y exquisitamente integrados de la verdad cósmica, la belleza universal y la bondad divina. Una visión así nueva y justa de la moralidad atraerá todo lo que hay de bueno en la mente del hombre y desafiará lo que hay de mejor en el alma humana. (LU 2:7.10)
Estamos formados y moldeados por lo que amamos.
Goethe
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