© 1994 Ken Glasziou
© 1994 The Brotherhood of Man Library
Muchos lectores estarán al tanto de las afirmaciones de que la vida ha existido en Urantia durante cerca de 4 mil millones de años, pero que El Libro de Urantia afirma que los patrones de vida originales fueron plantados aquí hace 550.000.000 de años por los Portadores de Vida. Esta discrepancia puede deberse a diferencias en la definición de lo que constituye «vida» y se ha discutido en «El contenido científico de El Libro de Urantia»[1] (Bain, Glasziou, Neibaur, Wright), que está disponible de forma gratuita en la Biblioteca de la Hermandad del Hombre ( Brotherhood of Man Library). El Libro de Urantia no es necesariamente del todo coherente en la forma en que utiliza el término «vida». Un punto que se pasó por alto en el artículo anterior es esta frase: «Durante la vida física, el yo material, la entidad-ego de la identidad humana, depende del funcionamiento continuo del vehículo vital material, de la existencia continua del equilibrio inestable entre las energías y el intelecto, a lo que se le ha dado el nombre de vida en Urantia.» (LU 112:2.20)
La palabra para notar es «intelecto». Uno de los requisitos para incluir «plasma de vida original» en su árbol genealógico es el potencial para mostrar «intelecto». Así que tal vez ha habido muchos sistemas orgánicos en Urantia, clasificados vagamente como vivos, pero carentes de «intelecto» para los cuales el «plasma de vida original» preparado por los Portadores de Vida no es ancestral. Algunos de estos sistemas pueden haber estado presentes hace 3-4 mil millones de años, pero no califican como «vida» como se usa el término en el libro.
El libro dice: «El plasma original de vida de un mundo evolutivo debe contener todo el potencial de todas las variaciones de desarrollo futuras y de todos los cambios y modificaciones evolutivos posteriores». (LU 36:2.17) El artículo de Bain et al. analiza brevemente el trabajo sobre genes «homeóticos» que sugieren que las combinaciones de genes (homeocajas) que controlan el desarrollo de órganos funcionales en insectos y mamíferos (una extremidad, por ejemplo) ya estaban presentes en forma ancestral en organismos inferiores como el gusano redondo (ver también McGinnis et al., Sc. Amer. febrero de 1994 [2]). Esto concuerda con la afirmación de El Libro de Urantia de que todo el potencial genético para darnos origen estaba presente en el plasma de vida original. Darwin y sus seguidores no habrían concedido esa posibilidad.
Algún día, después de dominar los vientos, las olas, las mareas y la gravedad, aprovecharemos para Dios las energías del amor, y entonces, por segunda vez en la historia del mundo, el hombre habrá descubierto el fuego.
Pierre Teilhard de Chardin.
Richard Bain, Ken Glasziou, Matt Neibaur, & Frank Wright, «El contenido científico de El Libro de Urantia», https://truthbook.com/urantia-book/science-studies/science-content-of-the-urantia-book/ ↩︎
William McGinnis and Michael Kuziora,_ The Molecular Architects of Body Design_, Scientific American, Febrero 1994. https://www.scientificamerican.com/magazine/sa/1994/02-01/ ↩︎