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Atención plena (a veces también llamada atención plena, samma sati en sánscrito) es un término derivado de las enseñanzas de Siddhartha Gautama y que designa la conciencia vigilante de los propios pensamientos, acciones y motivaciones. Juega un papel primordial en el budismo donde se afirma que la conciencia plena es un factor esencial para la liberación (bodhi o despertar espiritual). Es el séptimo miembro del noble óctuple sendero.
Los principios de la atención plena
La atención correcta o mindfulness consiste en devolver la atención al momento presente y examinar las sensaciones que se presentan a la mente, cómo aparecen, cómo duran un tiempo y cómo desaparecen. Esta práctica nos permite darnos cuenta directamente de si una sensación es a veces permanente o siempre impermanente. Posteriormente, el practicante examinará también la materia, las percepciones, los hábitos mentales positivos o negativos, la conciencia, cómo aparecen todas las cosas, cómo duran y cómo desaparecen. El observador permanece neutral y silencioso (“silencio mental”) examinando la aparición y desaparición de sensaciones placenteras, neutrales o desagradables, sin juzgar, sin buscar retener la sensación placentera o rechazar la sensación desagradable. El observador aprende a desapegarse y gradualmente se libera de la materia, la sensación, la percepción, el condicionamiento mental, la conciencia y, por tanto, de dukkha. Si elige abandonar dukkha es porque está convencido de que este fenómeno siempre tiene una doble manifestación, alegría y tristeza, por lo tanto “no hay satisfacción definitiva”.
Este mindfulness no se limita a una práctica de meditación sino que consiste simplemente en observar los objetos físicos y mentales que se presentan a la mente. Cuando un objeto desaparece, la conciencia plena no cesa, el observador la dirige hacia un objeto «predeterminado»: respirar o caminar. Cuando un nuevo objeto aparece en la mente, la atención abandona el objeto «predeterminado» y se concentra en observar cuidadosamente el nuevo objeto de acuerdo con los dos aspectos de su naturaleza, como verdad convencional (sammuti sacca) y como verdad última (paramattha sacca). Así es como la atención a la respiración natural (anapana sati): inhalar, pequeña pausa, exhalar, pequeña pausa, no es un fin en sí mismo pero apoya eficazmente la vitalidad de la atención plena.
El Buda aconseja observar la sensación internamente (en la mente) y externamente (en el cuerpo). Por ejemplo, si el observador ve en la mente: “caliente”, también puede ver en el cuerpo: dilatación de los vasos sanguíneos, transpiración, etc. Luego, si el observador ve en la mente: “frío”, también puede ver en el cuerpo: contracción de los vasos sanguíneos, escalofríos, etc. Este paso es importante porque el practicante aprende a ver directamente que la mente intercambia rápidamente mucha información con el cuerpo a través del inconsciente. El mindfulness experimenta el cuerpo y la mente en sus dos componentes, consciente e inconsciente, con el objetivo de limpiarlo todo, purificarlo todo.
La atención plena se encuentra más allá de la primera forma de sabiduría: la devoción, y más allá de la segunda forma: la lógica del intelecto. Es la tercera forma de sabiduría, llamada bhavana-maya panna, la visión directa de la realidad última en todas las cosas.