¿Qué se puede esperar cuando se reúnen trece mujeres en un retiro llamado «Bailar con Dios: emerger en lo sagrado»?
Desde el mismo momento de la llegada a la Fundación Urantia, era palpable el ambiente de bienvenida, aprecio y expectación alegre. Joanne, Jen, Tamara, ¡gracias por los toques femeninos del 533!
Fue un entorno de confianza creado en la segunda planta de la Fundación en el que trece mujeres, todas estudiantes de El libro de Urantia, se reunieron en este retiro especial. Las facilitadoras del retiro usaron el método Fishbowl de conversación, en el que las líderes se sientan en el centro del círculo y comienzan una conversación a la que el círculo exterior se une más adelante. Contemplamos y profundizamos en dos preguntas: ¿cómo me vuelvo consciente de lo sagrado en la monotonía de la vida cotidiana? ¿Y cómo emergemos en lo sagrado como mujeres?
Después de tres días inspiradores de compartir, meditar, rezar y reír, llegamos a comprender mejor la manera en que la presencia divina trabaja en nosotras y junto a nosotras. Nos hemos vuelto más conscientes de nuestra responsabilidad como abanderadas morales y líderes espirituales de la humanidad, como hijas de Dios.
A continuación hay algunos comentarios de las asistentes al retiro cuando bailaron con Dios:
Haber tenido el privilegio de participar en este emerger en lo sagrado ha sido una bendición que está más allá de lo que pudiera haber imaginado. Las amistades creadas, el conocimiento ganado a partir de las experiencias que las demás compartieron, darme cuenta de que, como mujeres, compartimos un objetivo común profundamente espiritual para nosotras, nuestros hijos y toda la humanidad de este planeta, servirá para inspirarme y motivarme en el futuro para «ocupar mi lugar» como hija de Dios que emerge en lo sagrado.
Nunca experimenté nada igual, profundizar tanto donde mi corazón y mi espíritu liberaron tantas emociones de risa y llanto.
Compartimos nuestra vida, desnudamos nuestra alma y nos fuimos apreciando mejor El libro de Urantia y cómo podemos aplicar sus enseñanzas a nuestra vida diaria. ¡Gracias por el ambiente cálido y seguro, en el que profundizamos en nuestro ser interior oculto!
Casi todas nosotras hemos sido heridas en este planeta. Abundan las pérdidas, las decepciones, los abusos y las tragedias dolorosas. A menudo no compartimos las verdaderas historias desgarradoras de nuestra vida con los demás. El fin de semana pasado fue una rara oportunidad de que un pequeño grupo de mujeres compartiera algunas de sus penas más profundas en un lugar seguro y comprensivo. Hubo mucha curación. Fue sorprendente saber cuántas mujeres llevan cargas pesadas, pero fue aún más inspirador escuchar una historia tras otra sobre las maneras en que los individuos han experimentado al Espíritu que responde a oraciones de ayuda y que los aleja de los lugares oscuros. El fin de semana fue un testimonio notable del amor de nuestros padres divinos hacia sus hijos. Solo en un encuentro Urantia podemos esperar encontrar tantas personas conscientemente conscientes de la presencia divina en su vida, que transforman penas en alegrías. ¡Qué bendición estar allí entre las mujeres!
Estoy muy agradecida por el apoyo de todas mis hermanas. En este retiro no hubo presión, y fue fácil intimar y compartir cosas importantes.
Aunque éramos un grupo dispar y de diferentes partes del país, comenzamos a usar el método Fishbowl de afrontar preguntas y casi inmediatamente sentimos el amor de Dios entre nosotras. Raramente se desarrolla un ambiente de confianza y espiritual entre personas en tan poco tiempo. Hice doce nuevas «amigas para siempre». También jugamos y fuimos a un piano bar de Chicago para oír al polifacético Bob Solone, que cantó «Georgia on My Mind» y muchos otros clásicos.
Venir del grupo y entrar al mundo me hizo ver de manera diferente a las personas, y que dar tiempo y atención hace del mundo un lugar mejor para mí y para aquellos con los que contacto. Comprendo mejor ahora cómo producir y mostrar los frutos de mi fe.
Compartir con las mujeres se convirtió rápidamente en una sororidad íntima fomentada de manera natural y mantenida por la confianza, la seguridad y el respeto. Prevalecieron la confianza y la curación. Mi intelecto supo que era una hija especial amada por Dios. Ahora es en mi corazón donde descansa. Experimenté lo sagrado como mujer, un estado elusivo para mí hasta este fin de semana especial. Gracias, hijas de Dios, por trece nuevas amigas en el Espíritu y por ayudarme a tener una relación más profunda con el Uno que continúa dando forma a mi alma.
Al grupo de las Hijas de Dios, facilitado por Katharina Becker, Doreen Heyne, Carolyn Prentice y Line St-Pierre, le encantaría compartir este modelo con otros grupos para animar a que más mujeres aprecien su valor y su llamada. Si les gustaría experimentar este retiro, estaríamos encantadas de viajar a su lugar de retiro para reunirnos con su grupo. Si ponen una fecha, reúnen de seis a ocho mujeres y reservan un lugar, nos comprometemos a reunirnos con su grupo. Esperamos con ilusión dar poder a más mujeres para que sigan sus anhelos espirituales de sororidad y asistencia. Para obtener más información, contacten con Line St-Pierre en line.stpierre@gmail.com.