© 2017 Tamara Strumfeld
© 2017 Fundación Urantia
De Tamara Strumfeld, Fundación Urantia, Chicago (Illinois, Estados Unidos)
En los primeros años del proyecto de El libro de Urantia comenzó a trabajarse en el índice. Se pusieron a ello muchas manos, incluyendo al Dr. William Sadler, Wilfred Kellog, Anna Kellog, Bill Sadler Jr., Anna Rawson y Edith Cook. Incluyeron una nota en la sobrecubierta de la primera edición que decía que «el Índice de El libro de Urantia se publica en un volumen aparte. Precio 8$». ¡Qué manera de hacerse ilusiones! Poco pudieron ellos prever el alcance de un proyecto tan complejo, y hasta la fecha el índice no se ha publicado nunca.
No solo el libro introducía un nuevo vocabulario, sino que también incluía conceptos que los reveladores mismos nos dicen que no tienen una verdadera expresión en idioma inglés. Cadenas de palabras, matices de significado y niveles de lenguaje desafiaron a los que intentaron hacer un índice durante muchos años. Al final el índice se hizo tan complejo que fue abandonado en los archivos de la Fundación Urantia durante veinte años.
En un día cualquiera de 2007, el anterior director ejecutivo, Jay Peregrine, descubrió este trabajo abandonado en tarjetas dentro de un viejo archivo guardado en una esquina de uno de los almacenes del sótano del 533. ¡Todos nos alegramos de su descubrimiento!
Fue todo un trabajo convertir las tarjetas impresas a formato electrónico. A lo largo de dos años Nathan Bartford, un interno de verano, y un trabajador temporal crearon documentos Word con la información contenida en las tarjetas. Una vez hecho esto, Larry Watkins, de Denver (Colorado), pasó meses 1) convirtiendo los documentos Word en archivos HTML, 2) escribiendo un programa que tomara las referencias tipo Documento:Sección.párrafo de entre todas ellas, que solo contenían números de página por aquel entonces y 3) enlazara las referencias directamente al texto en línea de El libro de Urantia.
A continuación comenzó el proyecto de comprobar las referencias. Mary Jo Garascia, de Denver (Colorado), hizo la primera ronda. Comprobó cada referencia asegurándose de que enlazaba al lugar adecuado del libro, y Larry hizo las correcciones en los archivos HTML. Esto llevó casi un año.
Sabiendo que este trabajo era demasiado para un solo par de ojos, reclutamos casi dos docenas de voluntarios para comprobar de nuevo las referencias. Cada voluntario recibió una letra y se aseguró de que cada referencia iba al párrafo correcto del libro en línea. Todos los errores se enviaron a Larry, que los corregía de nuevo. Esta fase llevó unos dos años.
¡No hay palabras que puedan expresar cuánto aprecio siento por todos los que han participado en esta fase del proyecto! ¡Gracias!
Después de que se terminara, revisé la letra A y descubrí que, aunque el índice se había elevado de manera significativa, todavía estaba plagado de errores y problemas. Si el índice iba a publicarse, necesitaba todavía una revisión profunda.
Ahí fue donde se reclutó a Cece Forrester, de Chicago (Illinois). Es correctora profesional y estudiante veterana de El libro de Urantia. ¡Fue una bendición tenerla en el equipo! Trabajó diligentemente en la corrección, modificación, reescritura, etc. El proceso fue como sigue:
Este proceso continuó, una ronda tras otra, durante cuatro largos años. Hubo incontables horas de fin de semana y muchas fechas límite previstas sin cumplir. Como el grupo de los primeros tiempos, no preví el alcance de un proyecto tan complejo.
Pero la línea de meta de la primera edición del índice se cruzó finalmente a las 18:02 (CDT) del pasado viernes 29 de septiembre. Me gustaría pensar que los miembros del primer grupo han estado al tanto y están contentos con la noticia.
Una vez más, me gustaría dar las gracias a todos los que han participado en este proyecto, y dar un reconocimiento especial a Larry Watkins. Todo el código y la programación HTML que hizo fueron voluntarios. Larry estaba siempre disponible, era rápido en sus plazos de entrega y nunca se enfadó con mis incesantes correos de correcciones inacabables.
El equipo de la Fundación Urantia está ilusionado por poner este índice a disposición de los lectores. Puesto que es conceptual, permitirá que los usuarios encuentren no solo palabras y frases, sino también ideas y conceptos. Además de los motores de búsqueda en línea, este índice será una herramienta útil de estudio. Se está planeando hacer un libro electrónico ampliado. Les mantendremos informados.
Poco podían prever el alcance de un proyecto tan complejo.