© 2007 Antonio Moya, Carmelo Martínez, Eduardo Altuzarra, Andrés Pérez, Santiago Rodríguez
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¿Lugares Santos? (primera parte) | Luz y Vida — Núm. 11 — Diciembre 2007 — Índice | Noticias sobre la Conferencia Internacional 2009 y la Asociación Urantia de España |
De varios autores
Participantes:
Carmelo: Queridos coestudiantes: Sabemos que la condición para sobrevivir es elegir hacer la voluntad del Padre. Y la voluntad del Padre se plasma en ese inmenso plan que ha dispuesto para la creación en su totalidad del espacio y el tiempo. Nosotros en nuestra actual condición de larvas de ascendentes tenemos una visión más que limitada de ese plan, así que nuestra elección de adherirnos a él es más por fe e intuición que por otra cosa. La gente tiene algunas vagas nociones de todo esto por sus creencias religiosas; los que las tienen, claro, pues otros ni siquiera eso. ¿Cómo pueden hacer esa elección? ¿Qué puede significar en la vida práctica en este planeta?
Para tomar una decisión definitiva, irreversible, hay que tener mucha más información, hay que conocer mucho más me parece a mí. Y eso no se consigue normalmente en este mundo con su grado de desarrollo actual. Esa decisión definitiva significa automáticamente la fusión con el ajustador. En los planetas como el nuestro o más atrasados, pocos lo consiguen; en planetas más avanzados habrá más que lo logran, y no digamos ya en los planetas en luz y vida.
Si ocurre eso con la supervivencia definitiva ¿por qué tendría que ocurrir otra cosa con la muerte definitiva? ¿Cómo se puede pues establecer en esas mismas condiciones planetarias que se ha tomado la decisión definitiva en contra, lo que significa la desaparición y la no supervivencia?
Todo esto tiene una consecuencia clara para mí: es posible que después de sobrevivir provisionalmente, y ya en los mundos moronciales con más información y visión, haya quien decida no seguir. En el libro no se da ninguna indicación a este respecto (o al menos yo no la recuerdo). Lo único algo parecido se refiere a los niños repersonalizados (como seres materiales asexuados) en la guardería probatoria, y a aquellos de los cien de Caligastia que se unieron a la rebelión y cuyos ajustadores permanecen en Salvington a la espera.
Ésas son mis reflexiones y mis dudas. A ver qué os parece a vosotros.
Antonio: La gente tiene algunas vagas nociones de todo esto por sus creencias religiosas; los que las tienen, claro, pues otros ni siquiera eso. ¿Cómo pueden hacer esa elección? No pueden. Pues no saben siquiera que hay que elegir algo. Son totalmente inconscientes de esto que sabemos nosotros. Y lo sabemos sólo gracias al Libro, pues fuera de él, que yo sepa, no hay información al respecto. Todo esto tiene una consecuencia clara para mí: Es posible que después de sobrevivir provisionalmente, y ya en los mundos moronciales con más información y visión, haya quien decida no seguir. En el libro no se da ninguna indicación a este respecto (o al menos yo no la recuerdo).
Creo que sí hay alguna información. Lo que sigue es del Doc. 112-5:
Los círculos cósmicos de crecimiento de la personalidad deben ser alcanzados finalmente, pero si los accidentes del tiempo y los obstáculos de la existencia material os impiden dominar, sin que haya culpa por vuestra parte, estos niveles en vuestro planeta natal, si vuestras intenciones y deseos tienen un valor de supervivencia, se promulgarán unos decretos para prolongar vuestro período de prueba. Se os concederá un tiempo adicional para que demostréis vuestra valía.
Si existen dudas en algún momento sobre la conveniencia de hacer avanzar una identidad humana a los mundos de las mansiones, los gobiernos del universo deciden invariablemente a favor de los intereses personales de ese individuo; elevan sin vacilar ese alma al estado de ser transicional, mientras continúan sus observaciones sobre sus intenciones morontiales y sus propósitos espirituales emergentes. Así, la justicia divina se cumple con certeza, y la misericordia divina tiene una nueva oportunidad para extender su ministerio.
Los gobiernos de Orvonton y de Nebadon no pretenden haber alcanzado una perfección absoluta en el funcionamiento detallado del plan universal de repersonalización de los mortales, pero sí pretenden manifestar paciencia, tolerancia, comprensión y una compasión misericordiosa, y lo hacen realmente. Preferimos asumir el riesgo de una rebelión en un sistema antes que correr el peligro de privar a un solo mortal, que lucha en cualquier mundo evolutivo, de la alegría eterna de continuar la carrera ascendente.
Esto no significa en absoluto que los seres humanos tengan que disfrutar de una segunda oportunidad después de haber rechazado la primera. Pero sí significa que todas las criaturas volitivas han de tener una verdadera oportunidad para efectuar una elección indudable, consciente y definitiva. Los Jueces soberanos de los universos no privarán del estado de personalidad a ningún ser que no haya hecho su elección eterna de manera plena y definitiva; el alma del hombre debe recibir, y recibirá, una plena y amplia oportunidad para revelar su verdadera intención y su propósito real. LU 112:5.6-9
Estaréis de acuerdo en que esta elección «plena y definitiva» difícilmente se puede hacer aquí. Ni siquiera nosotros, que conocemos algo del asunto, podemos hacer esta elección eterna «plena y definitiva». ¡Cuánto menos quien no sabe siquiera que tiene que hacer una elección!
Aquí nadie sabe casi nada, y los que sabemos algo estamos llenos de dudas. Los de «Arriba» lo saben bien. Por lo tanto, yo no creo que el criterio que siguen los de «Arriba» sea el de que hayamos elegido sobrevivir o no. Me inclino a pensar que deben seguir otros criterios. Por ejemplo, la bondad o la maldad de la gente.
Siempre me acuerdo de los dictadores. ¿Cómo un individuo puede tener la desfachatez de acaparar todo el poder para sí, todo el dinero para sí, encarcelar o matar a sus oponentes, privilegiar sólo a su familia, y dejar que se muera de asco y en la miseria toda la población de su país? Uno puede ser ignorante, pero ¿ha de ser necesariamente malo (malo en el sentido de hacer mal a los demás)? Toda maldad humana se hace por egoísmo: se persigue poder y o riquezas para uno mismo. No sé cómo un dictador puede hablar de Dios y masacrar a su pueblo (Sadam, Franco, Pinochet). Y así podemos ir bajando en maldades humanas hasta llegar al hombre de la calle. El albañil que te engaña en el precio, cobrándote más de lo que vale la obra de tu cuarto de baño. El empresario que paga lo justo y mal a sus asalariados, pero luego tiene un BMW y un chalé con piscina en la playa. Y así sucesivamente. Estas son las consecuencias del ateísmo y de la falta total de valores (valores divinos, pues los valores humanos (poder y dinero) todos los persiguen).
A lo que íbamos: ¿Cuántos sobreviven? No tengo ni idea. La misma maldad humana es, o puede ser, consecuencia de la misma ignorancia. ¿Y qué puedes hacer con un ignorante (de las cosas cósmicas)? ¿Lo vas a condenar eternamente? No lo creo en absoluto. Releed LU 28:6.2: «la importancia del origen…», «el origen es la base de la reacción de los Dioses…», «El Actor Conjunto siempre toma nota del hombre, de la manera en que ha nacido». Y releed también LU 40:5.11: «Los Dioses que han ordenado que el hombre mortal se eleve… toman nota de su estado y de sus necesidades…»
Por lo tanto, la misericordia de Dios puede ser tal, que el que no sobreviva es porque es un cazurro. Para no sobrevivir hay que estar EN CONTRA del progreso espiritual. En nuestro mundo, ¿quién lo está conscientemente?
Yo tengo incluso mis propias dudas sobre la supervivencia de Judas Iscariote…
Eduardo: Pregunta Carmelo que cómo se puede hacer esa elección. Pues muy sencillamente, buscando. Todos tienen un «amigo invisible» con ellos. ¿Qué hicimos tú y todos nosotros nada más que buscar? Se supone que sentíamos la «llamada» en nuestro interior, como quiero imaginar que la sienten todos pues todos tenemos «amigo». Ese tipo de llamadas tan sólo las hace «el amigo». Yo me tiré veinte años buscado, al principio buscaba a los «extraterrestres» al final encontré El Libro de Urantia. Por otro lado, para mí, intentar hacer la voluntad del Padre no es tarea fácil, pero sí que en mi vida práctica cuando la he hecho ha significado mucho.
Comprendo lo que manifiesta Antonio, pero no estoy muy de acuerdo en que «no pueden porque no saben». Todos tenemos Ajustador, el Padre trata de no perder a ninguno de sus hijos, por lo tanto sino es en este mundo será en el próximo. A todo mortal ascendente le harán saber que se puede llegar al Paraíso y a partir de ese momento, con su correspondiente margen de tiempo, tendrá que elegir.
En este mundo a todos nosotros, gracias a Dios, nos han ensañado desde muy pequeñitos que existe Dios. Gracias a todos los predicadores, misioneros y demás personal implicado en hacer llegar hasta el último rincón del mundo la «palabra de Dios», casi toda la humanidad sabe que existe Dios. Otra cosa es que te lo creas o que no te lo creas. Tú y todos nosotros hemos elegido creer en Él. Le hemos buscado hasta llegar a saber lo máximo de Él y ahí nos encontramos, tratando de hacer su voluntad. Yo quiero pensar que a los vagos, a los incrédulos, a los cortos de memoria, etc. se les va a dar todo tipo de oportunidades para hacerles ver que Dios existe y es alcanzable.
Os cuento una cosa. Desde que yo me hice medianamente consciente del texto del LU siempre me preocupo si un tipo como yo llegaría algún día a sobrevivir por esos mundos de Dios.
Cuando leía el Dto. 2 - párrafo 3º «La justicia y la rectitud» ya quedé algo afectado. Más adelante me tropecé con las «inevitabilidades», se me heló la sangre. Posteriormente con el concepto de pecado e iniquidad, llegue a decirme a mi mismo: «¡joder, amigo! para ti que eres un rebelde, esto te va a resultar más difícil que subir la mítica montaña de Tourmalet en bici.»
Pues bien, consecutivamente a medida que fui leyendo y tratando de comprender, llegó a mí una idea bastante clara de mi «compañero invisible», de los círculos psíquicos o niveles cósmicos, de la misericordia de Dios, etc. y llegue a la conclusión de que con un poco de tiempo, paciencia y fe, pues yo creo que he llegado a creerme casi todo lo que dice el LU, menos aquello que no comprendo. Así que bien podría no sólo llegar a subir el Tourmalet, sino el Montblanc o si hiciera falta el Everest en la puta bici.
Así que, amigos míos: hoy por hoy, estoy totalmente convencido que YO voy a sobrevivir, no sé muy bien si me repersonalizarán al tercer día, ni sé cuánto tiempo me va a costar, pero yo SÍ llegaré al Paraíso. ¡Bueno soy yo!
¿Cuántos sobreviven? pues sinceramente no llego a saberlo, pero creo que la inmensa mayoría o yo por lo menos esa esperanza tengo. ¿'Malos, buenos? ¿Quién decide? Él nos contempla, nos observa, no interviene, quiero pensar que tan mal no lo estaremos haciendo, ¿no? Y si, como bien dice Antonio, se tiene en cuenta el origen, pues menos todavía para pensar que no sobrevive la mayoría. ¡En menudo mundo ha ido a parir nuestra bendita madre! ¡Qué casualidad!
Deseo saber vuestra opinión sobre lo que os expongo a continuación.
«La mayor parte de los Ajustadores que han trasladado a sus sujetos fuera de Urantia eran muy experimentados y hay constancia de que habían residido anteriormente en numerosos mortales de otras esferas (que no sobrevivieron). Recordad que los Ajustadores adquieren una valiosa experiencia como habitantes interiores en los planetas donde sólo son prestados; de esto no hay que deducir que los Ajustadores sólo adquieren experiencia, para realizar un trabajo avanzado, en aquellos sujetos mortales que no logran sobrevivir.» LU 110:7.3
Yo entiendo que, cuando un Ajustador anda vagando por los mundos de Dios, acumulando experiencia, en primer lugar es porque ha «perdido» a su «inquilino». Deduzco que posteriormente puede obtener más práctica con otros mortales «prestados». ¿'Me equivoco? Habla de «la mayor parte de los Ajustadores». ¿Habrán sido muchos o pocos?
Antonio: Eduardo, contesto a la última parte de lo que dices. Respecto a la cita «La mayor parte de los Ajustadores que han trasladado a sus sujetos fuera de Urantia eran muy experimentados y hay constancia de que habian residido anteriormente en numerosos mortales de otras esferas», no implica que esos mortales no sobrevivieran. No necesariamente. Podían ser mortales primitivos con los que los Ajustadores NO fusionan. Sólo les son prestados durante su vida mortal. Luego, si sobreviven, fusionarán con una parte del Hijo o del Espíritu.
Andrés: En mi opinión, pienso que todos pasamos el listón de la supervivencia. ¿Por qué digo esto? Porque creemos que Dios no piensa como nosotros, pequeños seres limitados unos en capacidad, otros en el físico y otros vagos de solemnidad. Pero si tenemos toda la eternidad para aprender, cómo nos pueden pedir que, saliendo del primer mundo de la creación, por cierto muy jodidos de los errores que otros seres superiores a nosotros cometieron con mayor capacidad, experiencia y datos, pues que nos decidamos en esta encarnación a tomarla decisión tan «importante».
Cierta ocasión leí en otro libro que la misericordia de Dios es tan grande que todavía no se ha perdido ninguno de sus hijos, refriéndose a la aniquilación del ser o la personalidad.
Como no nos facilitan mucha información en muchos aspectos, pues pienso yo que tendremos que pasar muchas vidas, experiencias en otros planos para poder tomar esta decisión tan importante y sobre todo, sobre todo una amplia información en el caso de no querer sobrevivir, de lo que nos perderíamos en el caso de tomar esa decisión así como de los pros y contras de esa situación. Pero yo creo que no se ha dado ningún caso, claro está como creo, de la grandeza, del saber hacer y la magnanimidad de «Dios». Claro está que es mi limitada opinión según el momento que me encuentro dentro de la evolución que me ha tocado vivir.
En esta ocasión última estoy muy de acuerdo con la exposición de Antonio y sus matizaciones.
Carmelo: Queridos amigos: las citas que marca Antonio dicen claramente que se puede sobrevivir como una prolongación del período de prueba, no definitivamente, y eso refuerza mi teoría de que sobreviviremos todos, en primera instancia. Después, cuando tengamos más visión, más conocimientos y una mente más amplia… eso ya es otra cosa. Como dice Andrés, este mundo es un verdadero infierno por culpa de los errores de los seres celestiales que se supone deberían habernos ayudado. Eso también se tendrá en cuenta, digo yo, porque «Si existen dudas en algún momento…deciden invariablemente a favor de los intereses personales de ese individuo». ¿Habrá en este mundo alguien sobre quien no tengan dudas? Me cuesta creerlo.
Eduardo, no creo que el amigo interior ayude a demasiada gente en este tiempo. Hay muchas personas para las que las religiones no tienen ningún sentido. La espiritualidad les hace reír; la consideran una ñoñería. Ni amigo interior, ni voz interior; pura pamplina, piensan. Los más sinceros, simplemente son ateos. Los demás, cierran los ojos no queriendo ver el final. Están perdidos; esto hace, creo yo, que no se pueda determinar cuál es su decisión. Hay dudas. ¿Serán suficientes comportamientos como los que describe Antonio para determinar que se ha decidido en contra del plan del Padre? No lo sé, pero tiendo a creer que no. Por eso siempre me ha sorprendido el párrafo que os copio más abajo. ¿Tendrán los intermedios la perspectiva suficiente como para saber más o menos las posibilidades de alguien?
El párrafo se refiere a las esperanzas de vida eterna de una de las prostitutas que se encontraron Jesús y Ganid estando en Corinto a su vuelta de Roma. Es del documento 133. Dice así (¿me perdonáis que ponga mi traducción?):
«Jesús y Ganid se despidieron así de las mujeres. Hasta ese momento, las dos prostitutas no habían dicho nada; Ganid se había quedado igualmente sin habla. Y durante unos breves instantes a Marta le sucedió lo mismo, pero pronto se puso a la altura de las circunstancias e hizo por aquellas extrañas todo lo que Jesús había esperado. La mayor de estas dos mujeres murió poco tiempo después, con prometedoras posibilidades de supervivencia eterna, y la más joven trabajó en el negocio de Justo y más tarde se hizo miembro de por vida de la primera iglesia cristiana de Corinto.» LU 133:3.10
El subrayado es mío.
Antonio: Carmelo, ¿por qué dices que «siempre te ha sorprendido» el párrafo que nos has copiado más abajo? ¿Qué ha tenido de sorprendente para ti?
Para mí, el que unas mujeres (de aquella época o de ésta) sean prostitutas no me dice nada en cuanto a sus posibilidades de supervivencia. ¡Cualquiera sabe las razones que las han llevado a esa vida! Los hombres somos unos «prostitutos» en potencia: Nos gustan (casi) todas las chicas. Y si pudiéramos… ¿Pero las mujeres? Precisamente el sexo es algo secundario para ellas. Y máxime con extraños. Así que ejercer de prostitutas no debe ser precisamente una de sus pasiones.
En cuanto a la supervivencia de todo el mundo… siempre me acuerdo de que el L.d.U. es el único que me ha aclarado qué es la misericordia de Dios. Y la misericordia de Dios es su justicia (la de siempre, la pura y dura) suavizada por el descargo a nuestro favor de «la manera en que hemos nacido» (desde nuestra herencia hasta nuestro entorno, pasando por nuestras capacidades). Por eso, quizás hasta los tiranos están justificados a los ojos de Dios. Lo que pasa es que el mal, aunque es la actitud de un individuo, afecta socialmente a todos los que están a su alrededor. Los actos son personales, pero las consecuencias son sociales.
Carmelo: Me sorprende, no porque se refiera a una prostituta ni por ninguna otra condición personal (no tengo ningún prejuicio al respecto, y hay que recordar la actitud de Jesús de Nazaret en este asunto), sino porque se puedan saber o prever de alguna manera las posibilidades de supervivencia de una persona. En este caso me sorprende pues se dice, indirectamente, que los intermedios tienen algún medio de prever las posibilidades de supervivencia de los terrestres.
En cuanto al mal, tienes razón, las consecuencias son sociales. Sin embargo, el LU también nos enseña que en la maldad hay oportunidades, y hasta ventajas, para crecer como personas. El Padre no es nunca el origen del mal, pero no tengo muy clara su relación con él, precisamente porque parece que del mal se obtiene bien y además en mucha mayor cantidad. Releed los párrafos LU 54:6.6 y LU 54:6.7 del apartado 6 del documento 54.
Santiago: Yo creo que la relación del Padre con el MAL es nula. Es decir, en cuanto a su origen y aparición, se produce inevitablemente de la existencia del libre albedrío en seres que tienen unas miras muy cortas, haciendo gala a su nombre de DIOS, no lo impide, que no es lo mismo que permitirlo (¿Ocurre en contra de su voluntad? ¿Es posible que algo ocurra en contra de su voluntad?). Pero inmediatamente pone mecanismos para paliar los efectos devastadores del mal.
El Hecho de que hoy el mal producido por la rebelión de Lucifer se haya convertido en bien, y éste supere el mal causado, desde luego no hace deseable el mal, porque en medio se ha generado mucho sufrimiento que podría haberse evitado, pero por otro lado me parece normal que con el tiempo el bien generado supere al mal que apareció, puesto que el mal quedó confinado a una cierta época temporal, y una vez superada, cuanto más tiempo pase, más bien se va acumulando y sin embargo el mal quedó confinado.
¿Cuántos sobreviven?
Yo deseo pensar que todos tendremos otra oportunidad, que esperarán a que realmente digamos NO de una manera plenamente conscientes, pero me preocupa lo que leo en LU 112:3.1.
Advierte claramente de una muerte espiritual en la vida en la carne. Parece que no queda más remedio que admitir que eso está ahí, luego seguro que ocurre.
Después de Pentecostés, todo ser de mente normal (biológicamente y fisiológicamente) recibe de niño el Ajustador, y ya se sabe que, a más derechos, más obligaciones.
Estoy seguro que todo individuo (y ahora somos todos) recibe de una manera incesante la guía de su Ajustador, se le plantea la posibilidad de la existencia de DIos, independientemente del grado de sofisticación con que esa mente pueda conceptuarlo, y si insistentemente durante toda la vida ese individuo niega sistemáticamente esa posibilidad… ¿estaremos ante este tipo de muerte espiritual?
Cuando las acciones continuas y cotidianas de ese individuo consisten en ir en contra de la voluntad del Padre inspirada por ese Ajustador de alguna manera… ¿¿no estaría así ganándose la no continuidad?
La verdad, esta posibilidad la plantean tan plausible, que a mí me da un poco de miedo…
¿Qué os parece?
Antonio: Querido Santi: lo que tú no puedes es escoger el mal por ignorancia. Jesús, en la cruz, dijo: «Padre, perdónalos, porque NO saben lo que hacen». Efectivamente, no sabían lo que estaban haciendo. No sabían lo que se estaban perdiendo (la ascensión hacia Dios) al actuar así.
Estarás de acuerdo conmigo en que, en este mundo, la gente es ignorante de las cosas cósmicas. ¿Cuánta gente tiene conciencia cósmica en este planeta en la época actual? Medio mundo o más vive en la miseria y todo lo que ocupa su mente es encontrar de comer. El otro medio mundo sólo piensa en la riqueza y el lujo, ateizados por una ciencia que se ha erigido en religión dominante.
La gente es ignorante (de las cosas cósmicas). ¿Cómo puedes negarle la vida eterna a alguien que elige el mal por ignorancia, que ha nacido en un mundo en pésimas condiciones espirituales, sin dirigentes (cósmicos), sin tradición espiritual? Éste es un mundo dejado a sí mismo, donde los hombres (y no los dioses) gobiernan y dirigen el mundo. ¿Qué puedes esperar de una gente así? Sólo burradas.
Creo que difícilmente estamos en condiciones de escoger o rechazar la vida eterna. De hecho, la gente no quiere morirse, se aferran a la vida como pueden. ¿Cómo van a rechazar la vida eterna? Creo que la gente está desorientada, perdida, y no sin razón, ipues tiene que ver el mundo que hemos heredado!
Creo, Santi, que la bondad y la misericordia de Dios (su amor como padre) está por encima de la justicia de Dios. ¿Y qué padre va a condenar a su hijo a la no existencia, sin que éste sea plenamente consciente de lo que se pierde? ¿Y quién es consciente de lo que se pierde, en este mundo actual?
La muerte espiritual que tú comentas a lo mejor es válida en los mundos «normales» e iluminados. Pero, ¿en éste?..
Andrés: Queridos amigos, Santi, en LU 112:3.2 dice muerte espiritual (del alma) cuando el hombre mortal rechaza «finalmente» la supervivencia; si ha sido pronunciado espiritualmente insolvente, «moroncialmente» en bancarrota etc, etc. Digo yo, que «finalmente» será después de muchas experiencias, y «moroncialmente» después de muchas vivencias en la vida moroncial, es decir después de muerto digo yo. De lo cual deduzco que tiene que pasar muchas existencias vividas para que la muerte espiritual sea llevada a cabo si es que la personalidad decide no sobrevivir.
Santiago: Sí, Andrés, hasta ahí todo estaría bien, pero lo que me preocupaba está en la página siguiente. Pero, como bien dice Antonio, quizá el concepto de «mortal» tenga que ampliarlo para incluir no sólo a los habitantes del primer mundo (material), y quizá debamos seguir considerándonos «mortales» aún en los mundos moronciales, hasta que el Ajsutador y la personalidad estén fusionados.
Andrés: A mi forma de ver las cosas, creo que todos estos comentarios que hemos decidido hacer bajo el llamado estudio por Internet, han resultado esclarecedores en muchos aspectos, que os expongo.
Con respecto a cuántos sobreviven, me ha parecido entender a través de la lectura del L.U. y de vuestros comentarios que hay varias formas, maneras o caminos que cada hombre nacido en los mundos en evolución puede llevar.
En un principio, cuando el libro no había llegado a mis manos, entendía que todos los humanos éramos iguales y teníamos las mismas oportunidades a los ojos de Dios. Que todos los seres creados teníamos las mismas oportunidades y caminos hacia el Padre eterno. Parece ser que este no es el propósito del creador, para cada uno de los seres en evolución, sino que, dependiendo de las cualidades de cada ser evolutivo a la hora de nacer o según estemos «programados», pues así será nuestro destino ni mejor ni peor. Simplemente cada uno está asignado según sus capacidades y su voluntad a la hora de escoger si desea sobrevivir, pues resulta que tomamos la dirección del Padre, el Hijo o el Espíritu infinito, no siendo mejor o peor, simplemente una dirección u otra, con plena satisfacción en la carrera ascendente. Pero unos llegarán a la presencia de Dios y otros se entretendrán en los dominios del Hijo ó el Espíritu infinito.
Si esto es así, estaba pero que muy equivocado en el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros, (según mi opinión claro). No es que esté desilusionado sino que como dice Antonio, el listón esta muy alto y muchas veces no «pillo».
Carmelo: Andrés, ¿quién dice que no somos iguales? ¿Cómo que no tenemos las mismas oportunidades?
Todos los de este grupo tenemos hijos. ¿Queremos que todos nuestros hijos sean ciclistas O carpinteros de ribera, O abogados (con lo venenosos que son)? Claro que no. Cada uno tiene su camino. ¿Son diferentes para nosotros en su condición de hijos nuestros? Claro que no. Les queremos y nos desvivimos exactamente igual por todos ellos.
La creación, el plan del Padre, se basa en la variedad, o sea, en la no uniformidad. No hay dos personas exactamente iguales. Y esto es decir muchísimo. A ver: ¿cuántos humanos existen o van a existir al final de los tiempos? Echad una ojeada a la página 167. El gran universo acabará teniendo 7.000.000.000.000 planetas habitados; échale que de cada uno, a lo largo de su historia, salgan 15.000.000.000 humanos (en la Tierra hasta la fecha se puede suponer que han vivido o viven hoy unos 8.000.000.000 humanos).
Multiplicad ambas cifras. ¡Qué mareo! Bueno, pues no hay dos exactamente iguales, y todos tienen un sitio, un papel, en la creación. ¡Y todos son igual de hijos del Padre!
¿Alguien se siente inferior por recorrer un camino u otro, en lugar del que recorre el vecino? No hay ningún motivo. Lo que no tengamos aquí, lo que no hagamos aquí, lo que no sepamos aquí, lo tendremos/haremos/sabremos en los mundos mansión, ¡si lo seguimos queriendo! Los mundos mansión son mundos de COMPENSACIÓN. Cuando salgamos de ellos seremos iguales en ese sentido, y sin embargo, seguirá sin haber dos personas iguales; y además, como hijos, seguiremos siendo exactamente iguales a los ojos del Padre.
Todos veremos satisfechos nuestros deseos y anhelos, y todos seremos felices por ello. Incluso los que se fusionan con el Espíritu o con el Hijo y no tienen como destino inmediato alcanzar al Padre. Cada uno es diferente y cada uno tiene anhelos diferentes. A mí cualquier cosa que no sea llegar hasta Su presencia me parece poco. La «culpa» la tiene mi ajustador; y mi ajustador viene de Él. Los anhelos hay que conquistarlos, y se tarda. El camino a seguir está ajustado a la forma de ser de cada uno, a la personalidad de cada uno, incluidos los que no se fusionan con el ajustador (¿quién dice que no acabarán llegando hasta el Padre, si así lo desean?).
Aunque esto ahora no está nada claro para nosotros, lo acabará estando. Hay que tener la perspectiva de la eternidad, aunque no lleguemos nunca a ella (¿O sí?).
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