© 2008 Antonio Moya, Carmelo Martínez, Santiago Rodríguez, Andrés Pérez
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Jesús y la samaritana | Luz y Vida — Núm. 15 — Diciembre 2008 — Índice | El Libro de Urantia y su difusión |
De varios autores
Participantes:
Andrés: Quisiera preguntaros: ¿cómo es posible que si Dios es todopoderoso y ha depositado un fragmento suyo en cada uno de nosotros, ese Ajustador que mora en nosotros no tenga experiencias? Entonces ¿qué nos puede aportar? o ¿para qué las quiere? Y si es así, ¿para qué las necesita, si es un fragmento de Dios? No llego a comprender para qué acumula experiencias de unos seres que están empezando a tenerlas. En LU 16:9.3 se dice «si el hombre mortal no logra sobrevivir a la muerte natural, los valores espirituales reales de su experiencia humana sobreviven como una parte de la experiencia continua del Ajustador del pensamiento». Y digo yo para qué la quiere, si tengo que suponer que ese fragmento de Dios debería ser «todopoderoso» (en esto incluyo todos los valores que sé que Dios tiene)
Desearía que me comentaseis vuestra opinión, la que cada uno de vosotros tengáis al respecto, pues no es que no intuya algunos conceptos de ese Ajustador pero estos apartados me son extraños, pues hay varios de este tema que expongo, y a mi entender no llego a «pillar» cómo estos seres celestiales no tienen experiencias viniendo de Dios, así como en otro párrafo dice LU 110:2.3: «los Ajustadores se dedican a mejorar, modificar, ajustar y coordinar vuestros procesos mentales» etc.
Y digo yo, si no tienen experiencias, cómo nos pueden ayudar en este complicado mundo en el cual casi todos los que han venido han fracasado, si no totalmente, sí parcialmente.
Carmelo: Unas preguntas muy, pero que muy, interesantes las que hace Andrés. No es que tenga las cosas claras al respecto, pero voy a soltar mis ideas.
Está claro lo que aporta el Ajustador: la divinidad, y en consecuencia la vida eterna. Sin él (o algún otro espíritu de la divinidad) no es posible. La experiencia la ponemos nosotros, aunque no será totalmente nuestra hasta que nos fusionemos con él. Si sobrevivimos por algunos de los otros dos modos, la experiencia también será nuestra, pero además también pertenecerá al Ajustador que nos residió. Lo digo repitiendo lo que dice el libro, pero no estoy muy seguro de comprender todo lo que significa.
Es un poco misterioso lo que pasa antes de que nazcamos. LU dice que el Ajustador que nos va a residir, estudia nuestras condiciones y prepara nuestra vida para conseguir que sobrevivamos. Todo ello es a priori, pues nuestra (relativa) libre voluntad se respeta en todo momento. Después vive con nosotros guiándonos (según el plan que preparó previamente), y finalmente es nosotros (con la fusión) o pasa a residir en otro mortal llevándose nuestra experiencia.
¿Para qué y por qué todo esto? ¿Por qué el Ajustador, siendo un fragmento del Padre, adquiere experiencia y no la trae puesta (a veces sí, las de los anteriores mortales en que residió)? Vete a saber. La Deidad es existencial y experiencial a la vez, en la eternidad. Abarca todo lo que es y todo lo que se experimenta (como consecuencia de que todos los potenciales se conviertan en actuales), en la eternidad. Pero en el tiempo la experiencia no existe aún en su totalidad; va existiendo a medida que vamos viviendo. Ése es el Plan. No me preguntes por qué; no lo sé. Pero tengo confianza total en el Padre; eso es sin duda lo mejor para todos; eso significa sin duda la felicidad para todos, en la eternidad.
En esta diferencia entre el tiempo y la eternidad, está para mí la clave. La Deidad ya lo tiene/es TODO, en la eternidad. Pero ha decidido que exista el tiempo, y en el tiempo ir adquiriendo progresivamente la experiencia; y lo que es más importante, irla adquiriendo a través de sus criaturas que SON (serán) parte de la Deidad, en la eternidad.
¿Por qué la Deidad ha planeado no tener experiencias en el tiempo, y conseguirlas a través de sus criaturas? No lo sé; pero ése es el Plan del Padre. No hay que olvidarse de que las cosas SON en la eternidad, mientras que en el tiempo VAN SIENDO. En la eternidad la Deidad es existencial y experiencial; en el tiempo el ser Supremo va adquiriendo toda la experiencia finita posible; y en el tiempo trascendido, el Último va haciendo lo mismo con respecto a la experiencia absonita.
¿Por qué? ES el Plan. La Deidad es todopoderosa, pero ha decidido que las cosas sean así. Podría haberlo hecho de otra manera, pero lo ha hecho así. Algo me dice que está muy bien hecho.
Santiago: Andrés, la experiencia no se tiene, se adquiere, lo que quiere decir que el Ajustador, aun siendo un fragmento «completo» del Padre, por sí solo no puede poseer las experiencias que le aportará el hecho de convivir contigo, puesto que tú eres un individuo con libre albedrío, y tu vida la recorrerás en función de tus decisiones soberanas, y la experiencia de vivir tu vida sólo se la puedes proporcionar tú. Los valores que proceden de la experiencia de vivir la vida sólo los puede adquirir viviendo la vida, y como no hay dos individuos iguales, no hay dos vidas iguales, y por consiguiente no hay dos experiencias de vida iguales.
Yo tiendo a pensar que en la eternidad futura se habrá logrado el mandato del Padre: de ser perfectos como Él lo es, y con esto quiero decir que, conseguida la perfección, será indistinguible la que es existencial de la que se ha logrado como experiencial, serán equivalentes, y una vez más nos tendremos que quitar el sombrero ante el Padre, porque habrá logrado la perfección de dos maneras: la manera rápida: lo crea perfecto. Y la tortuosa: lo crea lo más imperfecto posible (apenas el Ajustador es capaz de residir dentro de él (nosotros), y le da la posibilidad de que se perfeccione al máximo posible).
¡Y nosotros tenemos el privilegio de haber sido creados imperfectos, y con nuestra voluntad ( y cantidades ingentes de ayuda externa) podremos lograr un universo perfecto-perfeccionado, ayudando a hacer que lo potencial se vaya actualizando!
¿Qué más podemos pedir?
Antonio: En el universo, nos dice el Libro, no hay NADA que pueda sustituir a la experiencia. «Simplemente no hay nada en toda la existencia universal que pueda sustituir a la verdadera experiencia personal» (LU 22:9.7). «No hay nada, en todo el universo, que pueda sustituir al hecho de la experiencia en los niveles no existenciales» (LU 108:0.2)
Dios es existencial, no experiencial. Es el alfa y la omega, conoce el final desde el principio, por lo tanto «Dios no adquiere experiencia» (LU 1:5.14) «Dios, como es eterno, universal, absoluto e infinito, no crece en conocimiento ni aumenta en sabiduría» (misma página y párrafo) «Dios es eterna e infinitamente perfecto, no puede conocer personalmente la imperfección como experiencia propia» (LU 2:2.6), pero participa realmente en la experiencia con la inmadurez y la imperfección… a través de los Ajustadores del Pensamiento.
Los Ajustadores son pre-personales, es decir, proceden del nivel de Dios en el que aún no ha aparecido la personalidad. Son, por decirlo así, anteriores al Hijo Eterno. Son pre-personales. Y salen «vírgenes» de ese nivel de Dios, es decir, sin experiencia (recordad que a esos niveles la experiencia -el nivel finito- no existe, ni Dios la necesita)
¿Que qué nos pueden aportar? La divinidad y la vida eterna. Entre otras cosas. ¿Te parece poco, Andrés?
¿Para qué quieren, o para qué necesitan, la experiencia? Dios ha decretado que el nivel finito se perfeccione a través de la experiencia. Nosotros aportamos la personalidad y la experiencia. El Ajustador aporta la divinidad y la vida eterna. Juntos, fusionados, abarcamos las cuatro cosas.
Dios ha proyectado dos tipos de seres: los perfectos de Havona y los imperfectos de los superuniversos. Estos últimos han de alcanzar la perfección por experiencia. Pero no sin ayuda. Dios nos proporciona el Ajustador para que nos sirva de guía en todas nuestras decisiones, nos sirva de modelo (representa la voluntad de Dios), y al fusionar con él, nos haga eternos. Un mortal fusionado con su Ajustador YA NO es un simple ser humano como nosotros lo conocemos. Es otra cosa. Es un ser humano-divino.
Y mediante esta técnica de vivir en el hombre, Dios experimenta lo que es la experiencia.
El Ajustador nos ayuda a tomar las decisiones que están en consonancia con la voluntad de Dios. El Ajustador nos ayuda a sintonizar nuestra voluntad con la de Dios. El Ajustador nos ayuda a actuar COMO DIOS LO HARÍA si estuviera en nuestros zapatos. Como Carmelo decía muy bien el otro día, aquí abajo Dios somos nosotros. Y debemos actuar como Él lo haría si estuviera aquí (no puede estar porque Él es infinito y absoluto) Las experiencias las vivimos juntos, el Ajustador y nosotros. Pero hay una sola voluntad, la nuestra (el Ajustador es pre-personal) Por lo tanto, somos nosotros los que tomamos las decisiones, y el Ajustador se aguanta, o se alegra, depende de lo que hagamos.
Si sobrevivimos, el Ajustador volverá y fusionará con nosotros. Si no sobrevivimos, el Ajustador irá a parar a otro mortal de otro mundo, y si fusiona con él, le aportará las experiencias que vivió con nosotros.
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