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¿Cuándo actúa el Ajustador del Pensamiento? | Luz y Vida — Núm. 27 — Diciembre 2011 — Índice | Ni laicismo ni religión |
Participantes:
Respecto a estas trilogías he encontrado otro párrafo interesante que puede ayudar a aclarar los conceptos; es el 196:3.2. Dice así:
«Hay exactamente tres elementos en la realidad universal: hechos, ideas y relaciones. La conciencia religiosa identifica estas realidades como ciencia, filosofía y verdad. La filosofía se sentiría inclinada a considerar estas actividades como razón, sabiduría y fe — realidad física, realidad intelectual y realidad espiritual-. Nosotros tenemos la costumbre de designar estas realidades como cosas, significados y valores.»» LU 196:3.2
Reconozco que no lo tengo muy claro, pero voy a plantear, así y todo, algunos ejemplos para abrir el debate. No estoy seguro pero quizá sea:
Un hecho (o cosa): un cielo estrellado rebosante de estrellas, de esos que asombran. Un significado: esos mundos están hechos para lo humanos, para que vivamos y progresemos en ellos.
Un valor: la belleza de la escena como reflejo de la realidad de la Deidad.
Los hechos se captan, los significados se entienden, los valores se aceptan (materia, mente y espíritu).
Otro:
Otro más:
Me gustaría discutir estos ejemplos, y otros que podáis poner, con vosotros. Ya os he dicho que no lo tengo muy claro.
También os propongo que recopilemos esas trilogías que aparecen a lo largo de todo el LU (verdad, belleza y bondad; ciencia, filosofía, religión; materia, mente, espíritu; etc.)
Espero vuestros comentarios.
Aquí os mando los resultados de mi ejercicio (esto es como un examen, y no es fácil…) Carmelo, ciertamente quedan cosas «nebulosas» por acabar de perfilar, pero he podido aclararme con lo siguiente:
No he querido buscar más en el LU, sino que he hecho un examen de lo que yo en este momento interpreto de estos conceptos:
Para mí, un hecho es como si obtuviéramos una instantánea del universo. Es decir, son las cosas que suceden; de entre las cosas que suceden aquellas con las que estamos más familiarizadas son las que provienen del mundo físico; las hemos estudiado, y es lo que conocemos normalmente como realidad. A medida que progresamos en nuestro conocimiento de la naturaleza incluso podemos llegar a predecirlas. Son como son y siguen lo que llamamos leyes naturales.
Pero creo que en el mismo paquete de «hechos» hemos de incluir las cosas o acciones que hacemos los seres humanos. Es decir, mostrar una sonrisa es un hecho; dar un abrazo es un hecho; matar a alguien también es un hecho.
Por consiguiente, creo que «hechos», son aquellas cosas que han sucedido o están ahí, y que ya no las podemos modificar.
Podríanos decir que hay de dos tipos: Tipo A) las que provienen de las leyes de la naturaleza, y tipo B) las que han sido originadas por la voluntad de las personalidades.
Los «hechos» se caracterizan porque existen por sí mismos, los conozcamos o no, seamos o no conscientes de ellos, y de los del tipo A, hay muchos que están a la espera de ser descubiertos.
Igual que los hechos, existen; están pendientes de ser descubiertos, y suelen ser objetivos deseables, es decir, son metas que tratamos de alcanzar.
Entiendo que los valores para cada generación, para cada individuo, pueden ser diferentes, y sospecho que a medida que crecemos en sabiduría, vamos encontrando «valores» más elevados.
¿De qué manera decidimos cuáles son nuestros valores? De dos modos: unos los heredamos conceptualmente de generaciones anteriores, quizá nos los insinúa nuestro Ajustador, y otros posiblemente los descubrimos y les damos ese estatus a medida que somos capaces de ir elaborando el tercer concepto: los significados.
Los significados serían las creaciones de nuestra mente, con las que tratamos de buscar correlaciones entre los hechos que vamos conociendo y tos valores que vamos siendo capaces de vislumbrar.
Al principio nos cuesta mucho encontrar parejas de hechos/valores correlaciónados con algún significado. Pero estoy convencido de que, a medida que pase el tiempo, nuestro crecimiento nos ayudará probablemente a encontrar valores que se corresponden con hechos, y encontrar valores en los diferentes hechos, incluso de los que suponemos «malos», como nos han explicado con el asunto de la rebelión de Lucifer.
Siguiendo esta línea de pensamiento, yo vería así los ejemplos que pone Carmelo:
A) Hecho: cielo estrellado.
Significado: el significado será lo que nos lleve a un valor. Carmelo argumenta como valor la «belleza de la escena…». Bajo mi punto de vista esta belleza caería en la columna de «significados».
Valor: yo vería mejor encajada aquí la exaltación de la grandeza del Padre «al no reparar en gastos» a la hora de buscarnos un lugar para habitar.
B) Hecho: La muerte.
Significado: el significado propio de la muerte, como técnica de escape terrestre para continuar nuestra evolución en otra parte y otro nivel.
Valor: Este sí lo encontraríamos en la posibilidad de que esa muerte sea el comienzo de la vida eterna.
C) Hecho: Aparición de Jesús en la Tierra.
Significado: el ser humano ha de progresar y debemos tomar a Jesús como ejemplo.
Valor: tratar de conseguir extender y establecer en la Tierra su idea de la fraternidad y del reino.
Santi: como siempre, tu aportación es esclarecedora. Gracias por compartirla con nosotros. La citada trilogía puede construirse con muchos elementos:
Verdad, belleza y bondad.
Cosas, significados y valores.
Cuerpo, mente y espíritu.
Ciencia, filosofía y religión.
Conocimiento, sabiduría y espiritualidad.
Paraíso, Espíritu Infinito, Hijo Eterno.
Lo material, lo mental y lo espiritual. Seguramente se podrían añadir algunos más.
Y este párrafo de los intermedios es muy esclarecedor:
Hay exactamente tres elementos en la realidad universal: los hechos, las ideas y las relaciones. La conciencia religiosa identifica estas realidades como ciencia, filosofia y verdad. La filosofía se siente inclinada a considerar estas actividades como razón, sabiduría y fe-la realidad física, la realidad intelectual y la realidad espiritual. Nosotros (los intermedios) tenemos la costumbre de distinguir estas realidades como cosas, significados y valores. (LU 196:3.2)
Están por un lado las cosas (el Paraíso) y en las antípodas los valores (el Hijo Eterno). Los significados (el Espíritu Infinito) tratan de relacionar las cosas con los valores y/o viceversa.
Éste es el problema que surgió cuando el Padre decidió NO sintetizar la Realidad Manifestada (tal como sí lo había hecho con la Realidad Potencial):
Cuando Dios unifica de esta manera una parte de la Realidad Manifestada (y excluye al Paraíso), hace que esta asociación incluya sólo a la Deidad. No sintetiza toda la Realidad Manifestada, sino que limita esta unificación a la Realidad Manifestada que es Deidad. Dios deja fuera al Paraíso. Puesto que el Paraíso queda fuera de esta síntesis existencial, representará un problema para todos los asociados y subordinados de Dios que aparecerán más tarde con estatus experiencial. (Bill Sadler, «Historia de la Creación»)
Cuando hablamos de la verdad, la belleza y la bondad, me llaman la atención estos párrafos del libro:
La verdad se conoce mejor por su sabor espiritual. LU 2:7.6
Toda verdad-material, filosófica o espirituales a la vez bella y buena. Toda autentica belleza-arte material o simetría espiritual-es la vez verdadera y buena. Toda bondad genuina -ya sea moralidad personal, equidad social o ministerio divino es igualmente verdadera y bella. LU 2:7.11
La verdad la belleza y la bondad son realidades divinas, y a medida que el hombre asciende la escala de vivir espiritualmente esas cualidades supremas del Eterno se hacen cada vez mas coordinadas y unificadas en Dios que es Amor. (LU 2:7.10)
Por si ayuda en algo, ahí va este texto del Documento 102, sección 3:
La ciencia, el conocimiento, conduce a la conciencia de los hechos; la religión, la experiencia, conduce a la conciencia de los valores; la filosofia, la sabiduría, conduce a la conciencia coordinada; la revelación (la sustituta de la mota morontial) conduce a la conciencia de la verdadera realidad; mientras que la coordinación de la conciencia de los hechos, los valores y la verdadera realidad constituye el tener conciencia de la realidad de la personalidad, lo máximo del ser, junto con la creencia en la posibilidad de la supervivencia de esta misma personalidad.
El conocimiento conduce a situar a los hombres, a originar las capas y las castas sociales. La religión conduce a servir a los hombres, creando asi la ética y el altruismo. La sabiduría conduce a una asociación mejor y más elevada tanto de las ideas como con los semejantes. La revelación libera a los hombres y los pone en camino hacia la aventura eterna.
La ciencia clasifica a los hombres; la religión ama a los hombres, incluso como a vosotros mismos; la sabiduría hace justicia a los distintos hombres; pero la revelación glorifica al hombre y revela su capacidad para asociarse con Dios.
La ciencia se esfuerza en vano por crear la fraternidad de la cultura; la religión engendra la fraternidad del espiritu. La filosofia lucha por la fraternidad de la sabiduría; la revelación describe la fraternidad eterna, el Cuerpo Paradisiaco de la Finalidad.
El conocimiento produce orgullo en el hecho de la personalidad; la sabiduría es la conciencia del significado de la personalidad; la religión es la experiencia del conocimiento del valor de la personalidad; la revelación es la seguridad de la supervivencia de la personalidad.
La ciencia trata de identificar, analizar y clasificar las partes segmentadas del cosmos ilimitado. La religión capta la idea del todo, el cosmos total. La filosofia intenta identificar los segmentos materiales de la ciencia con el concepto del todo basado en la perspicacia espiritual del todo. Allí donde la filosofía fracasa en este intento, la revelación tiene éxito, afirmando que el círculo cósmico es universal, eterno, absoluto e infinito. Este cosmos del Infinito YO SOY es por tanto interminable, ilimitado, y lo incluye todo sin tiempo, sin espacio e incalificado. Y atestiguamos que el Infinito YO SOY es también el Padre de Miguel de Nebadon y el Dios de la salvación humana.
La ciencia alude a la Deidad como un hecho; la filosofia presenta la idea de un Absoluto; la religión presenta la imagen de Dios como una personalidad espiritual amorosa. La revelación afirma que existe unidad entre el hecho de la Deidad, la idea del Absoluto y la personalidad espiritual de Dios; y además presenta este concepto bajo la forma de nuestro Padre —el hecho universal de la existencia, la idea eterna de la mente y el espíritu infinito de la vida.
La persecución del conocimiento constituye la ciencia; la búsqueda de la sabiduría es la filosofía; el amor a Dios es la religión; el hambre de la verdad es una revelación. Pero el Ajustador del Pensamiento interior es el que conecta el sentimiento de la realidad con la perspicacia espiritual humana del cosmos.
En la ciencia, la idea precede a la expresión de su realización; en la religión, la experiencia de la realización precede a la expresión de la idea. Existe una inmensa diferencia entre la voluntad evolutiva de creer y el producto de la razón iluminada, la perspicacia religiosa y la revelación - la voluntad que cree.
En la evolución, la religión conduce con frecuencia al hombre a crear sus conceptos de Dios; la revelación manifiesta el fenómeno de Dios haciendo evolucionar al hombre mismo, mientras que en la vida terrestre de Cristo Miguel contemplamos el fenómeno de Dios revelándose al hombre. La evolución tiende a hacer a Dios semejante al hombre; la revelación tiende a hacer al hombre semejante a Dios.
La ciencia sólo se satisface con las causas primeras, la religión con la personalidad suprema, y la filosofia con la unidad. La revelación afirma que las tres son una sola, y que todas son buenas. Lo real eterno es el bien del universo, y no las ilusiones temporales del mal espacial. En la experiencia espiritual de todas las personalidades, siempre es cierto que lo real es el bien y que el bien es lo real. LU 102:3.5-15
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