© 2009 Carmelo Martínez, Eduardo Altuzarra, Santiago Rodríguez
© 2009 Asociación Urantia de España
Siempre hay un comienzo | Luz y Vida — Núm. 16 — Febrero 2009 — Índice | Noticias de la Asociación Urantia de España |
De varios autores
Participantes:
Carmelo: Todos hemos oído hablar alguna vez de la alquimia, esa seudociencia de algunos chiflados que se creían capaces de transmutar los metales. O al menos esta es la idea general que nos han dado. Yo he leído varias cosas de alquimia, especialmente de Fulcanelli, pero también de otros adeptos como Nicolás Flamel o el Cosmopolita. Cuando lees estos libros, te sorprende su estilo aparentemente claro pero a pesar de todo incomprensible. Hace falta una clave para entenderlos, y esta clave no parece estar al alcance de la mayoría. Durante un tiempo la alquimia fue el paradigma de la ciencia con conciencia, o sea del conocimiento guiado por la moral. Los alquimistas hablan de Dios como el origen de su capacidad de transmutación y como el auténtico hacedor de las maravillas que describen; ellos son simples instrumentos. Su lema es saber, actuar y CALLAR. La alquimia no solo pretende transmutar los metales, sino también conseguir el elixir de la vida que cura todas las enfermedades y procura una vida de larga duración. Y en el fondo el verdadero objetivo de la alquimia es la transmutación del propio adepto. Al parecer las manipulaciones alquímicas descubren al adepto conocimientos y le ponen en una posición de observación que le transforman totalmente la personalidad. Se pone el origen de la alquimia en el antiguo Egipto y en la figura de Hermes Trimegistro. Después de leer el Libro yo pienso otra cosa, como diré más tarde.
Mi opinión es que la alquimia encierra un conocimiento realmente poderoso que enseña a manipular la materia y la vida, que conoce cómo manipular las revoluciones de la materia y cómo controlar las fuerzas primigenias que en último término son capaces de construir y mantener unidos a los átomos. Y probablemente sepa también cómo manipular el plasma vivo mientras está vivo. Opino también que este conocimiento se remonta a la rebelión de Lucifer, y procede de los elementos rebeldes de los 100 de Caligastia. Me explico. Los miembros del equipo corpóreo de Príncipe Caligastia eran ciudadanos de Jerusem. Habían pasado por tanto por todo el régimen de los mundos mansión. Es de esperar que hubieran aprendido bastante «ciencia celestial», entre otras cosas esos conocimientos que hoy en Urantia conocemos como alquimia. Desde luego, sabían que no debían transmitirlos a los habitantes de este planeta. Pero cuando se unieron a la rebelión todas estas limitaciones volaron por los aires, y posiblemente las utilizaron para hacerse la vida más fácil y las transmitieron a sus hijos, los noditas. Eso sí, con la indicación de un uso y una difusión muy restringidos pues eran potencialmente muy peligrosos. Se habían rebelado, pero seguían teniendo un plan «autonomista» de acción para el planeta y unas normas de actuación. Con el tiempo estos conocimientos terminaron en manos de los sacerdotes egipcios que los custodiaron y los transmitieron con todo tipo de precauciones. Y siguieron a través de los sabios árabes hasta la Edad Media y hasta nuestros días.
Un preámbulo un poco largo; disculpadme si os ha resultado pesado, pero me ha parecido necesario para seguir con mi exposición.
Alguien se preguntó una vez si la alquimia era una superciencia extraterrestre. Para mí la respuesta es un rotundo sí. Leyendo el Libro me he encontrado sin buscarlo, o sea me he tropezado, con muchas pistas sobre esta ciencia, especialmente en las descripciones de las diferentes fases de la energía-materia, y en la descripción de la formación de las nebulosas. Algo que yo llamo alquimia de la creación y que me fascina. Los textos que voy a usar están en el documento 42, especialmente en LU 42:2.8 y LU 42:3.3-12 , en el documento 57 hasta la página 655 inclusive y en el Prólogo, LU 0:6.4-7.
Precisamente en este último texto clasifica la energía física en tres grandes grupos:
La fuerza, que se caracteriza por no responder ni siquiera a la gravedad del Paraíso.
La energía, que responde a la gravedad del Paraíso pero no a la lineal.
El poder, que responde a ambas gravedades (la del Paraíso y la lineal)
En realidad la fuerza es una prerrealidad, un potencial pasivo, una manifestación espacial del Absoluto No Cualificado. La realidad empieza de hecho en la energía.
El paso de prerrealidad a realidad se provoca con la sola presencia de los Organizadores Maestros Primarios de la Fuerza. Después son ya sus manipulaciones activas las que hacen madurar la energía de la etapa potente a la de gravedad y dejan entonces el paso a sus colegas secundarios los Organizadores Maestros Adjuntos. Esta energía de gravedad es la precursora del poder, y cuando éste aparece, los Organizadores Maestros dejan su lugar a los Directores del Poder (no ocurre así actualmente en los universos exteriores)
Una primera característica que destacar: La evolución de la materia-energía no es «espontánea»; requiere la intervención de la mente. En algún sitio del Libro, no recuerdo ahora dónde, se dice que el espíritu a través de la mente es quien controla la materia.
Hay diez manifestaciones diferentes del poder como se describe en LU 42:3.3-12. Yo quiero fijarme en seis que son a mi entender las diferentes etapas de construcción de edificio de la materia (las otras me perecen estados especiales o degradados):
Hay una progresión clara entre estos estados desde el ultimatón hasta la materia comúnmente conocida. Y hay sin duda leyes físicas que regulan y controlan todas estas evoluciones y combinaciones y que las mentes creadoras, como las de los Organizadores Maestros o los Directores del Poder, conocen y usan. Eso que he llamado antes «ciencia celestial». Vamos la Alquimia de la Creación. Y el gigantesco atanor en el que se realizan estas fantásticas operaciones es la nebulosa. En la nebulosa actúan primero los Organizadores Maestros y los Directores del Poder y otros adjuntos para producir la materia que será la base de actuación de los Hijos Creadores por excelencia, los Migueles, que culminarán los trabajos anteriores integrando la nebulosa en una unidad creativa básica como el universo local, y estabilizando y organizando toda la materia en circuitos y agrupaciones que servirán de suelo y de componente constructivo del soporte material de la vida de las personas.
Sabemos que la nebulosa tiene cuatro etapas. A cada una de ellas se le puede asignar una determinada forma y manifestación exterior y, creo yo, una determinada manifestación de la materiaenergía.
Al parecer existen ciertas condiciones en el espacio (¿vacío?) que indican que está preparado para iniciar los fenómenos de materialización. Cuando esto ocurre se envía a un equipo de organizadores maestros primarios. Hasta ese momento, en el espacio había sólo potencia espacial, la «nada», la manifestación del Absoluto No Condicionado. La sola presencia de los organizadores maestros transforma la potencia espacial en fuerza primordial en su fase de energía potente. Supongo que es necesario que existan las condiciones del espacio que citaba antes; en caso contrario, la presencia de los organizadores no produce efectos. Nace así la nebulosa en su etapa primaria circular y gaseosa. A continuación y aún en su etapa primaria, los organizadores actúan para transformar la energía potente en energía de gravedad y se da paso a los organizadores adjuntos que la van transformando a su vez en poder, en ultimatones. La nebulosa empieza a ser detectable «mediante cálculos aproximados de gravedad realizados en creaciones adyacentes» aunque sigue siendo invisible. A medida que va apareciendo de la «nada» de la potencia espacial la energía potente y de gravedad y los ultimatones la nebulosa adquiere «proporciones gigantescas» y las perturbaciones que produce en las creaciones adyacentes hacen necesario el apoyo de controladores físicos adicionales para ayudar a los centros del poder. Llega un momento del «apogeo del periodo de movilización de energía», la masa de la nebulosa es máxima. Ahora tiene forma de esferiode aplanado y empieza a ser visible.
Y con la visibilidad empieza la etapa secundaria de la nebulosa que toma la forma espiral. Ahora «la gravedad y otras influencias» comienzan su trabajo de convertir «gases del espacio en materia organizada». Se forman brazos y nudos, hay escape de gases y finalmente nace el primer sol. Se habrá creado materia ultimatónica, subelectrónica, electrónica y subatómica, pero probablemente aún no materia atómica y seguro que no materia molecular. El núcleo de la nebulosa empieza a contraerse y a condensarse pero en la periferia empieza a haber espacio abierto y el enfriamiento es suficiente para que nazcan los primeros planetas y la materia complete su ciclo creativo: han aparecido los átomos terminados y existe ya la materia molecular.
Se pasa ahora a las etapas terciaria y cuaternaria, las etapas constructivas, las etapas de formación masiva de soles y planetas, y de dispersión de éstos. La materia ha completado su ciclo creativo; se trata ahora de agruparla formando cuerpos espaciales, soles y sus planetas, algunos preparados para sostener la vida.
Por cierto, los párrafos LU 57:4.6 y LU 57:4.7 son algo misteriosos para mí. ¿Provoca la desintegración terminal de una nebulosa la destrucción de planetas ya habitados? Sabemos que si esto ocurre se desmaterializa a todos los habitantes y se les traslada por transporte seráfico a otro planeta donde son rematerializados.
Como he dicho al principio, ésta es una parte del proceso creativo que me fascina. Como con el resto de actividades creativas, el Padre la ha delegado en algunos de sus hijos. Y algún día parece que también la delegará en nosotros en los mundos de espacio exterior. Supongo que en esta delegación habrá partes que tengan que ver con la creación material en sí misma, y para eso tendremos que saber «ciencia celestial», tendremos que ser alquimistas. ¿Será esto lo que descubren los adeptos y les asombra hasta extremos difícilmente imaginables? ¿Lo que les transforma totalmente?
Dicen que los adeptos son capaces de obrar verdaderas maravillas; no me extraña si tienen la clave de la manipulación de la estructura de los átomos y de la materia en general. Pero en cualquier caso se quedarán pequeñas, estoy seguro, comparadas con lo que son capaces de hacer por ahí afuera, y de lo que seremos capaces nosotros sin duda. Pero es una herramienta tan poderosa y tal letal que no puede dejarse en manos de niños como nosotros; tendremos que avanzar mucho en nuestra ascensión hacia el espíritu, en nuestro camino hacia el Padre, en nuestra educación en el amor, antes de poder utilizarla en bien de los demás, en bien de toda la creación.
Me ha quedado largo; espero que no pesado, pero me disculpo si ha sido así. La intención era transmitiros el punto de vista que he obtenido en el Libro sobre la materia y su creación. Espero haberlo conseguido y que os sea de utilidad.
Desde luego esto es un grupo de estudio, el objetivo es también provocar que contéis vuestras opiniones al respecto.
Santi: Siento mi falta de conocimiento al respecto, pero tenía entendido que la alquimia era la precursora de la química moderna; es decir entendía que era algo superado en cuestión de conocimientos y «teorías», es decir que era algo pasado y no activo actualmente.
Supongo que parte de la ayuda que se requiere para la estabilización de las zonas donde se está materializando algo quizá sea para «apantallar» efectos perniciosos para las zonas circundantes ya habitadas. Sobre las energías que operan fuera del Paraíso, os paso este esquema para tratar de ubicarlas, no sé si os resultará esclarecedor o aún más enrevesado (ver Fig.1 al final)
Carmelo: Sí, Santi, según mis escasos conocimientos, la alquimia está activa actualmente, lo ha estado siempre (¿desde la rebelión?) y posiblemente los seguirá estando hasta la edad de luz y vida.
Y no tiene nada que ver con la Química; la verdadera alquimia, claro. Hay otra alquimia de feria hecha por mercachifles, y aún otra de gente seria que algunos llaman arquimistas, pues que son en el fondo químicos. Esta arquimia sí es la precursora de la actual ciencia química, pues se dedicaba a hacer toda clase de experimentos, reacciones y combinaciones buscando (por el camino que no era) la piedra filosofal. De esta multitud de experimentos salieron algunas sustancias que finalmente son de utilidad; creo recordar que el ácido sulfúrico es una de ellas.
Pero insisto: ésta no es la verdadera alquimia, que tiene otros métodos aunque es también experimental, contra lo que algunos piensan. No es una filosofía, es una ciencia, en mi opinión.
Es una lástima que sea tan malo haciendo dibujos, pues ayudan mucho a entender el asunto.
Eduardo: Estos temas de la materia, la energía, el poder, la fuerza, etc. siempre me han venido grandes, pero con esta amplia exposición con todo lujo de detalles, voy hacer lo mismo, leer esos documentos a ver si me sitúo algo más cerca de la realidad y puedo aportar algo al tema. Gracias, Carmelo.
Santi, esos esquemas ayudan mucho al tema, considero que aportan luz a las diferentes energías y que sepáis que yo también tenía una idea parecida a la de Santi sobre la alquimia en mis tiempos de «metafísico».
Santi: Entiendo que sus actividades deben de ser más o menos ocultas, ¿hay algo que se sepa de ellos?
Carmelo: Se sabe muy poco de ellos, y lo que se sabe es engañoso. Por ejemplo se conocen sus nombres (más bien seudónimos), pero no sus personas. Se pueden leer sus libros, pero son indescifrables, a pesar de lo aparentemente claros que parecen. Los verdaderos adeptos se ocultan, no hacen demostraciones públicas, no usan la ciencia para su beneficio personal, excepto, quizá, el elixir de la vida que les mantiene vivos durante siglos para continuar con una labor desconocida para nosotros, o al menos eso se dice.
La Alquimia se transmite de boca a oído. Cada maestro elige a sus discípulos, y lo primero que se les exige es un nivel de moral y de conciencia elevados. Si estás fuera, no sabes nada en realidad; sólo puedes llegar a sospechar de qué trata realmente la Alquimia, pues incluso lo de la transmutación es una pantalla para confundir.
Yo lo entiendo; imagina que los príncipes de la Edad Media o los políticos de hoy llegaran a saber que alguien es capaz de convertir fácilmente algo de poco valor en oro, o que domina de tal forma la materia y sus transformaciones como para fabricar armas increíblemente letales. Ese alguien tendría en sus manos un poder enorme y por el poder se mata y se hacen todo tipo de barbaridades (en la Urantia de hoy).
Yo empecé a sospechar que algo grande había debajo de la Alquimia cuando leí, hace ya mucho, «El Retorno de los Brujos» (Le Matin des Magiciens) de Louis Pauwels y Jacques Bergier, en el que éste último describe que un supuesto alquimista le contó en plena segunda guerra mundial, cuando aún hacía falta un despliegue impresionante de medios (entre otras cosas máquinas de vacío) para producir una pequeña reacción nuclear, cómo se podían producir enormes cantidades de energía «simplemente disponiendo ciertos materiales en una determinada configuración geométrica».
Cuando años después Bergier conoció cómo era un reactor nuclear identificó inmediatamente lo que le había descrito el supuesto alquimista.
Se cree que este supuesto alquimista era alguien conocido por Fulcanelli, el adepto más brillante de los tiempos modernos. Ha escrito, entre otros, dos libros imprescindibles para quien esté interesado en profundizar en la Alquimia, «El Misterio de las Catedrales» y «Las Moradas Filosofales». Pero hay otros más clásicos como Philalèthe y su «l’Entrée Ouverte au Palais Fermé du Roi», o el Cosmopolita con su «Nueva Luz Química» que subtituló «para servir de esclarecimiento a los tres principios de la Naturaleza», o el Conde de San Germain y su «Muy Santa Trinosofía», o también Limojon de Saint-Didier con su «Triunfo Hermético». Pero el más sugerente es un libro de figuras (creo que es anónimo) llamado «Mutus Liber». Son todos señuelos y todos son engañosos; están llenos de trampas; cuanto más claro te parece un texto más confuso es en realidad. Así es como se defienden de la maldad y pueden continuar llamando la atención de posibles futuros adeptos. La Ciencia es sólo para quien está preparado para recibirla y hacer un buen uso de ella; al parecer ellos saben cómo encontrar a esas personas. A los demás nos dejan a dos velas.
Eduardo: Después de haber leído los documentos correspondientes, tengo que decir que mis ideas son algo más claras. Cuando he leído este último comentario de Carmelo me ha venido a la mente mucho de Saint Germain y su metafísica. Cuando yo comencé a leer el LU, a todos estos «maestros ascendidos», alquimistas y metafísicos, los situé entre los seres intermedios y los componentes del Cuerpo de Reserva del Destino, algo así como un ser humano con ciertos «poderes». Eso lo «aparqué» en los sueños de mis ilusiones, pero actualmente pienso si eso no será tan «irreal». No sé, el tiempo y vuestras aportaciones me aclararán más las ideas.
Siempre hay un comienzo | Luz y Vida — Núm. 16 — Febrero 2009 — Índice | Noticias de la Asociación Urantia de España |