© 2013 Juan José López, Carmelo Martínez y Olga López
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Luz y Vida — Núm. 32 — Presentación | Luz y Vida — Núm. 32 — Marzo 2013 — Índice | Hijos de Dios por la fe |
Amigos urantianos: Supongo que os pasará a vosotros lo mismo que a mí. Tengo una gran curiosidad, casi podría decirse que morbosa, por saber cuál va a ser nuestro destino y nuestras ocupaciones una vez que la muerte acabe de jubilarnos; es decir, de aquí a cuatro días. Intento hacer un extracto de LU 47:3 y LU 49:6 que habla sobre este asunto y no acabo de ver claro el proceso de «escape terrestre». A ver si acierto a trasladar mis dudas:
En LU 49:6.8 se mencionan 7 «círculos cósmicos» d e progreso, y se dice: «comenzando en el séptimo círculo, los mortales intentan alcanzar el primero, y a todos los que han logrado el tercero se les asignan inmediatamente guardianes personales del destino».
En el párrafo siguiente continúa: «Pero a medida que pasan las edades se asignan a los mortales en avance más y más guardianes personales de destino, y de este modo un número cada vez mayor de estas criaturas evolutivas son repersonalizadas en el primer mundo de estancia el tercer día después de la muerte natural». LU 49:6.9
Y en el siguiente: «Existen tres grupos de seres ascendentes; los menos avanzados llegan al mundo de estancia inicial o primero. El grupo más avanzado puede tomar la carrera moroncial en cualquiera de los mundos de estancia intermedios, de acuerdo con el progreso planetario previo…» LU 49:6.10
De ello podría deducirse que existen dos «estadios» de acogida distintos: los 7 «círculos cósmicos» por un lado (estando destinado el séptimo al pelotón de los más atrasados) y, por otro, 7 «mundos de estancia», en los que el progreso se inicia en el primero y culmina en el 7º. Pero me da la impresión de que ambas cosas pueden ser la misma, aunque este supuesto no encaja con la literalidad del texto.
Otra cuestión: En LU 47:3.7 se lee: «En el mundo de estancia nº 1 o en otro, en el caso de estado avanzado, reanudarás tu capacitación intelectual y desarrollo espiritual en el nivel exacto en el que se te interrumpiera debido a la muerte. Entre el momento de la muerte planetaria, o el traslado, y la resurrección en el mundo de estancia, el hombre mortal no gana absolutamente nada, aparte de experimentar el hecho de la supervivencia. Comienzas allí donde te interrumpes aquí».
Este texto es para mí muy consolador; pero yo le añadiría una cuestión para que fuera más contundente: «¿Y no se pierde tampoco nada?» Es decir, nuestros conocimientos, nuestra capacitación para uno u otro trabajo, nuestras aficiones, con las que tanto disfrutamos, ¿se mantienen también? Parece que eso se infiere del texto; pero, por otra parte, quizás todas esas pasadas ocupaciones no sean sino «cosillas» que nos han podido entretener en este mundo, pero indignas de mantener en nuestra nueva vivencia. ¿Tenéis alguna opinión sobre estos dos puntos?
Entremos en materia. Primero sobre los círculos cósmicos. No creas que lo tengo totalmente claro, pero esto es lo que pienso:
«…Estos círculos de progresión del mortal son niveles relacionados de valores intelectuales, sociales, espirituales y de perspicacia cósmica…» LU 49:6.8
Yo entiendo que no hay un «estadio» de acogida de los círculos y otro de los mundos mansión (en este foro solemos utilizar esta expresión o la de «mundos de las mansiones» en lugar de mundos de estancia, que es una interpretación innecesaria de mansion worlds en lugar de una simple traducción). Los círculos son una regla de clasificación de la evolución de los humanos. Está claro que un humano que se guía sólo por el dinero en su vida está en un círculo diferente de aquel que guía su vida por otros criterios más altruistas. O el humano que tiene inquietudes intelectuales y busca la verdad, frente al humano que sólo busca alimentarse, divertirse y gozar. O el humano que busca ayudar a los demás en su relación social, frente al egoísta puro y duro.
Para mí, esto son los círculos aunque en el LU no se diga demasiado al respecto. En LU 110:6.19 se dice: «Hay sólo una relación indirecta entre el logro de círculos cósmicos y la experiencia religiosa espiritual propiamente dicha…»
Y en LU 110:7.1: «La consecución de los siete círculos cósmicos no es igual a la fusión con el Ajustador. Hay viviendo en Urantia muchos mortales que han logrado sus círculos; pero la fusión depende de consecuciones espirituales aún mayores y más sublimes, de la consecución de una sintonización final y completa de la voluntad mortal con la voluntad de Dios tal como ésta reside en el Ajustador del Pensamiento».
Y en LU 112:5.6: «Aunque los círculos cósmicos de crecimiento de la personalidad deben lograse finalmente, si, sin culpa por vuestra parte, los accidentes del tiempo y los impedimentos de la existencia material impiden que alcancéis la maestría en estos niveles en vuestro planeta natal, si vuestras intenciones y deseos tienen valor de supervivencia, se emitirán decretos de prolongación del periodo de prueba. Se os concederá tiempo adicional para probar lo que valéis».
¿Qué relación tienen los círculos con dónde y cuándo nos repersonalizan? Pues una relación a través de los guardianes del destino. Cuando se está en el nivel 7 (el inferior), se asigna una pareja de guardianes para 100 humanos (si no recuerdo mal). A medida que se sube por los círculos, se reduce el número de humanos servidos por una pareja de guardianes. Pero hasta que no se llega al círculo 3 no se tiene una pareja para cada humano.
Sólo los humanos que tienen un par de guardianes para ellos solos (los que han logrado llegar al círculo 3, 2 ó 1) se repersonalizan al tercer día (o tercer periodo, y a saber cuánto tiempo es esto). Los humanos de los círculos 7, 6, 5 y 4, se repersonalizan al final de una dispensación o cuando haya una llamada a lista especial.
Esto era responder a «cuándo». Veamos ahora «dónde». Te copio mi traducción del párrafo LU 49:6.10: «Hay tres grupos de ascendentes individuales: los menos avanzados aterrizan en el mundo mansión inicial o primero. El grupo más avanzado puede empezar la carrera en la moroncia en alguno de los mundos mansión intermedios de acuerdo con su progresión planetaria previa. Los más avanzados de estos órdenes empiezan realmente su experiencia en la moroncia en el séptimo mundo mansión».
En una primera lectura podemos entender que según tu logro de los círculos aterrizas en un mundo o en otro. Yo no lo creo. Yo creo que todos los humanos, excepto los de los órdenes secundarios modificados de ascensión y los del orden primario modificado de ascensión (LU 49:6) que «están exentos de pasar por los siete mundos mansión» (LU 49:6.15), aterrizan en el mundo mansión número 1. Si os fijáis no dice que se aterriza en mundos mansión intermedios, sino que empieza en ellos la carrera en la moroncia. Este tipo de cosas es muy típica de los reveladores: parece que dicen una cosa, pero no la dicen. Fijaos en lo que dice en LU 47:3.10: «Si no tenéis que deteneros en el mundo mansión número uno, al final de los diez días entraréis en el sueño del traslado y os dirigiréis al mundo número dos, y cada diez días de aquí en adelante, avanzaréis de esta manera hasta que lleguéis al mundo que tenéis asignado».
El «mundo que tenéis asignado» es el que os/nos corresponde de acuerdo con el grado de avance en los círculos cósmicos. Ésa es mi interpretación. Si nuestro avance define que empecemos en el mundo mansión 3, aterrizaremos en el 1, pasaremos diez días de descanso, nos dormiremos y despertaremos en mansonia 2; otros diez días de vacaciones, a dormir y a despertar en mansonia 3 . Diez días más de descanso y a empezar a trabajar.
No me resisto a copiaros parte de un párrafo que me emociona particularmente:
«…Cualquiera que sea la técnica que pueda emplearse en los mundos individuales del tiempo en relación con las resurrecciones especiales o dispensacionales, el reensamblaje real y consciente de la personalidad verdadera y completa tiene lugar en las salas de resurrección de mansonia número uno. Recordaréis durante toda la eternidad las profundas impresiones en vuestra memoria de la primera vez que presenciasteis estas mañanas de resurrección». (LU 47:3.5)
Espero confortado vivir «estas mañanas de resurrección».
Y ahora está lo que nos llevamos o no nos llevamos de este mundo. Nos llevamos el alma que hemos desarrollado y nos reencuentra el Ajustador que tuvimos en la Tierra. El Ajustador tiene nuestros recuerdos con valor espiritual. Los demás han desaparecido. De todas formas queda en al alma una especie de «matriz» de los recuerdos que facilita la recuperación de lo que nuestro Ajustador no se ha llevado. Recordáis que los humanos fusionados con el Espíritu no se fusionan con su Ajustador, que no vuelve en la repersonalización. Cuando resucitan es como si fueran seres recién nacidos. Pero «Tales hijos del universo local pueden recuperar la posesión de gran parte de los recuerdos de su experiencia humana anterior haciendo que se los vuelven a contar sus serafines y querubines adjuntos, y consultando los registros de la carrera mortal archivados por los ángeles registradores. Pueden hacer esto con toda garantía porque el alma superviviente, con origen experiencial en la vida material y mortal, aunque sin ningún recuerdo de los acontecimientos mortales, sí tiene una respuesta reconocimiento-experiencial residual a estos acontecimientos no recordados de la experiencia pasada.» (LU 40:9.5).
Y además «Cuando a un mortal fusionado con el Espíritu se le cuentan los acontecimientos de su experiencia pasada y no recordada, hay una respuesta inmediata de reconocimiento experiencial en el alma (identidad) de ese superviviente que confiere instantáneamente al acontecimiento narrado el tinte emocional de realidad y la cualidad intelectual del hecho; y esta respuesta doble constituye la reconstrucción, el reconocimiento, y la validación de una faceta no recordada de la experiencia del mortal.» (LU 40:9.6)
Pues bien, los mortales fusionados con el Ajustador recuperan inmediatamente al resucitar los recuerdos que tiene su Ajustador, y pueden recuperar los demás como en el caso anterior.
«Incluso en los candidatos a la fusión con el Ajustador, sólo las experiencias humanas que tuvieron valor espiritual son posesión común del superviviente mortal y del Ajustador que vuelve, y por lo tanto son las recordadas inmediatamente después de la supervivencia mortal. Con respecto a los acontecimientos que no tuvieron relevancia espiritual, incluso estos futuros fusionados con el Ajustador deben depender del atributo de respuesta-reconocimiento del alma superviviente. Y puesto que un determinado acontecimiento puede tener una connotación espiritual para un mortal pero no para otro, resulta posible para un grupo de ascendentes contemporáneos y del mismo planeta hacer un fondo común con su depósito de acontecimientos recordados por el Ajustador y reconstruir así toda experiencia que tuvieron en común y que fue de valor espiritual en la vida de alguno de ellos.» (LU 40:9.7)
No recuerdo dónde, pero en algún sitio se dice que todas las relaciones entre las personas tiene valor espiritual y su recuerdo se recupera inmediatamente.
Tus aclaraciones me despejan las dudas que planteaba, al menos en principio; va a ser conveniente leer detenidamente las páginas que citas porque creo que son reveladoras respecto a nuestra vida futura -y casi al caer-, una vez que la muerte nos jubile de la jubilación. ¿No os parece extraordinario poder contar con esta información?
La verdad es que sorprende la indiferencia de la gente normal respecto a estas materias; esa estúpida postura me ronda a diario por la cabeza, y daría algo por saber la razón para que estén tan acorazados contra las «buenas nuevas» que se les ofrecen. Me pregunto si esa gente es realmente «normal» o es que somos justamente nosotros los anormales (espero que no os sentara mal ese calificativo; yo me incluyo muy a gusto en este grupo de anormales y almas cándidas)
Para mí, Juanjo, la respuesta a tu pregunta (por qué la gente normal está tan acorazada respecto a las «buenas nuevas») está muy clara: esta revelación de Urantia está dirigida a toda la humanidad, pero hoy por hoy no es para todo el mundo. Me explico: la inmensa mayoría de humanos que pueblan este planeta actualmente no están preparados para unas enseñanzas tan avanzadas como las que se encuentran en el LU. Para nosotros puede ser difícil de entender que no todo el mundo acepte esta revelación, pero creo que es porque nosotros cumplimos los requisitos necesarios para que la revelación penetre en nuestras molleras: somos buscadores de la Verdad con la mente abierta. No quiero parecer una elitista ni pretendo pertenecer al grupo de los «elegidos», pero sí es cierto que se necesita tener una mente muy abierta y un compromiso con la Verdad a prueba de bombas para aceptar esta revelación tanto intelectual como emocionalmente.
Lo hemos comentado muchas veces: al principio de leer el «tocho azul» nos sentimos tan entusiasmados que la primera reacción es intentar darlo a conocer en nuestro entorno más cercano, pero cuando vemos el poco entusiasmo que despierta en otros (cuando no rechazo) nos damos cuenta, para nuestro estupor, de que el tocho no despierta las mismas sensaciones en todo el mundo, y nos preguntamos por qué. Hay mucha gente que no tiene inquietudes espirituales, o que siguen aferrados a la «seguridad», a las «verdades muertas» que ofrecen las religiones tradicionales. Pero lo que creo es que siempre, en todas las épocas, tiene que haber personas en la vanguardia espiritual que de alguna manera consigan «tirar» de los demás para que la humanidad progrese espiritualmente en su conjunto. Los lectores del LU deberían estar en ese grupo de vanguardia del siglo XXI, de eso estoy convencida.
Es verdad, como dice Olga, que nos cuesta entender la indiferencia hacia esta revelación de tantas gentes, a nosotros que según la leímos nos atrapó. Las hay sin ninguna inquietud; las hay con un miedo enorme que se aferran a la comodidad de las ideas de siempre; las hay comodonas que hacen lo mismo; y hay también buscadores a los que esta revelación no les dice nada.
Somos elegidos, pero no en el sentido de elite superior. Está claro que somos parte del plan de dar a conocer la revelación al mundo. Cuando los del otro lado planificaron la preparación y difusión de la quinta revelación de época, contaron con un cierto número de chiflados iniciales como nosotros para que arraigara. La revelación es como una semilla que necesita una tierra rica y bien regada con el agua del futuro para recogerla y que arraigue inicialmente. Esa tierra somos nosotros. Después, cuando esa semilla brote, se haga una planta pequeña, y luego cada vez más grande hasta convertirse en una secuoya enorme, tendrá otras necesidades y ésos ya no seremos nosotros (de hecho estaremos en los mundos mansión, espero). Nuestra misión no es tanto difundir la revelación (que también, aunque dentro de un orden), como recibir la revelación y permitir que brote. Irla preparando, activando, para que pueda brotar. Por eso a mí la preparación de trabajos secundarios me parece importante, más incluso que la propia difusión. Sobre la difusión ya hemos hablado alguna vez en este foro. Debemos hacerla pero con precaución; más esperando a que otros vean en nosotros algo que les atrae, y pregunten, que siendo proactivos ante un mundo (una tierra) que no está preparada aún para hacer crecer la semilla. Ésta es mi opinión, y es posible que algunos no estén de acuerdo.
Somos elegidos, pero para ser la tierra inicial que reciba y active la semilla de la revelación. Y esto es más una responsabilidad y una obligación más que un privilegio.
Somos elegidos, pero más por raros que por mejores.
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