© 1988 Madeline Noordzy
© 1988 ANZURA, Asociación Urantia de Australia y Nueva Zelanda
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Era de esperar que, al igual que las grandes obras literarias de Homero y Shakespeare, tarde o temprano, El Libro de URANTIA se convirtiera en la inspiración para una composición musical importante.
Alrededor de 1975, el compositor alemán Stockhausen anunció que se embarcaría en un ciclo de ópera, que se llamaría «Licht» (luz) y, cuando estuviera completo, estaría diseñado para representarse en siete noches consecutivas. Se podría haber pensado que el plan era comenzar con la ópera del primer día y avanzar secuencialmente hasta el gran final. Pero pronto resultó evidente que no era así. Hay un hilo de continuidad que une cada obra con la siguiente, pero Stockhausen las compuso poco a poco, un acto, a veces una escena, a la vez. Cada parte completa lleva el nombre de un día de la semana y en 1985 se completaron dos días: «Donnerstag» (jueves) que se produjo en Covent Garden y «Samstag» (sábado) que se estrenó por primera vez en 1984 en Milán. Sin embargo, la primera parte de «Licht» que se representó formó parte del «Dienstag» (martes) y se llamó Der «Jahreslauf» (El curso de los años). Este trabajo de una hora de duración se realizó por primera vez en 1977.
Fue sólo por casualidad que uno de los miembros del grupo de estudio del Libro de Urantia de Melbourne, Ina, encontró un número de septiembre de 1985 de la publicación inglesa «OPERA». Ina trabaja para la Ópera Estatal de Victoria y un día revisó una pila de revistas viejas listas para ser desechadas. Lo primero que le llamó la atención fue una imagen del escenario del segundo acto de «Donnerstag»: «El viaje de Michael alrededor de la Tierra». El gran globo terráqueo era bastante llamativo, pensó.
Mientras leía el artículo, escrito por Andrew Clements, de repente se enderezó. Ella leyó (y cito el artículo de Clements) «La infancia de Michael tiene paralelos obvios con la infeliz vida temprana del compositor durante la Segunda Guerra Mundial y en ella están entretejidos los personajes de El Libro de URANTIA, una pieza de arcano oculto que coloca a Satanás por encima de Dios como el gobernante supremo de nuestro universo y que en parte parece haber reemplazado a la religión ortodoxa (primero el catolicismo romano, luego el sufismo) en la vida de Stockhausen. Eva, Lucifer y el Arcángel Miguel son los personajes principales de «Donnerstag» y provienen directamente de esta curiosa fuente.»
Es obvio que Clements nunca ha visto El Libro de URANTIA y debería haberse apegado a lo que le pagaron por hacer: escribir una crítica sobre la música de Stockhausen, lo cual hace de una manera muy positiva. Escribe: «Lo que sigue siendo irrefutable, sin embargo, es la capacidad de Stockhausen para componer música de una brillantez y originalidad impresionantes, incluso si tal don lo visita sólo de forma irregular».
Lo importante aquí, sin embargo, es el hecho de que El Libro de URANTIA fue la fuente de inspiración para este compositor, quien, dicho sea de paso, en los años 1950 pertenecía a un grupo de compositores de vanguardia que sentían que los teatros de ópera debían ser destruidos. arriba. Pensaban que la ópera no tenía relevancia hoy en día. Stockhausen «debió haberse suavizado y «Licht» es el resultado.
Clements escribe: «Stockhausen ha construido una curiosa amalgama de autobiografía y misticismo; no cabe duda de que en el personaje de Michael, interpretado en la ópera por un tenor, un bailarín y un trompetista, hay mucho de la juventud Karlheinz, un personaje que, cabe señalar, termina la ópera como una especie de ángel ‘para llevar la música celestial a los humanos y la música humana a los seres celestiales, para que el hombre escuche a Dios y Dios escuche a sus hijos’».
Espero ver esta ópera algún día. Mientras tanto… me pregunto si deberíamos enviarle a Andrew Clements una copia de El Libro de URANTIA y preguntarle si la ópera se terminó alguna vez.
Madeline Noordzy, Melbourne
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