© 2000 Merindi Swadling
© 2000 Asociación Urantia Internacional (IUA)
Presented At The Anzura Conference, Melbourne, Australia, 1999
Merindi Swadling, Australia
¡Hola a todos! Como ya probablemente sabríais, mi nombre es Merindi Swadling. Quisiera compartir algunas de mis experiencias recientes con vosotros. Ante todo, pues, la información de a fondo:
Solo quisiera haceros unas preguntas a vosotros:
Es interesante, ¿no? ¿Por qué no se interesan vuestros hijos en involucrarse con el movimiento urantista … y por qué algunos de ellos no tienen ningún interés en leer el libro? Tengo unos pensamientos acerca de esto, y voy a regresar a ellos más tarde.
¿Cómo fue viviendo y creciendo con El Libro de Urantia? Puesto que no crecía sin El Libro de Urantia, no puedo hacer comparaciones. Pero por lo mayor creo de verdad que mis hermanos y yo crecimos en los mejores condiciones posibles. Claro que usualmente tuvimos el drama familiar que nos influenciaba como niños, pero sobre todo crecimos con:
Recuerdo cuando eramos jóvenes, a menudo nos poníamos los pijamas y nos juntábamos alrededor de Mamí en este pequeñísimo sofá que teníamos en la sala. Estábamos acomodados esperando un cuento. Mamí nos contaba los cuentos mientras dibujaba ilustraciones del cuento en una libreta de dibujar. Sus cuentos nos daba un entendimiento de preguntas tales como «¿cómo llegamos aquí?», «¿por qué estamos aquí?» Y «¿de qué se trata toda esta gran cosa?». Recuerdo claramente el día cuando dibujó los Portadores de la Vida sembrando la vida en los océanos alrededor del mundo. Abajo del agua dibujó unas formas de vida microscópicas evolucionando en peces, y luego, a nuestro asombro, estos peces empezaron a caminar en la tierra. Ella dibujaba mientras hablaba y nosotros tres estábamos cautivados. No podíamos esperar hasta la próxima noche para saber lo que ocurriese con estos peces. Y por supuesto, pronto supimos que los peces caminantes eventualmente se hacían en ¡nosotros! A veces recuerdo estos cuentos con una sonrisa; deseo que pudiera recordarlos en más detalle.
Lo que creo que esto nos daba, básicamente, era un buen entendimiento de los conceptos de El Libro de Urantia. Antes de que empecé a leer por mí propia parte, sabía todo lo de la rebelión de Lucifer, Adán y Eva, Miguel de Nebadon, los serafines y querubines, los mundos moronciales, y otras tales enseñanzas.
Entonces, el punto que estoy tratando de aclarar es que estoy verdaderamente agradecida de que me criaron unos lectores de El Libro de Urantia. Sé que no sería hoy, la persona que soy si no fuera por el entendimiento y sabiduría que ganaba como niña y adolescente.
Lo que me lleva a mi situación de hoy. Como mencioné antes he estado leyendo el libro por aproximadamente 18 meses, y en este período he experimentado un sentido de gozo y paz que nunca había estado en mi vida antes.
Pasé tres meses en Chicago con mis padres en 1998, y si alguien de vosotros ha visitado a la Fundación Urantia, conocida comunmente como 533, me comprendrán cuando digo que era una experiencia maravillosa. Aun si hubiera resistido las enseñanzas de El Libro de Urantia, habría estado conmovido por el tiempo que pasé allí. Conocí a muchos de los lectores americanos y teníamos unas conversaciones invaluables. Sé que si no hubiera estado en Chicago por este período el año pasado, es posible que no estaría leyendo el libro hoy.
Conocí a otro lector joven del libro durante este tiempo en Chicago, algunos de vosotros conocieron a Mike McIsaac cuando visitó en Australia en 1999. Mike ha estado dedicado a juntar los lectores jóvenes del libro desde todas partes del mundo. Me hizo darse cuenta que no sólo los de 40 - 50 años pueden relacionarse con este libro, y que realmente tiene enseñanzas que son relevantes a los de 20-30 años de este mundo. ¡Guau! Pues éste era un concepto nuevo para mí.
Quisiera desviarme un momento en este tópico. Toda mi vida he mirado a cualquier cosa relacionado con El Libro de Urantia como «algo que hacían mis padres». Creo que todos acordarán que no es muy de moda asociarse con las creencias de sus padres, y definitivamente no era buena forma socializarse con los amigos de sus padres. Aunque no sea muy simpático decirlo, pero no podía pensar en nada peor cuando tenía 15 años, que de tener que quedar en casa mientras Mamí y Trevor tenían sus reuniones de los urantistas. Hoy, no puedo pensar en nada mejor. Tal vez se puede pensar que yo haya crecido y madurado, pero sé que si no hubiera encontrado a otros lectores jóvenes del libro habría llevado mucho más tiempo para empezar a leer. Así que es posible que nunca habría estado involucrada con otros lectores, y muy probablemente, no estaría en esta conferencia hoy. Sí, creo que habría acabado el libro algún día, probablemente cuando tuviera mis propios niños, pero hubiera sido más tarde en vez de más temprano.
Los beneficios que creo que haya ganado por leer el libro más temprano en vez de más tarde son numerosos — he podido manejar los altibajos que vienen con tener 25 años: trabajar de tiempo completo, estudiar de parte tiempo, socializar mucho, tratar de ahorrar dinero mientras financiar los altos gastos, etc., etc. El Libro de Urantia me ha capacitado a balancear la vida material que tengo y la disposición intelectual que necesito en el trabajo y en la universidad con un alto nivel de actividad espiritual. El aspecto espiritual de mi vida diaria es satisfaciente y sano, y conlleva mucha paz y gozo.
Entonces, ¿cómo alentamos a los jóvenes a tomar interés en las enseñanzas de este maravilloso libro? Creo que debemos empezar la tarea con los hijos de los lectores del libro, los hijos de vosotros. Pero, ¿cómo alentamos a estos niños a darse cuenta de que no es tan fuera de moda asociarse con los amigos de sus padres? ¿Debemos enviar todos nuestros hijos a Chicago para conocer a Mike McIsaac? Creo que no.
No hay que decir que Mike y yo nos hicimos buenos amigos, y continuábamos nuestra amistad cuando regresé a Australia. Pasabamos bastante de nuestro tiempo en Chicago el año pasado en decidir la mejor manera para poner los jóvenes a platicar el uno con el otro, y que era el formato mejor por esta interacción. Por supuesto la Internet es el aparato de comunicación de nuestra generación, y parecía lógico que lo utilizáramos a la potencial máxima. Mike y su hermano colocaron un sitio web dedicado a todos los lectores jóvenes de El Libro de Urantia. De éste vino una lista de discusión llamada «UBYouth» (Juventud del LU). La lista de discusión al momento tiene unos 35 miembros y es extremamente activo, lo que significa que hay discusiones diarias, discusiones que son de muchos tópicos. Discutimos tales cosas como:
¿Qué hiciste este fin de semana? ¿Cómo está tu novio/novia/esposo/esposa? ¿Cómo fue aquel club? . . . jhe oído que es un lugar muy simpático!
¿Por cuánto tiempo has estado leyendo El Libro de Urantia? Y ¿puedes compartir tus experiencias con nosotros?
¿Qué es la diferencia entre el alma, la mente y la personalidad?
¿Cómo te sientes acerca del tener relaciones sexuales antes del matrimonio? ¿Tenemos permiso de tomar y celebrar con nuestros amigos? ¿Hay algunas «reglas» en este libro?
¿Cómo respondes cuando un amigo cristiano te informa que toda persona que no acepte que Jesucristo se murió por nuestros pecados, se terminarán sus vidas en el infierno?
Y por supuesto, el viejo favorito, ¿Qué es esta disputa ocurriendo entre la Fundación y la Fellowship?
Además de toda la discusión y la seriedad de algunos de los tópicos que se asoman, sobretodo, somos buenos amigos. Nos apoyamos y alentamos el uno al otro, y estoy agradecida por las amistades que he formado por medio de esta lista.
En adición a la lista de discurso, el sitio web de UBYouth tiene fotos, páginas de introducción, una libreta de huéspedes y una liga al canal de pláticas. Es un gran sitio para visitar, si sea joven o no, y fácil encontrar porque hay una liga entre ello y el sitio web de la Fundación (http://www.x-hi.com/ubyouth/).
Un fin de semana de «juventud» tomó lugar recientemente, justo antes de la Conferencia en Vancouver. Tenía la buena fortuna de asistir, y otra vez, era una experiencia asombrosa para mí. Habían catorce lectores jóvenes del libro juntados con el sólo propósito de mejor conocer el uno al otro y aumentar nuestro entendimiento de las enseñanzas de El Libro de Urantia. Gozamos de mucha diversión y unas discusiones pesadas. Salimos de Chicago con unas valiosas amistades formadas y una verdadera apreciación del uno al otro.
Luego viajé a Vancouver . . .jVancouver! ¿Cuáles serán las palabras que podría usar para describir esta conferencia? Grande, extremadamente GRANDE —960 personas igrande! Era gozosa, inspiradora, dramática, emocionante, humorosa, sociable, y muchísima diversión. En cambio, era frustrante, triste, tensa, molesta, y a veces aburrida.
Curioso, algunos de vosotros deben de estar pensando, ¿cómo pueden tales adjetivos oponentes ser usados para describir un evento de seis días? No sé cómo, pero sí sé que ésta era una semana confundida para mí. Los eventos de esta conferencia me arrastraban por los sentimientos altos hasta los sentimientos bajos. ¿Por qué? Todavía no estoy segura.
Pero creo que puede tener algo que ver con el hecho de que era:
La lista podría continuar por mucho.
Tendría que decir que la mejor cosa de la conferencia en Vancouver era el gozo de conocer tantos jóvenes lectores. Habían unos 45 jóvenes entre las edades de 18 y 30. Nos divertimos mucho juntos y empezamos unas amistades valiosas. Estos jóvenes eran fantásticos, reíamos algo, teníamos unas discusiones emocionales, unas conversaciones locas, fuimos a la cantina un par de veces, y básicamente gozamos del hecho de que no somos el único joven tomando interés en El Libro de Urantia. La conferencia es definitivamente un recuerdo que tendré por mucho tiempo, y todos lectores, jóvenes y viejos, deben de experimentar un tal conferencia como ésta, algún día.
Y con esto regreso a mi pregunta de antes — ¿cómo alentamos a los jóvenes, vuestros hijos, a tomar interés en El Libro de Urantia? Y ¿por qué no leen el libro muchos de la segunda generación?
Creo que el clave de esto es dejarles saber que no están solos. Enséñales que hay mucha gente de su edad que también tienen padres que leen este «libro extraño». Anímeles a aprender que el libro tiene enseñanzas que son más de relevante en sus vidas, y que estas enseñanzas les ayudarán en sus luchas en pasar estos años difíciles y confundidos. Que se enteren de que los jóvenes pueden tener y tienen mucha diversión en los reuniones de los urantistas.
Uno de los miedos más grandes en la mente de un joven es cómo parezcan las cosas a los pares. Estamos luchando para encontrar nuestro propio sendero, tratando de definirnos como individuos y aprender toda de la vida—rápidamente. Para hacer esto a menudo tomamos decisiones en lo que está pasando alrededor de nosotros, y en lo que dicen o hacen nuestros pares. El riesgo de que esté aislado por hablar francamente acerca de algo tan fuera de moda como la religion es tan fuerte que mucha de la segunda generación mantiene silencio. Pues, yo misma lo hacía por mucho tiempo.
The second question — why don’t children of Urantia Book readers read the book themselves? — is an interesting one. I didn’t start reading until I was 24 years of age . . . why not? To put it very simply . . . I didn’t need to. I knew there was a God, I knew what was going to happen when I died, I knew the importance of loving my fellow man, I knew all about Jesus and his life here on Urantia. Basically, my life was not lacking any truths and I wasn’t searching for truths. We heard yesterday about how people discovered the book and what their experiences with it have been, and the similarity with them all was the underlying desire to know the truth. I already knew, and have known since before I can remember.
La segunda pregunta—¿Por qué no leen el libro para sí mismos, los hijos de lectores de El Libro de Urantia? —es interesante. Yo no empecé a leer hasta cuando tenía 24 años. ¿Por qué no? Para decirlo sencillamente … no lo necesitaba. Sabía que había un Dios, sabía lo que iba a ocurrir cuando muriese, sabía la importancia de amar a mis semejantes, sabía todo acerca de Jesús y su vida aquí en Urantia —básicamente, mi vida no faltaba verdades y yo no buscaba verdades. Oímos ayer cómo descubrieron algunas personas el libro y qué han sido sus experiencias con el libro, y la similaridad entre todos era la subyacente deseo de saber la verdad. Ya sabía, y había sabido desde antes de que puedo recordar.
Sé que así se siente la mayoría de los hijos de los lectores de El Libro de Urantia. A menudo hablo con mi hermano menor, Andrew, acerca del libro — y hay muchas veces que le he testigado en debate con sus amigos acerca de Dios, el universo y el propósito de nuestras vidas. Sabe tanto como yo, y es igualmente apasionado. Le he pedido, por qué no ha leído nada del libro, y su respuesta es «¿Por qué debo yo, Merindi?». No tiene preguntas ardientes que le falta la respuesta. Él es bien contento así, justo como es.
Quisiera adelantar un poco ahora, pues creo que hay algo que falta mencionar mientras que discutimos la juventud del movimiento Urantia, y no estoy enteramente segura que voy a poder explicarlo suficientemente. Pues, voy a tratar.
«JUVENTUD» como palabra ha estado definido por miles de años por la sociedad en que vivimos. A menudo se ve en conotación negativa. Piense un poquito . . . ¿cuáles palabras viene a la mente cuando piense en «juventud»? ¿El alcohol? ¿Drogas? ¿Las relaciones sexuales casuales? ¿Estar acogido al paro? ¿Fiestas? ¿Pasar el tiempo en las galerías de tiendas? ¿Patinetas? ¿Tabla hawaiana? ¿Pantalones flojos colocados muy bajo en el trasero? ¿Gorras de béisbol puestas al revés en la media noche . . . y otras tales modas ridículas? Creo que ya saben lo que digo. ¿Dónde en esta lista podemos ver palabras tales como responsable, inteligente, maduro, ambicioso, idealistico, nuevas maneras de pensar, deseoso, risa, confundido y otras tales palabras? No son las primeras cosas que vienen a la mente, ¿Verdad? Pero estas palabras son a menudo más verdad cuando estamos describiendo la juventud de hoy, actualmente cuando estamos describiendo la juventud de cualquiera era.
Si se puede, ponga en visión mental la palabra JUVENTUD, y considera dos ramas saliendo de la palabra. En una de las ramas vemos definiciones negativas o perjudiciales, y la categorización de la juventud. Las ocuriencias que vienen de esto son un grupo de individuos jóvenes que no tienen ninguna responsabilidad, pocos principios morales y mucha rebelión. Éste es un grupo que constantemente es excusado por la generación mayor, simplemente porque «son jóvenes». «Oh, está bien que falló a decir gracias, o que no vino a la fiesta de cumpleaños de su hermana … sólo que es joven, no sabe». No es decir que la juventud no es sin culpa … a menudo puede usar esto como excusa por su comportamiento, también. «No te preocupes Mamí, voy a establecerme y obtener trabajo algún día … sólo que estoy joven, tú sabes».
La otra rama de esto es el lado positivo. Las ocurriencias de esto son un grupo de individuos jóvenes que son responsables por sus acciones, bondadosos el uno al otro, individualístico, sin la rebelión. Se animan por sus padres y otros miembros de la sociedad a descubrir quienes son, y hallar su lugar, mientras todavía estar responsables y maduros en su comportamiento. Son reconocidos como diferentes de la generación mayor, pero se les incluyen en las actividades del grupo mayor. Les dan la libertad de comportarse como adultos jóvenes mientras todavía hay una expectativa de que actúen de una manera inteligente y sensible.
Entonces, tenemos dos lados de la definición. En definir la juventud y segregarla en nuestra sociedad —o en el movimiento urantiano— enfrentamos con el riesgo de alentar el comportamiento rebelde e irresponsable. La meta debe ser reconocer las diferencias entre los jóvenes y los viejos, mientras intentando de integrar los dos grupos. ¿He explicado esto propiamente?
Al fin y al cabo, quisiera enfatizar el punto que como lectores de El Libro de Urantia necesitamos tener cuidado en la manera que nos llevamos con los jóvenes lectores del libro. Tenemos que asegurar que tengan la oportunidad a conocer y asociar con otros jóvenes mientras todavía incluyéndose en el proceso de tomar decisiones y en las varias, a veces complejas discusiones que tenemos. Como padres debemos estar alentando a nuestros hijos, desde pocos años, a cuestionar sus vidas y el medio ambiente en donde viven. Necesitan ser tratados como individuos y enseñados a tomar la responsabilidad por sus acciones. Estos niños deben estar nutridos en tal manera que crezcan con un entendimiento comprensivo de las enseñanzas y conceptos en El Libro de Urantia. Esto conducirá a la satisfacción de saber que no tienen nada de temer. Tendrán confianza en el conocimiento de que tratar a sus semejantes con bondad, misericordia y amor es la sola manera de vivir sus vidas y les proveerá con la felicidad última. O si leen el libro, o no, casi no viene al caso, tal como viven sus vidas por medio de amor, y no miedo, estarán bien.
Por supuesto, quisiera terminar con unas cuotaciones de El Libro de Urantia. Estas vienen del capítulo 84 —Matrimonio y vida familiar— un capítulo hermoso.
El amor por la progenie es casi universal y de gran valor para la supervivencia. Los antiguos siempre sacrificaban los intereses de la madre por el bienestar del niño; una madre esquimal aún abora lame a su niño en vez de lavarlo. Pero las madres primitivas tan sólo alimentaban y cuidaban a sus bijos cuando éstos eran muy pequeños; como los animales, dejaban de cuidarlos en cuanto crecían. Las asociaciones bumanas duraderas y continuas no ban estado nunca cimentadas tan sólo en el afecto biológico. Los animales aman a sus hijos; el hombre —el hombre civilizado— ama a los hijos de sus hijos. Cuanto más elevada sea la civilización, mayor será la felicidad de los padres por el avance y éxito de sus hijos; así surge la comprensión nueva y más elevada del orgullo por el nombre. UB 84:7.10
Y a continuación en el mismo capítulo:
Las viejas ideas de disciplina familiar eran biológicas; surgían de la comprensión de que los padres eran los creadores del hijo. Los ideales en avance de la vida familiar llevan al concepto de que traer al niño al mundo, en vez de impartir ciertos derechos al progenitor, comprende la responsabilidad suprema de la existencia humana. UB 84:7.25
La civilización considera que los padres se bacen cargo de todos los deberes mientras que el hijo tiene todos los derechos. El respeto del hijo por sus padres surge, no del conocimiento de la obligación implícita en la procreación, sino naturalmente del resultado del cuidado, adiestramiento y afecto otorgados con amor por los progenitores al ayudar al hijo a ganar la batalla de la vida. El verdadero padre cumple un continuo servicio-ministerio que el bijo sabio llega a reconocer y apreciar. UB 84:7.26