© 2008 Michel Rouanet
© 2008 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Le Lien Urantien — Número 42 — Primavera de 2008 | Le Lien Urantien — Número 42 — Primavera 2008 | Presentación del libro |
Estimados miembros de AFLLU,
Al dejar mi cargo de presidente de nuestra asociación nacional, mido la magnitud de la tarea realizada con ustedes. Durante estos dos años, me esforcé, por un lado, en estructurar lo mejor posible nuestra organización social y, por otro, en reactivar una dinámica que estaba tambaleándose. También quería establecer una mayor transparencia en nuestra actividad, lo que también tiene el efecto de mostrar la verdad de los precios y los esfuerzos que es necesario hacer para que una asociación de este tipo funcione bien durante el tiempo. Y no se puede hacer nada sin la participación de atous. Finalmente, intenté darles una visión de lo que podría ser la AFLLU en su entorno fraternal europeo.
Ciertamente dos años es poco tiempo, pero, en mi caso, esta actividad se suma a una vida profesional y familiar ya de por sí muy ocupada. No olvido que el mismo Jesús esperó hasta haber cumplido con sus responsabilidades familiares antes de dedicarse a su misión pública.
El hecho es que existen recursos dentro de la AFLLU para tomar la antorcha y llevarla unos pasos más allá. Y, de relevo en relevo, la llama algún día llegará a la cima.
Por tanto, deseo buena suerte a mi sucesor, a quien nombraréis entre vosotros. La transparencia empresarial le permitirá tomar rápidamente el control de la asociación.
El año 2008 se cumplen 30 años de la creación del Centro de Estudio y Reflexión sobre el Destino Humano. Creada en 1978, esta primera organización del movimiento urantiano francés fue el núcleo sobre el que se construyó la AFLLU hace 12 años. Algunos de vosotros habéis vivido momentos fuertes de encuentros y estudios, nacionales e internacionales, en el seno del CERDH. Algunos de estos precursores franceses han desaparecido, pero nos han dejado un patrimonio del que somos custodios. El encuentro nacional de París en noviembre de 2008 podrá dejar espacio a esta memoria, a este inicio de tradición que comienza a construirse. A los treinta años, el deber de recordar comienza a hacerse sentir antes de que algún día algunos de nuestros mayores también nos dejen a nosotros.
Por último, me gustaría saludar a Gaétan Charland, presidente de la asociación internacional Urantia, que nos honrará con su presencia en la próxima reunión que se celebrará en mayo de 2008 en Dinard. Espero que muchos de ustedes lo acojan con agrado para que se forjen vínculos duraderos y para que la dimensión internacional del movimiento urantiano no escape demasiado a los franceses.
Agradezco a las pocas personas que me ayudaron en esta difícil tarea como presidente. Rindo también homenaje a mi familia, a la que impuse numerosos sacrificios en momentos que a veces hubieran exigido mi plena y completa presencia intelectual en una vida cotidiana exigente.
Por lo tanto, les deseo a todos que continúen juntos y en solidaridad con esta honorable misión y que apoyen al nuevo presidente de la asociación francófona de lectores del libro de Urantia. Su elección, para honrar esta función, será la acertada. Sus elecciones para las orientaciones realistas de la AFLLU serán las correctas.
Un día las conciencias dormidas despertarán.
Bien a todos ustedes.
michel r.
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