© 2008 Mo Siegel
© 2008 Fundación Urantia
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De Mo Siegel, fideicomisario de la Fundación Urantia
Uno se va a dormir a finales del siglo XX y se despierta en el siglo XXI siendo consciente de las muchas maneras familiares en las que el mundo sigue adelante. Al echar un vistazo por el espejo retrovisor, ve a nuestros antepasados espirituales descubriendo y planificando la quinta revelación de época. Sus sueños para El libro de Urantia, nacidos en tiempos mucho más sencillos, estuvieron apenas influidos por el monumental progreso tecnológico que se avecinaba. Cuando la revelación fue a la imprenta por primera vez, solo un par de de millones de propietarios de Norteamérica tenían televisión, Google era un balbuceo infantil y las manzanas eran algo que crecía en los árboles.
En el último cuarto del siglo XX la globalización, el comercio mundial, los vuelos internacionales asequibles, la invención de los teléfonos móviles y los ordenadores personales cambiaron significativamente el entorno para la Revelación. Y entonces llegó el cambio más importante con la invención de Internet. En 1994, el gobierno americano liberó el control de Internet y nació la «www». Esta fuerza de bajo coste para el crecimiento económico, la innovación, la creatividad, la distribución, la comunicación, la difusión del conocimiento y la globalización dio otra forma a nuestro mundo. En diciembre de 1995, solo 12 millones de personas en todo el mundo usaban Internet. En diciembre de 2007, este número se incrementó hasta 1.300 millones. Con la nueva era digital, la Revelación entró en el siglo XXI.
En esta etapa de cambio mundial, la Fundación Urantia se enfrenta a oportunidades y desafíos que requieren nuevas aproximaciones para diseminar, proteger y posiblemente defender la Revelación. Cuando el Dr. Sadler y su primer equipo de creyentes veían físicamente El libro de Urantia, veían 2097 páginas de texto en un libro de límites definidos.
El libro llegó en lengua inglesa y la Fundación Urantia se hizo con el copyright. Mantener el control del libro y sus enseñanzas significaba controlar los canales de su distribución física. Si alguien quería saber sobre El Libro de Urantia, debían conocer a alguien que leyera el libro, asistir a un pequeño grupo de estudio o visitar una librería. En el mejor de los casos, el libro podía encontrarse en un número reducido de bibliotecas o de librerías especializadas.
El acceso al Libro de Urantia ha cambiado drásticamente en los últimos 10 años. Hoy el libro se presenta en múltiples idiomas y se puede adquirir como un objeto físico de tapa dura o blanda. Se puede leer, copiar y descargar desde el ordenador o el teléfono móvil, ya sea desde Bolivia o Bulgaria. Puede escucharse en reproductores de CD, DVD y MP3 o en teléfono móvil. Incluso puede escucharse cantado en vídeos de Youtube. Puede ponerlo en su iPod mientras cruza en ferry el golfo de Finlandia o mientras desciende con su coche por Hollywood Boulevard.
Cuando alguien quiere saber sobre el libro y sus seguidores, con solo teclear «Urantia» en Google aparecen cientos de enlaces de información instantánea, ya sea a favor o en contra de las enseñanzas del libro. Los partidarios y los detractores tienen fácil acceso a los blogs globales donde pueden poner comentarios sobre el libro. Con la Wikipedia se puede encontrar, leer, estudiar y editar conocimiento enciclopédico acerca de la revelación en el ciberespacio, y entregarse a velocidades casi instantáneas en el portátil de su cocina.
Si eso no fuera cambio suficiente para la vida de uno, qué me dicen de los grupos de estudio. Recuerden los viejos tiempos (hace unos 15 años) cuando la única manera práctica de estudiar la revelación era asistir a grupos de estudio locales. Si nadie tenía un grupo de estudio en su zona, ¡mala suerte! Hoy los grupos de estudio son de muchos tipos y sirven a las necesidades de prácticamente todo el mundo. Puede asistir a un grupo en casa de alguien, acceder a clases en la escuela internacional por Internet, asistir a grupos de estudio situados a miles de kilómetros a través del teléfono, ver una sesión de grupo de estudio almacenada digitalmente en la web, e incluso contemplar un grupo de estudio en Youtube. Puede conocer a lectores y unirse a grupos de estudio virtuales de las redes sociales como My Space y Face book. Y, si eso parece asombroso, los rumores en la industria tecnológica predicen que, en los próximos dos años, la nueva tecnología expandirá de forma generalizada el poder y la anchura de banda de Internet. Este ancho de banda ampliado acogerá fácilmente los grupos de estudio virtuales que se reúnan en el ciberespacio en tiempo real, mediante tecnología HD tridimensional e interactiva.
En cuanto a las librerías de los Estados Unidos, los cambios han venido rápidamente y con furia. Las pequeñas librerías especializadas que inicialmente vendieron la revelación no han hecho sino desaparecer. Los distribuidores más especializados han cerrado debido al impacto del gran volumen de los distribuidores de libros de masas. A su vez, estos poderosos distribuidores se enfrentan a la crisis económica, puesto que los principales minoristas de libros compran directamente a un puñado de editores, saltándose totalmente la red de distribución. En los Estados Unidos, el espacio de las librerías más independientes ha sido sustituido por cadenas de librerías y los minoristas de descuento como Wal-Mart y Costco.
Los libros especializados de venta lenta y los editores de un solo título ahora encuentran su canal de distribución más viable en Amazon.com y otros editores de Internet.
En todo el mundo la industria del libro ha sufrido una transición drástica, mientras Amazon.com y otros minoristas de Internet ofrecen convenientemente a los vendedores un lugar para previsualizar el libro, leer reseñas y comprar ejemplares nuevos y usados a precios con importantes descuentos. Aún mejor, esta experiencia de venta se da en la comodidad de su propio hogar. Para la Fundación Urantia, una editorial de un solo título cuyas ventas de libros garantizan espacio en cadenas de minoristas como Barnes & Noble, los bajos precios de Internet requieren una gestión cuidadosa de los distribuidores y minoristas de libros. Decir que la Fundación Urantia y la Revelación se enfrentan a un futuro de oportunidades desafiante sería quedarse corto.
Escribo este artículo con la esperanza de contextualizar muchas de las decisiones tomadas por la Fundación Urantia durante los últimos años. Nuestros amigos invisibles, cuando lanzaron la Revelación en 1955, sabían que la era digital estaba en camino. Quizá su ritmo estuviera basado en ese conocimiento. Aunque el trabajo de la Fundación Urantia se realiza a ritmo tranquilo y constante, deberían confiar en que nuestro entregado equipo encara con alegría los desafíos de proporcionar El libro de Urantia en esta nueva era digital.
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